UNA DE LAS MARCAS LÍDER DURANTE LA OLA DE DISEÑO INDEPENDIENTE DEL 2000. MARVIN Y QUETZAL PROPUSIERON DESDE SUS INICIOS MODA QUEER LIBRE COMO UNA FORMA DE AUTO EXPRESIÓN

Marvin Durán y Quetzal Rangel, fundadores de la marca homónima, dos jóvenes apasionados por la moda pusieron sobre la mesa la idea de crear moda sin barreras, sin limites de género o expresión.

Actualmente entendemos este tipo de propuestas como algo Queer, pero en el 2004, año en que comenzó la marca, esto no se entendía con la facilidad con la que lo hacemos hoy, lo que vuelve a la propuesta de Marvin y Quetzal un referente importante y un parteaguas en la industria de la moda en México.

La marca empezó en el 2004. Por amigos en común conocí a Quetzal durante un Fashion Week México y la química fue inmediata. Hubo una atracción inevitable. Empezamos a platicar y nos dimos cuenta que había muchas cosas en común y desde ahí no nos separamos; fuimos conociéndonos, creciendo y creando juntos.

Ambos estaban insatisfechos con el sistema de moda en México la cual encontraban muy conservadora, y no se sentían parte de ella, lo que los llevó a crear su propia marca y a proponer presentaciones en formatos distintos.

Su primer desfile lo armaron con el poco dinero que tenían en ese momento –y con la ayuda de amigos– en el lobby del Hotel Virreyes con un el aire underground que la marca se había planteando como parte de su esencia.

Por casualidad a ese primer desfile asistió Annie Lask, que en la época era editora de Harper’s Bazaar, lo que les abrió las puertas para ser aún más publicados en distintas revistas de moda teniendo gran aceptación por públicos muy diversos, algo que sorprendió y alegró mucho a los creadores porque sabían que su propuesta era totalmente diferente a lo que se hacía en México.

Empezaron a presentarse en eventos como Fashion Week México e IDM al lado de marcas que, al igual que ellos, querían más apertura en la moda mexicana como: Trista, Malafacha, TEAMO y Alejandra Quezada, por mencionar algunos.

Quetzal y yo buscábamos siempre incluir el género hombre-mujer en nuestra imagen. Nos maquillábamos, las invitaciones a nuestros desfiles eran fotos de nosotros usando lipstick.  Ahora se entiende como Queer, pero en la época era un shock para muchas personas.

La propuesta de Marvin y Quetzal era y sigue siendo: expresión a través de su imagen.

Nunca hicimos algo por seguir una tendencia o ver qué estaba de moda. Nosotros lo hacíamos solo por ser nosotros mismos, esa era la base en todo. No usábamos la palabra Queer más bien éramos una pareja gay que se expresaba a través de nuestra imagen. Movimos algo en las personas que fue lo que, creo, que causó mucho impacto y encanto.

Lamentablemente en 2008, Quetzal falleció en un accidente. Algo que golpeó fuertemente a toda la industria de la moda en México debido a lo mucho que sus propuestas habían cambiado a la industria.

Marvin decidió que lo mejor era darle un break a la marca por lo que Marvin y Quetzal bajó su perfil, más nunca dejó de hacer cosas.

Entré en una etapa muy complicada. Me dedique más en mi y dejé de estar muy involucrado en la escena, pero nunca dejé de vivir de esto, seguí vendiendo cosas y retomé mi marca personal, Marvin Durán, que cree antes de Marvin y Quetzal.

Es desde 2016 que Marvin empieza a retomar poco a poco la marca, tomando gran fuerza este año y manteniendo su aire irreverente. Marvin y Quetzal no se apega a los calendarios de la moda internacional, sino que representa minorías y gente diversa.

Decidí retomar la marca porque es algo que me dejó Quetzal; algo por lo que luchamos tanto que no lo quiero dejar.

Marvin ve a la moda en una posición política, como un vehículo que lleva un mensaje a través de la redes sociales para que cada vez perfiles diversos tengan más representación.

Ahora estamos en una nueva etapa en la que hay que romper con los estereotipos, como  la creencia de que la mujer, el gay, la trans deben de ser una réplica de una mujer. No, los hombres también pueden ser femeninos.

En esta nueva etapa de Marvin y Quetzal, la firma busca tener aun más una consciencia ecológica de la moda. Desde sus inicios la marca propuso hacer slow fashion, pero busca hacer reciclaje de telas o prendas y logra tener un procesos auto-sustentables con poca producción de prendas. Ahora se especializará más en lograr piezas únicas o colecciones de 15 cambios con un concepto fuerte.

Lo que debe cambiar un poco, en cuanto al consumo, es aprender a apreciar lo que cuestan las cosas. Comprar a una marca nacional implica pocas piezas con procesos más artesanales y las ganancias se quedan aquí.  Nos han acostumbrado, con el fast fashion, a que todo es desechable. El valor de las prendas se ha perdido.

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Puedes encontrar las prendas de Marvin y Quetzal en 180º y a través de sus redes sociales. Además Marvin dirige un proyecto paralelo de venta de ropa vintage llamado Vetements Usages.

 



  • FOTOS: Paola Félix y cortesía

  • TEXTO: María Nájera

Fecha de Publicación:
Viernes 10/08 2018