La conversación tuvo lugar el día 31 de octubre, con la Ciudad de México como fondo. La cita se dio en el piso 23 del W Mexico City. La pregunta inicial fue: ¿cuáles son los diferentes canales con los que cuenta la moda nacional para su difusión? A partir de ahí, analizar sus pros, y contras.

Carolina cuenta con una interesante trayectoria editorial, abordando temas de moda y estilo de vida. Monse se desempeña como editora, consultora y está al frente del proyecto MOMO ROOM; y Daniel Herranz es cofundador de la plataforma Colectivo de Diseño Mexicano. Con tres diferentes puntos de vista en la mesa, se inició la plática en torno a los diferentes formatos existentes para presentar las propuestas de moda en nuestro país.

Monse comenzó un interesante análisis sobre el porqué de estas plataformas, las cuales son la conexión entre el presentador y consumidor. En su experiencia como editora, pudo notar que en ocasiones la información se era recibida por los lectores de la manera que el medio la esperaba. En ocasiones una nota tenía mayor número de shares que de clicks para ver el artículo completo. Una plataforma intenta garantizar que el mensaje llegue al mayor número de personas posibles, pero no sólo en cantidad sino en calidad. Entregando el mensaje a los nichos que darán una mejor difusión de la propuesta en turno.

En este punto coincidió Daniel, haciendo una observación sobre la importancia que tienen las plataformas a nivel internacional: no da el mismo peso presentarse salir al extranjero y presentarse de manera independiente, que en una plataforma. También marcó lo importante que es nuestro país en LATAM. Al encontrarse próximo a Estados Unidos, es más fácil que las propuestas alcancen un reconocimiento internacional.

Una de las ventajas de presentarse en una plataforma establecida, además del reconocimiento internacional y alcance masivo, es la producción. El diseñador tiene menos de que preocuparse ya que es la plataforma quien resuelve los puntos que este tema pueda implicar: modelos, montaje, ensayos, locación y hasta relaciones públicas.

Por otra parte, al presentarse de manera independiente, se cuenta con mayor libertad creativa, saliendo de los formatos tradicionales, como la pasarela. Es importante explorar diferentes formatos de presentación. Que el diseñador pueda crear un formato que se adapte mejor al concepto que quiere entregar, al ADN de su marca.

Otro punto en el coincidieron los panelistas es en la importancia de concluir el ciclo de la presentación. Si no existe una venta, de nada sirvió el evento. Este debería ser el objetivo principal de cualquier tipo de presentación, llegar al comprador final. Con las ventas adecuadas un diseñador puede continuar la producción. Pero es este también un problema, ya que al querer introducir formatos de ventas como el see now, buy now; se presiona al productor con tiempos y dimensiones para las cuales, tal ves, aún no puede responder.

Es importante entender la manera en la que el consumidor se comporta, y en base a eso crear una estrategia para alcanzarlo. Por ejemplo, Colectivo de Diseño Mexicano acerca a los diseñadores con el público y genera un valor agregado. MOMO ROOM por su parte, crea una experiencia en la presentación que va acompañada de una pop-up los siguientes días.

Por último, se habló sobre la accesibilidad que tienen este tipo de eventos. Durante mucho tiempo se ha tachado la moda de elitista. Y aunque hasta hace poco el público no especializado ha mostrado creciente interés en la industria, este tipo de eventos aún concentran sus esfuerzos en convocar a personas involucradas directamente con la moda.

En palabras de Carolina Haaz: al final tiene algo de entretenimiento y espectáculo. Esta curiosidad es la que permite que los eventos de moda, en el formato que sea, lleguen a más personas y permitan incrementar no sólo la difusión, sino también el consumo.