Volvo Fashion Week México 2025: Cuando la pasarela se convierte en performance
⅛ TAKAMURA
YAKAMPOT, FÁBRICA DE PUNTO, PPAAYYSS Y MÁS MARCAS
Cada desfile es una historia en movimiento. Desde el primer paso al recinto, el aire se transforma: luces, música, texturas, rostros. La moda mexicana vive un momento de plenitud y autoconfianza, y esta edición de Volvo Fashion Week México 2025 lo demostró con presentaciones que se sintieron más como performances que como simples desfiles. Una experiencia inmersiva donde la narrativa, la identidad y la experimentación se entrelazaron para dar forma a un nuevo lenguaje de lo hecho en México.
Entre visuales envolventes, Maison Manila celebró sus diez años con una propuesta que reivindica el lujo de lo que dura. Desde el backstage hasta la pasarela, la firma dirigida por Rossana Díaz del Castillo mostró que la sostenibilidad no tiene por qué ser rígida, sino sensible, sutil, profundamente humana.
Las prendas —atemporales, cómodas, hechas con materiales seleccionados por su suavidad y resistencia— son una declaración: durar es el nuevo lujo. Rossana, originaria de Veracruz y radicada en Oaxaca, traza un puente entre la tradición artesanal y el diseño contemporáneo. Su taller en Ciudad de México vibra con la colaboración y el detalle, recordando que la verdadera innovación también está en el cuidado.
Entre árboles pequeños y luz suave, Yakampot presentó “Sin Más”, una colección creada junto a Mariángeles Reygadas. Inspirada en la rosa de las nieves —una flor que crece en las condiciones más adversas del Nevado de Toluca—, la propuesta es una metáfora sobre la persistencia, la belleza que no busca ser admirada, sino seguir existiendo.
Con fibras naturales, tejidos artesanales y guiños western, Yakampot reafirmó su visión de una moda que respira. Entre los momentos más celebrados estuvo Ashley Frangie (del podcast Se Regalan Dudas), quien desfiló en un poderoso look rojo, siendo una de las pocas modelos plus size de la semana, abriendo paso a la representación que la moda mexicana aún necesita.
El show comenzó con campanadas y un juego de luces que evocaban las catedrales de Puebla, lugar de origen de Fábrica de Punto. Su colección, “Semiótica”, fue un respiro entre tanto estímulo visual. Un regreso a lo esencial, donde cada textura y color significan algo.
El look más comentado: una jersey de la selección mexicana reinterpretada en tejido de punto y acompañada de un balón del mismo material. Una manera poética de reconciliar lo nacional con lo artesanal. Las prendas están hechas con algodón 100% reciclado bajo un modelo de maquila justa, demostrando que la ética también puede ser estética.
Los bordados, las texturas y las siluetas dialogaron entre lo simbólico y lo funcional, evocando la esencia del taller artesanal mexicano. 1/8 Takamura no solo presentó ropa: presentó un rito de renovación, una afirmación de que la moda también puede ser un espacio de trascendencia.
El universo de Ppaayyss aterrizó en el último día de la semana con “Stardust”, una colección que parece salida de una constelación. Entre pelucas, accesorios brillantes y prendas tejidas, la marca exploró la conexión entre lo humano y lo interestelar.
Su streetwear oversized y translúcido desafía los códigos de género y movimiento. Cada pieza brilla como si guardara su propia órbita, convirtiendo la pasarela en una galaxia expandida.
Volvo Fashion Week México 2025 fue solo una muestra del mapa actual, diseñadores que honran la tradición sin miedo a mirar al futuro, talleres donde la comunidad es motor creativo, y colecciones que celebran lo cotidiano como un acto de resistencia.
La moda mexicana está mutando, y esa mutación se siente viva, colectiva, profundamente emocional. Sigue descubriendo a los talentos que están redefiniendo lo que significa vestir desde México.