El tiempo es otro río. Tania Candiani/Alumnos del Tecnológico de Monterrey – Residencias virtuales Arte AC.


LA LÍNEA ENTRE EL MUNDO MATERIAL Y EL DIGITAL SE DISUELVEN, PERMITIENDO QUE LA CREACIÓN ARTÍSTICA ENCUENTRE NUEVAS OPORTUNIDADES EN LA ESFERA DIGITAL

Diez años han pasado desde que Marc Andreessen (2011) afirmaba en su ensayo “Why Software is Eating the World” que la esfera del mundo digital se estaba haciendo rápidamente más poderosa; incluso más que la material y, al menos en términos económicos, se volvía más dominante. Posteriormente diversos autores, además de centrar nuestra atención hacia la rápida digitalización del mundo; comenzaron a disolver la línea entre el mundo material y el digital, argumentando que cada vez es menos perceptible (o relevante) la distinción entre ambos.

Un ejemplo de ello es el hecho de que recientemente la digitalización ha borrado la línea entre el trabajo y el hogar; reconectando ambos mundos después de décadas durante las cuales la revolución industrial había mantenido separadas dichas esferas. 

Sandbox. Ale de la Puente/Alumnos del Tecnológico de Monterrey – Residencias virtuales Arte AC.

El crecimiento vertiginoso de la esfera digital, cuyos límites con el mundo material se han venido desvaneciendo, ha abierto la puerta a la emergencia de nuevas prácticas de producción; por consecuencia, ha provocado que en las últimas décadas hayamos visto una gran innovación en los procesos de producción del arte.

La ya ampliamente explorada idea de la participación colectiva se acelera con estos medios y permite, por ejemplo, la colaboración a gran escala, donde grandes grupos de personas pueden interactuar no solo en tiempo real; sino de manera distribuida (desde cualquier lugar del mundo donde se tenga acceso a una conexión a internet, es posible contar con participantes). Lo mismo sucede del lado del espectador, ya que una obra construida en la nube se vuelve cuasi omnipresente; dado el fácil acceso que los públicos tienen hacia ella. 

El rápido desarrollo de los espacios digitales se aceleró con la llegada de COVID-19 cuando la proximidad, entendida como base de la interacción humana, se vio retada por las medidas precautorias de distanciamiento social, haciendo que las diferentes esferas humanas, como el trabajo, entretenimiento y socialización, migraran súbitamente a las plataformas digitales.

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Algunos autores afirman que dicha aceleración nos situó entre diez y quince años por delante del ritmo de digitalización que se venía registrando en nuestra sociedad. La producción artística no fue la excepción; diferentes artistas y colectivos empezaron a involucrarse en esta nueva arena, tanto por la necesidad de dar continuidad a la producción; como en el intento de cuestionar las nacientes dinámicas de vida en la nueva normalidad y su relación con los espacios digitales, a pesar de la constante incertidumbre.

Nuevas oportunidades, nuevos límites

La creación encuentra nuevas oportunidades en la esfera digital, algunas de ellas muy evidentes. La falta de aquellas restricciones que representan los medios materiales brinda una mayor libertad para la construcción. Un gran ejemplo de esas libertades es el concepto de “caja de arena” (que evoca los areneros donde muchos jugamos en nuestra infancia); adoptada por el mundo de los videojuegos en los años ochenta como espacios sin un objetivo definido que permiten al público, además de acceso masivo, colaborar de manera completamente horizontal.

En coincidencia con la pandemia surge otra oportunidad de ventaja: la congregación. Estas plataformas digitales se convierten en el espacio en que podemos, además de divertirnos, encontrarnos con los demás, tomando en consideración el prolongado confinamiento que muchos hemos experimentado. Movimientos como el “Open source/content” promueven la creación de plataformas de colaboración transparente; donde la producción se vuelve abierta y con ello, se replantean por ejemplo, los derechos de propiedad.

El tiempo es otro río. Tania Candiani/Alumnos del Tecnológico de Monterrey – Residencias virtuales Arte AC.

Haciendo que nos cuestionemos sobre las comunidades, ya que los derechos de autor -en muchos casos-, pasan a segundo plano para privilegiar los derechos de acceso. Además, en un mundo cada vez mas preocupado por el cuidado de lo material; otra virtud emanada de los espacios digitales es la abundancia artificial, que se convierte en una oportunidad antagónica a la escasez material

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Junto a las mencionadas oportunidades, libertades y abundancia, también se distinguen nuevos límites que diversos artistas empiezan a explorar. Hace ya casi dos décadas, el autor y escritor de ciencia ficción Bruce Sterling (2005) nos adelantaba sobre este momento y predecía que los límites cada vez serían menos tecnológicos y de dinámica de consumo (al menos como la entendemos en el inicio del siglo XXI).

Sterling subrayaba dos límites de estos espacios virtuales, que debemos entender y gestionar: el coste de oportunidad; entendido como el proceso que se hace explícito cuando con solo un clic; el individuo decide a una velocidad vertiginosa qué abandona y con qué se queda y la carga cognitiva (pensar y prestar atención) que el espacio virtual le demanda a cada individuo debido a su vastedad. La carga y la oportunidad se convierten en el recurso más precario.

La migración de nuestras metahistorias

Los significados, y todas nuestras tesis culturales en torno a los sujetos que aborda la producción artística requieren ser replanteados. El espacio visual, como un medio en sí mismo, posee también su propia estética y lenguajes. ¿Cómo nuestras narrativas y percepciones se trasladan al espacio virtual?, ¿estos espacios son también políticos?, ¿cuáles son las nuevas relaciones con el espacio físico que devienen de la virtualidad?

2038 The new serenity. German Pavillion at the 17 th International Architecture Exhibition – La biennale di Venezia

Para algunos creadores, la pandemia abrió el espacio ideal para abordar algunos de estos cuestionamientos; preguntas que giran en torno a los procesos de producción y la exhibición de la obra en medio de la experimentación con nuestras metahistorias. Zakaria (2020), además de afirmar que el mundo post-COVID será digital; propone a éste como el fin del periodo en el que la humanidad tenía la creencia del control; un breve lapso que nació con la invención de la imprenta y que concluye con el mundo digital. Esta conclusión nos devuelve con humildad a la posición milenaria de ser una especie en búsqueda de su lugar en el universo.

REFERENCIAS:
Andreessen, M. (20 de agosto de 2011). Why software is eating the world. The Wall Street Journal. https://www.wsj.com/articles/SB10001424053111903480904576512250915629460
Kubina, L. (2021). 2038-The New Serenity. Munich: Sorry Press
Sterling, B. (2005). Shaping things. Cambridge MA: MIT Press
Zakaria, F. (2020). Ten lessons for a post-pandemic world. New York NY: W. W. Norton & Company, Inc.  


  • TEXTO: Dr. Roberto Iñiguez Flores | Decano de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey.

Fecha de Publicación:
Miércoles 22/09 2021