LA ZONA ROSA DE LA CDMX ES UN DISTRITO FINANCIERO, DE COMERCIOS, RESTAURANTES, CENTROS NOCTURNOS Y UN REFERENTE DE LA COMUNIDAD LGBTTTIQA. CONOCE SU HISTORIA.

La Zona Rosa es un segmento del este, y el último en desarrollarse, de la Colonia Juárez en la alcaldía Cuauhtémoc. Está ubicada entre los tramos centro del Paseo de la Reforma, la Avenida de los Insurgentes y la Avenida Chapultepec. En los últimos 60 años se consolidó como uno de los referentes de la cultura gay en México y hasta cierto punto favoreció la apertura de espacios seguros en la CDMX.

Actualmente es un distrito financiero, zona de comercios, de restaurantes y de centros nocturnos que tuvieron que adaptarse a la nueva normalidad y que sobreviven a la pandemia. Lugares de referencia para la comunidad como los Cabaretitos, El Almacén o Rico conviven con las oficinas, las dependencias gubernamentales, los edificios habitacionales, los comercios y la gran oferta de restaurantes a su alrededor. A estos se suman lxs poblacionxs diversas: lxs visitantes, turistas, la comunidad asiática de la zona y la comunidad LGBTTTIQA. Es un lugar de ligue y el punto de encuentro para muchos de los contingentes que marchan en símbolo de protesta en la CDMX, incluida la Marcha del Orgullo LGBTTTIQA.

Caos disfrazado de eclecticismo

“La CDMX es ecléctica. Decir que la zona rosa es ecléctica es el eufemismo de decir que es caótica. Siempre se dice que la Zona Rosa tiene las casas del modernismo ecléctico, mansiones que se desarrollaron en el Porfiriato con una base Neoclásica y decoraciones inspiradas en el Barroco francés del siglo XVIII”.

José Ignacio Lanzagorta

Aunque esta descripción es correcta para el resto de la colonia Juárez, no lo es para la Zona Rosa cuyo desarrollo sucede después de la Revolución Mexicana. Los terrenos de la antes llamada Colonia Americana se repartieron entre las familias acaudaladas del Porfiriato quienes buscaban imitar el estilo de vida de las ciudades europeas, por lo que construyeron mansiones y chalets del estilo ecléctico que caracterizó a la época. Sin embargo la Zona Rosa entró en la dinámica del crecimiento de la Ciudad de México de tal manera que encontramos en ella algunos ejemplos de arquitectura Neocolonial Californiana, algunas casas del Modernismo Ecléctico, otras con aplicaciones del Art Nouveau y algunos experimentos funcionalistas interesantes de las vanguardias del siglo XX. “Como sucedió con el resto de la colonia Juárez, para la Zona Rosa no hubo un programa arquitectónico consistente o coherente y eso se nota cuando caminas por ahí”.

Por otro lado tenemos las diferentes etapas de re edificación del lugar, algunas causadas por el terremoto del 85. Podemos encontrar edificios habitacionales y de oficinas de las décadas de los 70 y 80. “No hay un estilo dominante y ninguno es como el gran ejemplo de la arquitectura en cualquiera de sus etapas. No hay ningún edificio particular que la represente. Decimos que es ecléctica como la manera más amable de decir que es caótica”.

De mansiones porfirianas a distrito financiero

La Colonia Juárez es una colonia que se desarrolla a partir de varios repartos territoriales a familias acaudaladas del Porfiriato. De un trazado regular, la lotificación fue creada de tal manera que las casas tuvieran el tamaño de todo el lote, lo que permitió construir enormes mansiones de estilo francés. Durante esta época es muy poco lo que se construye del lado este de la entonces Colonia Americana. Sin embargo encontramos construcciones como el Hotel Geneve que imprimió a la zona un aire turístico y cosmopolita. La Revolución Mexicana desaceleró el desarrollo moderno pero comenzó una nueva etapa de desarrollo en la zona.

“Este sector de la Juárez supo aprovechar el frente que tenía sobre el Paseo de la Reforma, visto como una avenida monumental e icónica de la capital. Existe el mito de que la que la Colonia Juárez es esta colonia de casas de las élites porfirianas aunque en realidad no es tan cierto. Más bien, se concibe como un espacio recreativo y de esparcimiento. Incluso se modificó la traza de la Zona Rosa con calles pequeñas justo con la idea de que no hubiera grandes mansiones ahí. Se buscó aprovechar el espacio público para que sirviera de paseo”.

Es hasta la década de los 40 cuando empieza a funcionar como proyecto urbano con la apertura de las primeras galerías de la zona. Cafés, restaurantes, bares y galerías inundaban la zona dándole un aire bohemio. Para los años 50 ya era considerada una zona de lujo y de confort a la que acudía la socialité mexicana.

