EL MEMORIAL A LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA EN MÉXICO ES UN ESPACIO QUE PRETENDE CREAR CONCIENCIA EN TORNO A LA SITUACIÓN SOCIAL EN NUESTRO PAÍS A TRAVÉS DE ESPACIOS SIGNIFICATIVOS.

Lunes 21/04 2014

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FOTOS: Sandra Pereznieto

Arquitecto: Gaeta-Springall Arquitectos

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Un “memorial” es una pieza arquitectónica que materializa el no olvido y la remembranza en torno a un evento en particular. En el caso del Memorial a las Víctimas de la Violencia en México se materializa uno de los temas más importantes y actuales de la sociedad mexicana: la violencia; un tema gigante y abierto en el tiempo. 

Conocimos el proyecto por la televisión, pero tiempo después, parte del equipo que estuvo a cargo del proyecto se puso en contacto con nosotros para presentarnos y hablarnos de lo que significó el trabajo, una propuesta conceptual materializa un proyecto abierto en el espacio; abierto a la ciudad y abierto a la apropiación de los ciudadanos, un espacio en una total relación de apertura a la ciudad y a sus actores que responde a la doble condición de espacio público y memorial.

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En el lugar (de propiedad federal que estuvo por décadas bajo la jurisdicción de la Secretaría de Defensa) se propuso la acción de un concurso nacional de arquitectura, que en un inicio significó la recuperación de 15,000 metros cuadrados en términos de espacio público en la Ciudad de México y que ahora es también un sitio que termina por abordar el tema de la violencia y lo que en nuestro país ha significado el término en materia social y política.

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La violencia está sugerida en la propuesta en dos dimensiones: lo inmaterial y lo construido. El vacío que se propone en el proyecto es el espacio creado entre las paredes de acero y los árboles. Este vacío podría evocar el concepto de la ausencia de las personas, y las superficies de las paredes de acero, oxidado o reflejo, demostrar que podemos perdernos o multiplicarnos. Además de eso, si pensamos en la violencia como la destrucción, la construcción de muros de acero juega como el gran antídoto contra la violencia.

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La acción proyectual consistió en la construcción de setenta paredes metálicas de acero corten entre los árboles, es un juego dual entre la naturaleza y la arquitectura: el bosque de los árboles y el bosque de las paredes. La conexión entre los árboles y los visitantes, los seres vivos, la sociedad juegan con la inmaterialidad de la memoria de las víctimas.

La lista de materiales es reducida: acero y hormigón, sumado a los elementos naturales de la selva. –Estamos usando el acero corten en tres formas: reflejo natural, oxidado o de acero inoxidable, cada uno de ellos con diferentes significados. El acero oxidado hace referencia a las marcas y cicatrices que el tiempo deja en nuestras vidas. El acero inoxidable espejo se utiliza para reflejar y multiplicar la vida: las personas, los árboles y el agua del espacio central, y el acero natural se utiliza como un elemento imperturbable que nos recuerda los valores principales y esenciales que las sociedades deben mantener para vivir en paz. El hormigón se utiliza para los carriles y los bancos; para caminar y la reflexión–, afirman sus creadores y el equipo de Lighteam «Despacho mexicano que estuvo involucrado en el proceso de iluminación de este lugar». En el espacio central y principal del monumento, hay una fuente de 1.200 metros cuadrados con una geometría irregular y abierta, para recordarnos que el tema de la violencia está todavía en ese mismo estado. La fuente está cubierta con una rejilla para que el visitante pueda caminar sobre el agua.

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En esta zona las paredes de acero suben más fuerte y más alto, creando el mayor drama en todo el lugar. El reflejo en el agua de los árboles y paredes que nuestros ojos van hacia arriba y hacia abajo. Cuando suben, ven el cielo, la luz, el sol.

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Finalmente, una de las partes más importantes del proyecto es la humanización y la apropiación de las paredes de acero. La sociedad es responsable de hacer el Memorial. Las paredes metálicas setenta son espacios para que la gente escriba el nombre de su víctima, y expresar su dolor, la ira y anhelos. Estas paredes de acero actúan como espejos y pizarras, y por los escritos, se transforma en testigos del dolor y la destrucción provocada por el crimen organizado. Un proyecto arquitectónico que vale la pena conocer y descubrir en el D.F.