Foto: Dimitry B.


LA REGIÓN DE LOS ALTOS ES TESTIGO DE UN CRECIENTE NÚMERO DE INICIATIVAS CREATIVAS DESDE DISTINTOS FRENTES

San Cristóbal de las Casas se ubica a 50 minutos de la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez y ahí se encuentra el aeropuerto más cercano. La ciudad, enclavada en la región de Los Altos, es un importante punto de encuentro para las otras ciudades y poblaciones de origen indígena que se encuentran cerca. El mercado grande, al norte de la ciudad, es un crisol de objetos y sabores locales; frutas de temporada, velas de todos colores, una variedad de tamales de frijol (mis favoritos) e indumentaria tradicional que las mismas mujeres de cada región compran a las comerciantes.

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De unos años a la fecha, la ciudad se ha vuelto capital en la producción de textil artesanal. En cada población se hace un proceso diferente. Chamula es famoso por el trabajo de lana que se deja suelta creando un textil con textura de peluche y por la creación de pompones decorativos.

En Zinacantán, además del telar de cintura, se bordan motivos de naturaleza con máquina recta con gran habilidad. En Chenalhó se realiza el bordado elevado que da una apariencia enfieltrada a motivos 3d y en Aguacatenango se realizan plisados perfectos con plancha comercial y fruncidos en blusas que después se rebordan para decorarlas.

Todos estos saberes forman parte de la tradición cultural de cada pueblo, de la mano de diseñadorxs se han integrado en piezas que ahora se comercializan alrededor del mundo. Para las mujeres artesanas, el trabajo textil se ha vuelto el acceso a la autosuficiencia económica; en una región en la que prevalece el machismo.

¿Y cómo es esta relación de trabajo artesanas-diseñadorxs?

El camino es diverso, pero la constante es la confianza. Organizaciones como Aid to Artisans o ONG Impacto, realizan procesos de vinculación en comunidades; delimitan las reglas en la relación de trabajo entre artesanx y diseñador para asegurar condiciones justas. En todos los casos se toma en cuenta el tiempo libre de las mujeres para la posibilidad de generar alianza y no se buscan implementar modelos de trabajo industrializados.

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Durante nuestra estancia en la ciudad, acompañamos a ONG Impacto a dos de las capacitaciones que realizan junto a grupos de mujeres en Aguacatenango. En éstas, buscan enseñar habilidades básicas que pueden ayudarles a estandarizar algunos procesos en la creación de sus propios objetos. Además incentivan capacidades de liderazgo y de desarrollo humano; para entender los intereses personales y comunitarios de las mujeres. Estas actividades se dan en tseltal y en español.

El diseño en la ciudad

Marcas locales como Casilda Mut y Guillermo Jester, han creado vínculos con las personas que elaboran los procesos artesanales de sus marcas de manera directa. Además de que han ayudado a generar una pequeña industria de confección de moda en una región donde esto no sucedía.

Marcas de interiores como Omorika de Margarita Cantú, han innovado en los procesos y creado una serie de objetos que utilizan como materia prima materiales reciclados; elementos del contexto local o símbolos reconocibles, pero propios, para dotar cada uno de nuevo significado.

Piezas decorativas tejidas con publicidad de campañas políticas o murales hechos con velas delgadas que se comportan como flecos, plumas entorchadas y calaveras, arañas y serpientes, son motivos constantes en su trabajo. Para ella estos símbolos se entienden como propios y se alejan de representaciones que tienen significados particulares para las comunidades.

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Kip Tik, una marca que se entiende así misma como maquila textil, es dirigida por Margarita López, artesana de Zinacantán y Guillermo Macías, diseñador de la Ciudad de México. Entre su labor está el explicar a sus clientes (en su mayoría diseñadores o directores creativos de otras marcas), la posibilidad de cada proceso para que estos entiendan cómo este se puede configurar en un objeto, de casa o de indumentaria.

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Puntos de venta sobre los andadores comerciales turísticos homenajean el quehacer artesanal clásico e innovan en su diseño para llegar a audiencias jóvenes. Entrar a Casa Penagos, es viajar en el tiempo por la indumentaria tradicional de cada región (mucha de ella está solo en exhibición) y ser testigo de cómo está evoluciona.

Folklora, es el opuesto. Un punto de venta que sigue lineamientos de interiorismo y display como otras tiendas de moda; que crea una atmósfera joven y que ofrece prendas de tejido artesanal con hilos metálicos, cortes actualizados y que no hacen referencia a la indumentaria tradicional. Muchos de los productores locales, comercializan ahí sus piezas de vestir.

Oferta gastronómica

La variedad de sabores locales se pueden probar en el mercado grande, fruta fresca, pan dulce y tamales, te dan una idea de la oferta local. Para comer diario busca La Fridita, es la fonda de la drag más famosa de la ciudad; Leticia, una mujer trans indígena y ella, hacen todos los días caldos, mole y guisados con sazón local. Opciones de experiencia gastronómica para la hora de la comida o la cena incluyen Tierra y Cielo, Mesa Madre o LUM en el Hotel Bo, los fines de semana, el brunch y los smoothies de Sarajevo te reaniman.

En Tierra y Cielo puedes probar los platillos de la chef Marta Zepeda, quien preserva la cocina tradicional de la región pero le da a cada platillo un giro contemporáneo. Ofrece un menú degustación de siete tiempos más maridaje que incluye camarones con mole de fiesta o pipián con costilla y se acompaña de pox y cerveza de la región.

Mesa Madre, de la chef Sara López, rinde homenaje a los ingredientes del mar que trae cada semana de la costa chiapaneca. Cucaracha de mar, pescado, mejillones, pinzas de jaiba o camarones, pasan por los acentos de sazón español, para una velada súper relajada en un espacio que invita a la sobremesa.

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El ambiente de la ciudad es único, visitar las comunidades de artesanas y ser testigo de la riqueza cultural de la región es una experiencia inolvidable. Falta tiempo para conocer todos los proyectos y hablar con todas las personas que están cambiando apasionadamente a esta ciudad. Si vas, busca salir del plan turístico y empápate de la energía local. Busca un alojamiento en Airbnb en la zona centro y recorre la ciudad.

Este texto se realizó en colaboración con Aeroméxico, consulta sus itinerarios a Tuxtla Gutiérrez. Una manera fácil y cernaca de vivir estas experiencias.


  • TEXTO: Rodrigo De N. Colmenero

  • FOTOS: Rodrigo De N. Colmenero y Rai Jacobo

Fecha de Publicación:
Miércoles 18/03 2021



Pin It Casa Adelina, el alojamiento de Airbnb que nos recibió en Chiapas.