ADVERTORIAL: "THE BRIDGE" ES LA NUEVA SERIE DEL CANAL FOX, LA CUAL ES UNA FICCIÓN QUE SE DESARROLLA EN LA FRONTERA ENTRE EL PASO, TX. Y CD. JUAREZ DONDE DOS DETECTIVES DEBEN HACERSE CARGO DE LA INVESTIGACIÓN DE UN PRESUNTO ASESINO EN SERIE.

Texto y fotos: por Jorge A. Hernández

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El Opportunity Center for Homeless People es un albergue para indigentes y migrantes en El Paso, Texas donde hay de todo menos oportunidades. Viejos y jóvenes entran, salen y mueren esperándolas. Adentro los ceniceros son unas enormes latas de comida envasada y los cigarros se venden como piedras preciosas. Es un lugar nublado de tantos fumadores que hay.

Una gran variedad de personajes deambulan de un lado a otro como animales enjaulados, el viejo hippie que se arrastra en silla de ruedas, el afroamericano tatuado de la cara como Mike Tyson o los jóvenes con el sello de las drogas marcado en la piel. Todos se vuelan con el muchachito gay que trabaja en la cocina.

El Opportunity Center ofrece lo mismo que el resto de los refugios para socorrer a personas sin hogar: un techo, comida, ropa y medicinas. Pero este refugio tiene un aire perturbador que lo hace diferente a otros que existen en El Paso, los cuales tienen un ambiente un poco más cálido.

El lugar donde se reúnen todos los días la mayoría de sus usuarios, es un cuarto largo con unas cuantas mesas y sillas sin respaldo, que por las mañanas sirve de comedor y en las noches es un dormitorio colectivo.

El área destinada para varones (las mujeres están en otro edificio) está repleta de maletas de viaje y bolsas de plástico con pertenencias regadas por el piso. Ahí, algunos se entretienen jugando dominó y otros leyendo los libros de Crepúsculo. Los indigentes pueden utilizar el teléfono sólo por tres minutos, aunque no estoy seguro de a quién llaman. Hay un televisor de pantalla plana que sólo pueden tocar los trabajadores del centro. La ventilación no es suficiente para los casi cuarenta hombres y los más de 102 grados Farenheit.

El área de las regaderas y los sanitarios es constantemente aseada por un hombre de ojos rasgados que viste como los samurái de las películas orientales de los sesenta, y que tiene que aguantar un repulsivo olor de humedad mezclado con orines y mierda.

En el Opportunity me encontré a un ex compañero de trabajo, a quien no veía desde hace casi diez años. Su nombre es Alex, y me contó que estaba ahí porque padece síntomas de estrés postraumático, herencia de su tiempo en la fuerza aérea norteamericana.

Alex llega todos los días a almorzar y comer, pero prefiere pasar la noche en su auto, porque según me cuenta, la mayoría duerme en el piso y algunos huelen mal y se tiran pedos de forma desvergonzada. Sobrevive vendiendo plasma por veinte dólares, y no puede encontrar trabajo porque tiene un historial delictivo de asalto agravado. Su sueño es ser bailarín de break-dance.

Ivonne Herrera, empleada del centro desde hace ocho años y encargada del área de cocina, asegura que ha sido testigo no sólo de hechos violentos que se suscitan entre los indigentes, sino también de la mala fortuna de algunos de ellos. Explicó que muchos han encontrado la muerte dentro de las instalaciones del centro por causas naturales, y otros han perdido la vida en distintos incidentes en las calles de El Paso.

El Opportunity Center está ubicado en el distrito histórico de Magoffin, un área de la ciudad con edificios de una arquitectura clásica, pero que en conjunto ofrecen un aspecto fúnebre por el deterioro de sus construcciones. La policía realiza rondines sistemáticos en la zona, ya que es sabida la presencia de miembros de pandillas y la venta de mota y cocaína por dealers que se refugian en los departamentos del área.

Por las noches es común ver deambulando en las calles oscuras a algunos de los usuarios regulares de este refugio, quienes a veces no alcanzan a llegar al Opportunity por la borrachera o la loquera, y terminan durmiendo en cualquier banqueta de la calle Myrtle, una calle, que la mayoría de los que vivimos aquí pronunciamos como Muertos.