Demasiado tímida para ser roja y demasiado atrevida para ser blanca

El nombre de Zona Rosa está presente hasta los años 60 y existen varias versiones de quién acuña este nombre. Es utilizado por La Mafia, un grupo de intelectuales, artistas, escritores, periodistas, cineastas, actores y actrices. Entre estas personalidades se encontraban José Luis Cuevas, quien se proclama autor del nombre, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y Vicente Leñero. Este último en un artículo, para la revista Claudia en 1965, la describe como ‘demasiado tímida para ser roja y demasiado atrevida para ser blanca‘ y proyectó esta idea de no ser tan transgresora ni tan inocente. La situaba en un punto medio, en un punto rosa.

“El artículo lleva la metáfora del rosa mucho más allá, como que no es una cosa ni la otra, algo chafa. Y tanto Leñero como otros autores, describen esta idea de que es aspiracional, un pedazo de la Ciudad de México donde la gente que va, ahí se siente que está en algún otro lugar como París o San Francisco. Lugares que daban en el punto de ebullición de la del cosmopolitismo y de la revolución sexual sin poder alcanzarlos en su totalidad”.

Es interesante que justo en el momento en el que la Zona Rosa se piensa así misma o a partir de este grupo de intelectuales y que este grupo logra socializarlo y llevar este ‘concepto’ fuera de la CDMX e incluso en otras ciudades de Latinoamérica, es el momento en el que podemos pensar que empieza su decadencia. Aunque es hacia los años 70 cuando comienza a haber una apertura hacia la visibilización LGBTTTIQA y los espacios seguros.

Un espacio transgresor inspirado en el cosmopolitismo

La década de los 60 y La Mafia visibilizaron a la Zona Rosa como un espacio concurrido por la comunidad gay de la época, incluso antes de que se usara la palabra Gay en México. Parte de su transmigración está inspirada en el cosmopolitismo de ciudades como San Francisco, Nueva York o Paris y el afán de imitar sus vanguardias transgresoras que en ese momento se encuentran con el estandarte de la Revolución sexual y de estar In o estar Out.

El repudio al nacionalismo mexicano y los logros del desarrollo estabilizador presentaron a la Ciudad de México como una ciudad cosmopolita. Sede de las Olimpiadas y del Mundial de Futbol. La Ciudad de México entiendía y conectaba con las vanguardias internacionales. “Se mostraba como vanguardista, cosmopolita, transgresora, y que, además, incluía las transiciones sexuales”.

Publicaciones como la gaceta del restaurante Focolare o Las dos Elenas (adaptación al cine inspirada en el cuento de Carlos Fuentes) estipulaban que estar In o estar Out estaba ligado con la postura hacia la homosexualidad o la opinión de que las mujeres tuvieran sexo antes del matrimonio. La Zona Rosa territorializó la transgresión de la Revolución sexual y se convirtió en el espacio en el que estas ideas de vanguardia sucedían. Para estos años ya se sabía de espacios, como el Safari, el Bar Paseo o lo que ahora es el Museo del Eco, que funcionaban como bares gay. Esto propició que la Zona Rosa se convirtiera en un lugar de ligue, de fiesta, de happenings, de libertad sexual y espacio seguro (en algunos casos para la meritocracia de ese entonces).

El lugar que territorializa la identidad gay en CDMX

Pese a esta libertad sexual, la homosexualidad, al igual que ahora, seguía sin ser del todo aceptada por lo que los lugares de encuentro eran la calle, los baños públicos y las fiestas clandestinas. “Se sabía que en la esquina mágica y en la Zona Rosa podías ir a ligar. Era muy común que hubiera fiestas justo después de cenar y que algunos de estos happenings fueran gay”.

Podemos hablar de un referente de la cultura gay, o de que la misma comunidad toma conciencia de la Zona Rosa, a finales de la década de los 70, al mismo tiempo que se forma el movimiento político en la Ciudad de México. Simultáneamente en esta década comienzan a visibilizarse movimientos gay y la primera Marcha LGBT+ en 1979. “La Zona Rosa es el lugar que territorializa la identidad gay, como esta manera de entender y organizar la homosexualidad masculina y femenina y en su momento las identidades trans que eran parte de este conglomerado lésbico – gay.” Fuentes como El vampiro de la Colonia Roma de Luis Zapata y un texto de José Joaquín Blanco confirman que para estas fechas la Zona Rosa tenía ‘ese algo que atría a los gays’.

