¿CÓMO GENERAR SISTEMAS DE INFORMACIÓN MÁS HUMANOS?

Si decimos algo es para que alguien lo escuche, sobre todo cuando se trata de instrucciones. Lo mismo sucede con el espacio al ser siempre dispuestos al dialogo nos comunican una variedad infinita de cosas: a qué se dedica, qué espera de nosotros, a dónde nos quiere llevar, que quiere que hagamos o que no hagamos, entre otras.

Lo que vemos día con día en las calles y los lugares que visitamos no son solo palabras, formas, materiales y colores al aire, se trata de una narrativa que el espacio desea que escuchemos, seamos parte de ella y la utilicemos, una conversación con el lugar y lo que sucede en él. Dichos elementos constituyen un vocabulario propio de cada espacio, pero al igual que las personas algunos cuentan con vocabularios más amplios o estructurados que otros. 

Sin embargo, con frecuencia, los espacios con un lenguaje menos estructurados suelen ser los que mejor entendemos siempre y cuando estemos expuestos a ellos con frecuencia. Esto sucede porque aquellos elementos que parecieran ser completamente aleatorios o ajenos un vocabulario especifico adquieren sentido por medio de la interacción y nuestra interpretación, y es que como toda conversación la interpretación de los mensajes no solo dependen de la capacidad del locutor si no que dependen también en gran manera de la capacidad, experiencia y contexto del receptor.

Orientarnos es justamente eso, crearse puntos de referencia por medio de la experiencia y la practica; dentro de este proceder hay una figura de gran peso: Los hitos. Pero… ¿Qué es un hito? Las dos definiciones más populares de hito son las siguientes:

  1. Poste de piedra o cualquier señal clavada en el suelo que sirve para marcar el límite de un territorio o de una propiedad, o para indicar las distancias o la dirección en un camino.
  2. Acontecimiento puntual y significativo que marca un momento importante en el desarrollo de un proceso o en la vida de una persona.

Pero para términos de orientación podríamos concluir que es una señal, significativa e imposible de confundir, que nos marcará la dirección en un camino. Nos dirá porque rumbo ir, si estamos cerca del destino o si hemos llegado, volviéndose la mejor amiga de la información y de nosotros, esa que hace que todo sea mejor más simple. 

Los hitos están en todas partes, desde el árbol chueco o el grafiti que utilizas para direccionar a las personas a tu casa hasta el monumento que utilizamos para saber que hemos llegado al lugar que buscábamos.El hito puede presentarse de múltiples maneras: en forma de un suceso o temporalidad (el tianguis de los martes), en forma de infraestructura (una Avenida especialmente grande o las vías del sistema de transporte colectivo), en forma de un servicio (una tienda, o una escuela) o en forma de anomalía (un auto desvalijado o un edificio con una dimensión, color o composición particular), entre otras.

Pero ¿qué pasaría si este sistema fortuito se sometiera a un proyecto de diseño con intenciones claras? Es interesante hacerse esta pregunta ya que cuando hablamos de información espacial (y de información en general) los procesos de interpretación que damos por sentados son precisamente los más humanos, los que pueden tender puentes entre la abstracción que el lenguaje supone y lo tangible de lo que vivimos todos los días.

Este texto busca aclarar un poco lo que es un hito, pero también es una invitación a buscar los hitos en nuestra vida diaria y las maneras en las que nos hacemos más fácil interpretar la imagen compuesta que es el mundo que habitamos; ser conscientes de esto nos permitirá generar sistemas de información más humanos. 


  • Texto: ELIEL VÁZQUEZ

Fecha de Publicación:
11/01/2022