

LA ARQUITECTURA DE UNA CIUDAD DE 600 AÑOS DE ANTIGÜEDAD GUARDA MUCHAS MEMORIAS Y PODEMOS ACCEDER A ELLAS RECORRIENDO SUS CALLES
¿Dónde estamos parados?
La Ciudad de México es un lugar con una oferta cultural muy amplia. Si bien es una de las ciudades con más museos en el mundo y la mayoría de ellos son accesibles, también podemos conocer la historia de la CDMX simplemente caminando sus calles y prestando atención a su arquitectura, especialmente a la del Centro Histórico..
El Centro Histórico se delimita en dos perímetros: el perímetro “A” comprende un área aproximada de 3 kilómetros cuadrados y concentra la parte más antigua de la ciudad, así como el mayor número de edificios históricos. Alrededor de éste, se conforma el perímetro “B”, de aproximadamente 7 kilómetros cuadrados, el cual demarca lo que la ciudad creció hasta el siglo XIX.
Aun limitándose al perímetro A y B del Centro Histórico, la cantidad de construcciones emblemáticas son muchas. Pero para esta ruta seleccionamos 7 proyectos clave para tratar de resumir los 600 años que esta ciudad lleva de existencia.
La ciudad antigua del Centro Histórico
Antes de la ciudad que conocemos hoy, existió la capital del imperio mexica: Tenochtitlan. Su centro ceremonial más grande fue el Huey Teocalli, el que hoy conocemos como Templo Mayor. Fue construido a lo largo de 200 años desde 1325 en siete etapas, siguiendo su estructura piramidal, materiales pétreos como el tezontle y manteniendo los adoratorios de Tláloc y Huitzilopochtli.
Tras la caída del imperio mexica en 1521, durante la conquista se comenzó a planear la construcción de la Nueva España. Uno de los primeros proyectos fue la Catedral Metropolitana justo frente al Templo Mayor. Se construyó durante 240 años, de 1573 a 1813. En ella encontramos estilos arquitectónicos como el gótico, barroco y neoclásico.

Caminando sobre la calle Francisco I. Madero encontraremos muchos edificios de distintos estilos y épocas: casonas que ahora son pasajes comerciales, tiendas lujosas que ahora son restaurantes y palacios que ahora son museos. Este último es el caso del Palacio de Iturbide, actual Palacio de Cultura Banamex. Este palacio de estilo barroco construido en 1785 ha sido casa de familias adineradas, virreyes y del emperador Iturbide, hasta ser hoy un museo con exposiciones diversas del Fomento Cultural Citibanamex.
El portal entre dos épocas
El cruce de Madero y Eje central es uno de los más transitados en latinoamérica. No solo cruzan peatones, sino también el México antiguo y el México moderno. Dejamos atrás la arquitectura del virreinato para comenzar a ver proyectos como el Palacio de Bellas Artes, planeado durante el porfiriato con estilo ecléctico combinando el Art nouveau y el Art Déco. Con este último estilo e inspirando su forma en el Templo Mayor, enfrente de Bellas Artes se encuentra el edificio La Nacional, denominado el primer rascacielos construido en México en 1930.
La Torre Latinoamericana es el exponente de la arquitectura moderna en el Centro. Tomando como referencia edificios estadounidenses como el Empire State y el Chrysler Building en Nueva York, la Latino fue concluida en 1956 y ha resistido los comunes sismos de la ciudad hasta el día de hoy.
Frente a la Alameda Central encontramos el Conjunto Juárez, sobre la avenida de este mismo nombre. El conjunto fue construido en 2003 y diseñado por el despacho Legorreta, uno de los más reconocidos en arquitectura mexicana moderna con elementos como volúmenes cuadrangulares y el uso de la retícula.
Habitamos la ciudad y la ciudad habita dentro de nosotros
Esta ciudad ha pasado por imperios, conquista, un virreinato y el establecimiento de una nación, siempre siendo la capital. Si bien el Centro Histórico no representa en su totalidad la vasta cultura e historia que tiene el país ni la misma CDMX, en él podemos encontrar muchos de los lugares, elementos y edificaciones que guardan la memoria de siglos de historia que han construido los lugares que hoy habitamos.
Las calles que caminamos están compuestas de capas de esas historias, tanto en sucesos como su representación material. El pensar que debajo del Centro Histórico hay arquitectura prehispánica y también la infraestructura del Metro que nos transporta a diario ya ejemplifica lo mucho que se alberga aquí.
Los recuerdos y la memoria de las construcciones se alimentan de la interacción que nosotros tenemos con ellas. Las iglesias con fieles, las tiendas con comerciantes, los museos con visitantes, las calles con peatones y observadores; todos construyen la historia de la ciudad a diario, desde hace 600 años y hasta el día de hoy.
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