PARA PAMELA, CARLA Y DIABLA, APRENDER A DEJAR IR HA SIDO LA CLAVE DEL ÉXITO EN LA MODA, EL DISEÑO Y LOS TATUAJES.

A propósito del Air Max Weekend y el lema JustGoBigger platicamos con tres mujeres que la hacen en grande a partir de su esfuerzo diario. Su éxito no es regalado, han sabido aventarse a tomar nuevas oportunidades, han aprendido a lidiar con el fracaso y trabajan en equipos que las llevan a lugares no explorados. Presentamos estas historias que nos inspiran a irnos en grande en colaboración con Nike.

***

Carla Valdivia siempre está corriendo por toda la ciudad. Técnicamente es licenciada en Diseño Gráfico por Central Saint Martins, pero catalogarla como diseñadora es quedarse corto. Tiene una marca de ropa que se llama World Wide Limited (WWLTD), es cofundadora de Hi-Bye, una tienda que es más un espacio de amigos que producen y venden moda. Y hace junto a Roberto Sánchez “Flores la Fe”, un proyecto experimental de decoración.

¿Cómo descubriste que querías estudiar diseño?

Desde niña tuve un vínculo muy especial con mi abuelo. Él es pintor y de chica quería ser como él, dedicarme al arte.  Platicando con él una vez, mientras me veía dibujar, me dijo que debería de estudiar diseño gráfico y no lo dudé. En el primer año de la universidad nos daban muchos cursos intensivos de diferentes disciplinas y al final de ese año debía de volver a aplicar a un curso en específico. Cuando tuve el de diseño gráfico me di cuenta que eso quería hacer.

¿Cómo empezaste en la industria en la que te desenvuelves?

Desde que tenía 18 años, mi papá me inculcó que trabajara en los veranos. Así que aplicaba para pasantías en diferentes compañías de medios en Nueva York. También estuve en Opening Ceremony, así que pude ver de cerca y entender el mundo del arte y el mundo de la moda desde chica. Cuando salí de la carrera era un mal momento para estar recién graduada, por la recesión del 2008 habían muy pocas vacantes. Todo lo que se lo aprendí en Dazed y en Modern Activity  un despacho de diseño gráfico en el que trabajé antes de llegar a México.

Una vez aquí, creí que sería muy fácil encontrar trabajo. Me sentía muy confiada al llegar con un portafolio tan fuerte, pero la gente creyó que iba a cobrar muy caro o que era una diseñadora más grande. Me ayudó crear WWLTD, fue un proyecto personal que no se había vuelto negocio aún, pero me sirvió para expresar algo completamente mío. Luego entré a Sociedad Anónima, diseñé para Archivo Diseño y Arquitectura  y después al Museo Jumex.

Actualmente tengo Studio Katsu, la oficina en la que sigo haciendo diseño gráfico para dos revistas independientes 192 y Edito. Hago la comunicación para Material y la identidad de Hi-Bye, además de publicaciones con Rodrigo Ortíz Monasterio. Sigo con WWLTD y Flores la Fe.

¿Cómo definirías el éxito para ti?

Para mí es un momento de sorpresa. Casi siempre trabajo con un equipo más grande y el éxito es el momento en el que vemos el proyecto materializado. Me dura cinco segundos, pero me da satisfacción ver mis expectativas superadas cuando todas las ideas toman forma.

En un ejercicio de visualización. Haces muchas cosas a la vez pero, ¿qué proyectos tienes pendiente por lograr?

¡Uy mil! Creo que no sería un proyecto totalmente aislado, creo que formaría parte de Studio Katsu, pero me gustaría empezar a editar publicaciones. No se si libros, revistas, zines, pero tener libertad de publicar cosas que me parecen interesantes. Estoy un poco cansada de Instagram, nos tiene a todos saturados y un libro te permite consumir imágenes en otro contexto.

***

“Diabla de Agua” empezó a tatuar hace tres años. Su carrera en Artes en La esmeralda la reconoce primero como artista que como tatuadora. Es esta necesidad creativa la que la ha llevado a plasmar sus característicos personajes en la piel. Es cofundadora de Traza 893, un estudio de tatuajes en la colonia San Rafael.

¿Cómo descubriste que querías estudiar diseño?

Estudié Artes Visuales en La esmeralda y ahí me dieron una materia durante un semestre de tatuaje, más como una herramienta para prácticas artísticas que como la técnica para dedicarse a tatuar. Con ese pretexto empecé a practicar, pero fue un proceso super lento porque siempre le tuve miedo a marcar la piel. Me tomó como cuatro años atreverme, sentía que iba a arruinar la piel de otra persona.

Hasta que un amigo que tatúa me dio mucha confianza para atreverme a tatuar, le hice un corazón rosa de un centímetro. Esa experiencia fue quitándome un poco el miedo y de ahí cada tatuaje fue creciendo en dimensiones. Durante seis meses hacía diseños que los clientes traían, pero no quise hacer diseños míos aún. Para mí es muy importante que el cliente se vaya satisfecho y si por mi falta de experiencia quedaran inconformes me sentiría muy mal.

¿Cómo pasaste de estos primeros experimentos a desarrollar un estilo personal?

En el estudio que abrimos entre varios compañeros de la universidad -creo que esa clase tuvo una influencia grande en todos nosotros-, primero llevé toda la logística y ahí pude empezar a tatuar. Mi mamá no era tal cual ilustradora pero dibujaba perfiles para postales y creo que de verla a ella y de ese estilo de muñecas ilustradas que recuerdo, surge mi inspiración. Creo que ya casi todo está hecho, figuras como diablos o ángeles son comunes en los tatuajes pero si algo me define es que me gusta hacer ilustraciones mágicas.