El Nueve como referente de espacio seguro

Antes del Nueve había algunos esfuerzos de abrir bares gays pero que eran inmediatamente clausurados. En 1977 Henri Donnadieu abre El Nueve, un lugar que sí logró permanecer abierto, contrario a los anteriores. El Nueve se convirtió en un elemento demasiado disruptivo en la memoria gay de la Ciudad de México. Desde luego un espacio muy importante para para los gays, lxs trans y las lesbianas de esa generación.

Claro, el Nueve no inventa la identidad gay y tampoco inventa la Zona Rosa como la conocemos ahora, pero sí es una manifestación de que lo gay ya está consolidado ahí. Podemos pensar en un espacio seguro que habría empezado ahí. Si hay que ponerle fecha a cuándo la Zona Rosa se vuelve un espacio seguro para la comunidad LGBTTTIQA, diría que está en su decadencia. Es después del terremoto del 85, cuando hay una pérdida de interés del Estado por clausurar lugares en la zona rosa. De esta manera logran sobrevivir otros lugares como El Taller, y más adelante los Cabaretitos, y muchos de los bares que conocemos ahora”.

Hacia su decadencia

Toda la década entera de los 70 la Zona Rosa continuó como un lugar de restaurantes, centro nocturno, galerías, tiendas de antigüedades, escuelas de idiomas y un núcleo de mucha actividad para todas las clases sociales.

“Su decadencia empieza realmente en los 80. Muchos lugares dejan la zona y grandes restaurantes, galerías y antros cierran sus puertas. La razón más fuerte es el terremoto del 85. La otra razón es la dinámica natural de la ciudad. Las élites se fueron cada vez más lejos, hacia el Pedregal o las Lomas de Chapultepec. Empezó esta onda, que no es solo ocurre en la Ciudad de México sino en muchas de las formas de sociabilidad de las élites, hacia los espacios cerrados y confinados como los centros comerciales y los clubes deportivos. La idea de estar en la calle se volvió una cosa amenazante. Las actividades de la zona en realidad no cambiaron, el estrato social que la visitaba sí”.

La Zona Rosa y la pandemia

En los últimos 15 años, la Zona Rosa se vuelve una zona con un enorme capital construido y de grande infraestructura. Lugares que no eran del gusto para las colonias colindantes y el repudio a la Glorieta de los Insurgentes como nodo urbano en descuido la llevaron a un gran proceso de gentrificación aunque había estado como rezagada en términos del proceso. La construcción de rascacielos y el uso estratégico sobre Paseo de la Reforma consolidaron el distrito financiero de la Ciudad de México.

Durante la pandemia, pasaron cosas interesantes, muchos de los lugares cerraron y otros lograron sobrevivir, la forma de convivir con las personas y de vivir la noche cambio drásticamente. La reapertura paulatina y la adaptación de la Nueva Normalidad, llevó a muchos de los lugares a modificar su forma de operar. Los lugares que tuvieron los recursos para sobrevivir a la pandemia. “La única manera de enfrentar un proceso de gentrificación tan intenso es con capital, con billetes, y lo que se ve es que la Zona Rosa sigue operando pese a su despolitización y a la migración de la cultura gay hacia el Centro Histórico de la CDMX con la apaertura de lugares como el Marra o la Puri”.

Hacia la descentralización de un ‘territorio gay’

La Zona Rosa de la Ciudad de México sigue siendo el núcleo y referente de la cultura gay en México pero su futuro como tal es incierto. Poco a poco se han abierto más lugares seguros fuera del territorio gay. La centralización de la cultura gay en la CDMX puede correr con la misma suerte de los barrios gay de diferentes ciudades del mundo. Ciudades completamente seguras en donde los potentes núcleos gay quedaron meramente como referente histórico.

Con el paso de los últimos años se han alcanzado espacios de visibilización y derechos humanos gracias a todxs lxs disidencixs. A partir de los años 90 se plantea como meta el matrimonio igualitario, y con él, el derecho a la adopción para parejas del mismo sexo y se consiguió. En la Zona Rosa se logró la apertura de oficinas de gobierno que atienden a la comunidad LGBTTTIQA. Se configuraron toda clase de espacios a favor de la comunidad y muchas de las demandas de visibilidad fueron otorgadas. Para los últimos 10 años se entendió lo que es ser diversx y lo que los movimientos buscaban se consiguió. Razón por lo que la Zona Rosa se quedó hasta cierto punto estancada.

Aunque todos estos espacios lograron aperturarse, aún quedan muchos otros por ganar. La lucha sigue, pero ya no está en estos bares ni espacios de la Zona Rosa. Tenemos que llevar esta transgresión a otro lado y conseguir una CDMX completamente segura.


  • TEXTO: Bob J. Barraza con información del antropólogo urbano José Ignacio Lanzagorta

  • PORTADA: Revista Macho Tips 1986, José Ignacio Lanzagorta

Fecha de Publicación:
Viernes 25/06 2021