CADA VEZ ES MÁS COMPLICADO MOVERSE POR LA CIUDAD DEBIDO A LA CANTIDAD DE PERSONAS, ¿YA CONOCES LAS PROPUESTAS?

Está por terminar el primer mes del año y no hemos logrado llegar a la segunda estación, la marcha del tren sigue detenida ‘debido a un problema en la circulación de los trenes’, en lo que será un estimado de meses hasta que ‘a la brevedad se reanuden’ las actividades en las líneas suspendidas del metro de la CDMX; aprendamos a vivir con un nuevo virus endémico, podamos comenzar a recuperarnos de los estragos físicos, emocionales, sociales y económicos de una pandemia y lleguemos a la estación terminal de una línea que atraviesa el año 2021.  

La pandemia del coronavirus nos hizo vivir un año diferente, de contrastes y de pérdidas, pero también de encuentros, de soluciones, de una nueva forma de enfrentar las cosas y de cercanía aún en la distancia en una ciudad que, pese a las restricciones sanitarias, siguió en movimiento; que ansiaba que terminara el año, como si automáticamente la nueva normalidad se convirtiera en pasada de moda después de las doce campanadas, que inició otro año enfrentándose a nuevos retos. 

La entrada del nuevo año no cambió el panorama, pero la (re) apertura económica paulatina y la aplicación de una nueva vacuna le dieron a la ciudad una visión más positiva a la situación actual y la posibilidad de seguir en movimiento. Por esto regreso al incendio ocurrido el pasado nueve de enero en la Subestación Eléctrica del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en la calle de Delicias, delegación Cuauhtémoc (uno que dejó sin servicio a las primeras seis líneas del metro) para hablar, mediante un ejercicio de nostalgia y reflexión con forma de radiografía, de los traslados y el transporte público, con el metro de la CDMX como columna vertebral de la movilidad capitalina. 

Un transporte mejor, hermoso y funcional

El 4 de septiembre de 1969 se inauguró en el entonces Distrito Federal, el que sería, de acuerdo a las primeras planas de algunos medios de comunicación, ‘un transporte mejor, hermoso y funcional’ y que además ‘solucionaría el problema de transporte de la ciudad, reduciría tiempo de traslado de los usuarios de un punto a otro y conectaría los 4 puntos cardinales de la capital’. El STC Metro cambiaría la manera de trasladarse en la ciudad y sería una nueva era de progreso para el país.

El proyecto coordinado por el arquitecto Pedro Moreno Vázquez, y a cargo de los Ingenieros en Sistemas de Transporte Metropolitano (ISTME), quienes tendrían la responsabilidad de la arquitectura, el diseño de los trenes y de las estaciones, se convertiría en el proyecto de movilidad más grande de Latinoamérica. Contaría con la asesoría para su construcción de personajes como Félix Candela, Enrique del Moral, Salvador Ortega y Luis Barragán;  requeriría además del apoyo de especialistas para realizar los estudios de mecánica de suelos, de impacto ambiental, urbano y económico.

Se ‘capacitaría a personal técnico y profesional para operar los trenes, los puestos centrales de tráfico, los talleres de mantenimiento, la venta de boletos y la organización administrativa’; tendría además una identidad gráfica incluyente, que serviría para personas que no supieran leer y o hablar español, en manos de Arturo Quiñones y Francisco Gallardo, bajo la dirección creativa de Lance Wyman; y una década más tarde se convertiría en el primer sistema de transporte a nivel mundial que contaría con mujeres como conductoras de los trenes.

¿Mismos problemas, mismas soluciones? 

Para 1974 ya se tenía formado lo que sería el esqueleto de movilidad de la ciudad con tres ejes que unirían el norte con el sur, el oriente con el poniente y el suroriente con el norponiente, solucionando la problemática en materia de movilidad en aquellos años: el congestionamiento vehicular, el mal servicio prestado por el pulpo camionero, el retiro de los tranvías eléctricos de la ciudad, y el crecimiento en la población flotante de la capital. Para el día de hoy, a lo largo de  226 kilómetros de rieles, durmientes y balasto, el acorazado naranja recorre 195 estaciones, distribuidas en 12 líneas, realizando diariamente cinco millones de viajes (antes de la pandemia).

Si bien el Metro, de acuerdo al plan de renovación vigente (1996); un plan cuyas metas a largo plazo estaban proyectadas para el pasado año, y sin el presupuesto suficiente para su lenta ejecución; “no resuelve por sí mismo el transporte masivo de la metrópoli, es el eje sobre el cual se deben reordenar los demás sistemas y lograr una coordinación eficiente y suficiente de los modos de superficie que dé cobertura al Área Metropolitana”.  

Aún con esta afirmación, Juan Manuel Berdeja, Director de Movilidad y Espacio público de Morelia me comenta que la ciudad tras el incendio “no se paralizó debido a que hubo un plan de reacción inmediato por parte de las autoridades, supieron atender los viajes de los usuarios con sistemas de transporte público distintos al metro como los RTP y Trolebuses, concesionarias como el metrobus, mexibus y las diferentes rutas camioneras, así como transportes privados como el Turibus y cubrir los 1.5 millones de viajes diarios (cifras en pandemia)” que corresponden a los de las líneas suspendidas estos días. 

Estamos cubiertos aparentemente pero resulta complicado de todas formas trasladarse de un lugar a otro en la Ciudad de México, esto es debido a que los problemas de movilidad son proporcionales al número de habitantes, al crecimiento acelerado de la mancha urbana, al constante incremento del parque vehicular; consecuencia del  insuficiente e ineficiente transporte público de superficie, y que genera congestiones en horas punta, a la migración a la ciudad, a las diferentes administraciones públicas, y a esto hay que sumarle que el STC Metro beneficia principalmente a los habitantes de la capital y que existe una población flotante que representa un porcentaje significativo de traslados diarios en el transporte público. 

Más que un aumento en transporte público, es necesaria una mejor organización del sistema de transporte público consolidado, aquel que otorga el gobierno de la ciudad de México como préstamo de servicios, a diferencia de las concesionarias que sí ven el transporte como un negocio.

Berdeja Director de Movilidad y Espacio público de Morelia.

El sistema de transporte público de la Ciudad de México se va consolidando de a poco, contamos con Movilidad Integrada que es el medio de pago electrónico con formato sin contacto para el transporte público de la Ciudad de México, lo que nos permite hacer uso de los diferentes sistemas de transporte público empleando una misma tarjeta, se terminó la línea 12 del metro, se ampliaron y concluyeron líneas del Metrobús, se regularon las rutas no masivas de transporte público, y se concluyeron proyectos de movilidad. Va creciendo aunque no al ritmo en el que crece la ciudad y que se necesita.

El mismo Programa Maestro de Ferrocarriles Urbanos y Suburbanos del Área Metropolitana de la Ciudad de México, hace la invitación a las administraciones futuras a ‘revisar y actualizar periódicamente dicho estudio, que lo mantengan vigente como un instrumento fundamental en la toma de decisiones para cualquier propuesta de ampliación del sistema de transporte masivo del área metropolitana, así como a reestructurar y orientar esta red de transporte con el fin de mejorar la problemática vial y reducir la contaminación.

De momento solo nos toca esperar, no de manera pasiva, sino reflexiva, a que avancemos estación por estación en este año 2021. 


  • TEXTO: Bob J. Barraza

  • FOTOS: Israel Díaz de León

Fecha de Publicación:
Miércoles 27 /01 2021