Me encanta estar en un estudio con muchos amigos. La retroalimentación me parece indispensable para mejorar la técnica y para crecer juntos.

¿Cómo definirías el éxito para ti?

No hay de otra más que estar trabajando. El éxito no llega si no hay constancia. Siempre estoy pensando en cómo puedo mejorar. Cómo combino técnicas: línea, punto y sombra o cómo puedo hacer mejores diseños. Qúe tipo de técnica va a funcionar mejor en el siguiente tatuaje que voy a hacer.

En un ejercicio de visualización. ¿Qué otras disciplinas te gustaría abarcar o experimentar?

Quisiera a la par de tatuar seguir experimentando nuevos soporte para hacer arte. Tuve que dedicarme de lleno al oficio de tatuaje y seguir este camino. También soy ilustradora de tiempo completo porque quiero desarrollar mucho más mi técnica. Un buen tatuador necesita aproximadamente cinco años para sentirse completamente cómodo con su labor, yo estoy en ese camino y en la medida en que lo logre me gustaría seguir haciendo collage o escultura.

***

Pamela Ocampo tiene una amplia trayectoria en el mundo editorial. Ha formado parte del equipo de Elle, Harper’s Bazaar y bajo su tutela nació L’Officiel en México. Esta publicación marcó la línea para la creación de imágenes de la industria local. Ahora junto con Mariangeles Reygadas fundó Mmaannuuaall, un estudio que está modificando la manera de producir contenidos.

¿Cómo descubriste que querías trabajar en moda?

Mi interés por la moda y las revistas empezó desde muy niña. Mi abuela coleccionaba revistas y hacía ropa, con ella me acerqué al diseño. Según mi mamá, desde chica tenía una fijación en los colores de la ropa que usaba y cómo armaba a través de ellos mi look.

Estudié la licenciatura en comunicación y en una entrevista para entrar a una pasantía en una agencia de publicidad me pidieron que mencionara las campañas que más me gustaban. Me di cuenta que solo mencionaba campañas de moda y caí en cuenta que lo que quería hacer, más que publicidad era producir imágenes. Fuera de mi abuela y los programas tipo Fashion File con Tim Blanks nunca había tenido una experiencia real con la industria. Me volví consciente de los actores que intervenían en la creación de las revistas y comencé a coleccionarlas

¿Cómo empezaste en la industria en la que te desenvuelves?

Estaba trabajando en una agencia de relaciones públicas y cuando abrió InStyle entré a Expansión a lanzar el proyecto. También llevé las RRPP de Elle, Chilango y Life & Style. Tengo una personalidad muy inquieta y siempre busqué oportunidades para hacer más cosas. Conocí a los editores de estas revistas, nos fuimos haciendo amigos y comencé a colaborar con textos que me asignaban de vez en cuando. Estuve a cargo de Elle México Diseña y mi meta fue ampliar la convocatoria para integrar a muchísimos diseñadores jóvenes más. De 12 participantes que hubieron en la primera edición para la segunda tuvimos 280. Poco después se abrió una plaza en el equipo de moda de Elle y me fui para allá.

Estuve seis años en Elle haciendo producción y muchas cosas más, luego estuve como directora de moda en Harper’s Bazaar. De ambas experiencias algo de lo que más aprendí fue la vinculación que se logra a nivel internacional. No estaba muy cómoda con cómo funcionaba la compañía así que renuncié y me ofrecieron llevar la dirección de L’Officiel cuando llegó a México en 2014. Con esta revista quería reflejar lo que estaba pasando en otras editoriales internacionales que aquí no se veían.

192 era la única que reflejaba conceptos más interesantes pero no tenía un alcance masivo. Mi idea era vender un concepto alejado de lo mega producido que parecía dominar estéticamente en México. Cinco años después empecé a preguntarme para dónde iría la industria editorial, que ya no está creciendo, que lleva bastante tiempo estancada y más bien qué puedo hacer por mi cuenta. Decidí salirme del proyecto, soltarlo y emprender por mi cuenta. PAra mí el movimiento es supervivencia.

Platícanos sobre Mannuall, ¿cómo nació la idea?

Es un estudio que hacemos en conjunto Mariangeles y yo. Desarrollamos contenidos y conceptos para distintas marcas, enfocados principalmente en digital y redes sociales. Creemos que esta área tiene un potencial enorme y los usuarios ya no se conforman con cualquier imagen. Al final la revolución digital ha acabado con la idea tradicional de medios y queremos ser parte de ese cambio. Se están rompiendo paradigmas y se están creando nuevas formas de trabajar y nuevas plazas.

Manual es principalmente un estudio de ideas. Somos un puente que conecta personas a proyectos. Hemos apoyado a varias marcas locales, con Be The Change por ejemplo, hicimos desde el desarrollo de conceptos para diseño hasta el interiorismo de la tienda que estuvo a cargo de Emiliano Godoy. Desarrollamos campañas digitales con Tane y conceptualizamos la experiencia de Kentro, un método funcional que pertenece a Siclo. No estamos especializadas en branding pero más bien hacemos consultoría y redirigimos o invitamos a otros despachos a trabajar con nosotras.

En un ejercicio de visualización. ¿Qué tienes pendiente por lograr?

Me encantaría poderme vincular muchísimo más con las comunidades indígenas. Desarrollar alguna estrategia que cambie la forma en la que interpretamos desde afuera los textiles mexicanos. Todos los procesos artesanales tienen cautivado mi corazón, estoy por tomar un curso de historia de culturas prehispánicas para comprender más lo orígenes. También exploro un poco con la fotografía y disfruto mucho hacerlo entonces también crecer en eso.


  • TEXTO: Rodrigo De Noriega



Pin It Fotografía: Leonel Salguero
Pin It Fotografía: Leonel Salguero
Pin It Kentro