UN CONCEPTO CONTEMPORÁNEO CON INFLUENCIAS GLOBALES, ENFOCADO EN APROVECHAR LOS MEJORES INGREDIENTES DE NUESTRO PAÍS.

Colima 150, Local 1
Col. Roma, CDMX

Mercedes Bernal y Rodney Cusic son las mentes –y manos– detrás de este nuevo restaurante en la colonia Roma, ambos desde su graduación en The International Culinary Center pasaron años trabajando en los mejores restaurantes de Nueva York, Roma y Londres y en el 2016 deciden emprender una nueva aventura donde pudieran combinar todos los conocimientos, las disciplinas y las influencias culinarias adquiridas de estas experiencias anteriores.

Después de viajar tanto, decidimos elegir un lugar en el cual pudiéramos establecernos y abrir un lugar. Nos interesaba mucho el tema de trabajar con productores locales, con ingredientes de temporada, involucrarnos en los procesos de cultivo… Así que México era la mejor opción.

–Mercedes

Entender todo lo que hay detrás de tener un establecimiento, sobre todo después de tener experiencia únicamente en el extranjero, fue su mayor reto, sobre todo por no conocer las propuestas de la Ciudad de México, sin embargo, después de un tiempo decidieron dar marcha a Meroma de la mano de OPA, Oficina de Práctica Arquitectónica quienes diseñaron el lugar de la mano del arquitecto Pablo Kobayashi. El mobiliario estuvo a cargo de Comité de Proyectos.

Además de ser un lugar diseñado por mexicanos, la vajilla es un pilar importante, pues fue hecha a mano por Hacha.

El producto con el que nos proveemos es primordial.. Hemos creado una red de pequeños productores muy especial, la cual nos provee de insumos de calidad con características únicas de su localidad.

Los productores del área de Texcoco, así como la Universidad de Chapingo son los principales proveedores de este restaurante con quienes Mercedes y Rodney han estado muy en contacto detectando que la logística/transporte/precios son los mayores problema para los pequeños productores, “por eso es difícil tener este tipo de ingredientes en restaurantes”, por lo que ellos mismos han accedido a tener métodos alternativos de transportación que valen mucho la pena, pues la calidad de estos productos es inigualable.

En nuestra visita, tuvimos la oportunidad de probar algunos de éstos, por ejemplo: Miel de Rocío –una productora en Puebla–, piloncillo –traído de San Luis Potosí– y leche de cabra de Molino Rojo –en Texcoco–.

Al trabajar con producto local, su carta es de temporalidad y se rige de acuerdo a la calidad de los productos, porque “en México no están tan marcadas las temporadas –más que en las frutas– por eso nos fijamos mucho en qué hay del día que tenga buena calidad” y con base en ellos crean platillos especiales cada día.

Un lugar que busca utilizar técnicas culinarias de vanguardia y aprovechar los mejores ingredientes que nuestro país ofrece, resultando en una experiencia única, accesible y deliciosa.



  • FOTOS: Iván Linares

  • TEXTO: Abigail Quesnel

Fecha de Publicación:
Martes 28/11 2017