La nueva familia de billetes del Banco de México

A finales del siglo XIX, un largo periodo de caos y descontrol económico en nuestro país encrespaba la necesidad de México de tener un nuevo sistema bancario en años posteriores a la Revolución; a su vez, la marcada influencia de las economías de occidente, que hacía patente la importancia de contar con una banca central que emitiera dinero de curso legal en cada país, propició la tentación por parte del gobierno de resolver dichas inquietudes con la creación de nuestra propia institución bancaria, así, el 1ro de septiembre de 1925, el Banco de México –respaldado por el artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos– abrió sus puertas.

Con el nacimiento del Banco de México (Banxico), se pretendía –además de alentar la confianza en un nuevo sistema bancario y el renacimiento del crédito en el país– obtener la facultad exclusiva en la fabricación, uso y distribución del papel moneda, abandonando la multiplicidad de bancos que imprimían sus propios billetes para cada región –sin respaldo ni garantía de valor–, y la costumbre de sustituir los billetes por monedas de plata y oro que los mexicanos acuñaban debido a la desconfianza.

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El 1ro de septiembre de 1925 marcó el inicio de un cambio en las operaciones monetarias de México, pero fue hasta 1969 que asentó sus desafíos, dando inicio a las operaciones de su propia fábrica de billetes, que desde entonces ha emitido más de seis familias de billetes (desde la AA hasta la G) manteniendo constantemente actualizadas sus características con el fin de evitar situaciones de falsificación, y respondiendo a los avances tecnológicos, cambios de unidad monetaria y requerimientos de los usuarios, asumiendo también la particularidad de dejar plasmado un legado de identidad histórica y patrimonio cultural y natural de México, independientemente de temas de control de inflación y economía.

Hoy en día es común encontrar en circulación billetes de distintas series o familias, creados en dicha primera planta, así como en la nueva fábrica de billetes ubicada en el Salto Jalisco, que comenzó sus operaciones en 2018. Comúnmente podemos encontrar billetes de la familia “D1”, por ejemplo el billete rosado de 50 pesos en el que aparece José María Morelos y Pavón, que derivado de un incremento en el nivel de falsificación, se vio orillado a la actualización de sus elementos. También es común encontrarse con el billete de $1000, de color morado y con Miguel Hidalgo y Costilla al frente, éste pertenece a la familia “F”, del cual su emisión inició en 2006 y concluyó en 2010.

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Para 2018, una nueva familia de billetes comenzó a distribuirse, esta serie cuenta con los estándares de seguridad más desarrollados de su historia, y es la familia a la que pertenece un billete muy particular, que da un giro de 180º al formato horizontal, y del que todxs están hablando: el nuevo billete de 100 pesos.

La familia “G” se ha ido introduciendo poco a poco en nuestros movimientos, las denominaciones contempladas son de 20, 50, 100, 200, 500, 1000 y una nueva denominación de 2000 pesos. Hasta ahora conocíamos, e incluso hemos tenido en nuestras manos, los billetes con denominación de: $200, de color verde y con Hidalgo y Morelos al anverso, y el ecosistema de matorrales y desiertos del águila real de la Reserva de la Biósfera El Pinacate y el Gran Desierto de Altar en Sonora, al reverso. Este billete es conocido popularmente por reemplazar al anterior de Sor Juana Inés de la Cruz. También conocemos los de 500 pesos, con Benito Juárez al frente y una ballena gris y su ballenato al reverso, elementos que representan las costas y mares en la Reserva el Vizcaíno, en Baja California Sur, este último reemplazó al icónico billete de $500 que presentaba a Diego Rivera y Frida Kahlo al anverso.

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Hace apenas unas semanas, Banxico dio a conocer el nuevo modelo del billete de 100 pesos, despidiendo a Nezahualcóyotl –uno de los personajes que más tiempo ha protagonizado una denominación– para dar la bienvenida nuevamente a Sor Juana Inés de la Cruz, a la lista de personajes en curso. Este nuevo billete representa la época de la colonia novohispana con una de sus máximas representantes, la erudita y desafiante Sor Juana, de quien su nombre se volvió parte de nuestra jerga con dichos populares como “Una Sor Juanita”, haciendo alusión a su antigua ocupación del billete de 200 pesos que circula desde 2008. Pero no es sólo una cara, cada billete de esta serie rinde tributo al acervo natural de nuestro país, este billete impreso en polímero –que elevará su promedio de vida al doble que el de papel de algodón convencional– revoluciona el formato siempre conocido al volcarse vertical, trae en su reverso un ecosistema de bosques templados, parte de la Reserva Biósfera de la Mariposa Monarca, que hoy en día es patrimonio mundial natural de la humanidad.

El billete se encuentra en circulación desde el 12 de noviembre de 2020 (justo el día que se conmemora el natalicio de Sor Juana), e irá desplazando poco a poco al actual –no confundir al billete de 100 pesos alusivo al Centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos–. Entre sus medidas de seguridad –y que muchas de ellas se pueden encontrar en las denominaciones ya presentadas y en las que vendrán– se encuentran los folios verticales con dígitos de tamaño creciente, una ventana transparente con un arco en este caso, elementos que cambian de color al inclincar el billete –en éste ejemplar unas mariposas–, el número 100 con líneas verticales en relieve, así como los textos “Banco de México” y “Cien Pesos”, entre características particulares de las tintas que responen a la luz negra. Además cuenta con tecnología de realidad aumentada, que puede apreciarse a través de la aplicación “Billetes Mx” para dispositivos móviles.

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El lanzamiento del billete de 100 pesos llegó acompañado por el de $1000, apenas unos días después de su lanzamiento. Este billete cuenta con la misma tecnología, pero en el tradicional formato horizontal, con él se conmemora el 110 aniversario de la Revolución Mexicana. En el anverso de este billete se encuentran los rostros de Francisco I. Madero y Carmen Serdán, miembros fundamentales del movimiento antirreeleccionista y la Revolución Mexicana, así como el de la periodista Hermila Galindo, quien luchó al lado de Venustiano Carranza por los derechos de las mujeres mexicanas durante el movimiento revolucionario, y fue voz en el cimiento de las bases del derecho al voto para las mexicanas. En el reverso encontramos la selva, el jaguar, la ceiba y el zapote en la antigua ciudad Maya: flora y fauna del sureste mexicano. Este billete se encuentra ya en circulación y celebramos que es la primera vez en la historia de México en la que aparecen dos mujeres al mismo tiempo en un billete.

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Es importante mencionar que debemos generar el hábito de revisar los billetes, cuidarlos, evitar acciones que los deterioren como: pintar encima de ellos y rayarlos, y sobre todo, en épocas pandémicas, no olvidar lavarse las manos después de usarlos.