Sobre el peligro de ignorar el significado de la indumentaria
MEX México Aldama Aug 20, 2015
Foto: David von Blohn
TODA PIEZA DEL VESTIDO SIGNIFICA ALGO, IGNORARLO PARA PREFERIR SOLO LA SUPERFICIE PUEDE SER ARRIESGADO. ALGUNOS LO LLAMAN APROPIACIÓN CULTURAL.
Todo significa
Como seres humanos estamos rodeados de signos con los cuales hemos aprendido a vivir desde temprana edad. Los signos tanto naturales como los convencionales son una guía en nuestro paso por el mundo y orientan nuestra relación con él: anuncios publicitarios, qué tan gris y nublado está el cielo, el sticker con el que me contestaron en WhatsApp. Hoy podemos decir que todas las cosas significan.
La moda significa no tanto por ser moda sino por ser vestimenta, un conjunto de signos cuyo significante está hecho de material textil, y que nos ofrecen un panorama inmediato de la persona que lo porta. Para no ponernos muy semióticos, todos hemos experimentado el significado de la moda al usar un uniforme que nos signifique como parte de un colectivo, o quizás al usar un color específico en una ceremonia religiosa, o simplemente al comprar una chamarra que reconoces como “totalmente tu estilo”, toda la vestimenta significa.
Uno de los conflictos que hemos observado en la moda, en los años recientes es la llamada apropiación cultural de la indumentaria mexicana; marcas extranjeras que han copiado piezas específicas o técnicas textiles que forman parte de la identidad cultural de distintas comunidades en nuestro país. El problema lo hemos englobado en el concepto de “copia”, pero el dilema de esta práctica es que desprovee a la indumentaria tradicional de su significado.
Incluso la manera en la que nos referimos a estos casos anula la relevancia de las prendas, y toma como personaje central al perpetrador: escuchamos de “el caso de Isabel Marant”, “el caso de Carolina Herrera”, “el caso de Pippa Holt”. Nos enfocamos en el daño hecho, en lugar de defender aquello que según nosotros estamos protegiendo, ignoramos el significado de una pieza de indumentaria para ciertas comunidades, o el origen de técnicas artesanales que dan identidad a ciertas comunidades. ¿Realmente sabemos por qué defendemos lo que defendemos? Consideremos algunos de los casos más debatidos en el tema.
El origen
El municipio de Santa María Tlahuitoltepec, en el estado de Oaxaca, se asienta sobre la Sierra Mixe. La segunda parte de su nombre significa “lugar frío”. Se dice que el origen del pueblo mixe o «ayüüjk jaay», inició de manera similar a la fundación de Tenochtitlán, con una leyenda que marca su salida desde Perú en peregrinación hacia la tierra prometida, guiados por una pieza de obsidiana cuyo sonido indicaría la llegada. El sitio que encontraron fue en la cima de una montaña (una ventaja contra sus enemigos), junto a un río que llamaron Nueve Manantiales. Esta zona es rica en vegetación de maguey, pinos, árboles frutales; flores como bugambilias, alcatraces y azucenas, y comparten el territorio con una amplia variedad de fauna, tanto salvaje como doméstica.
En este «lugar de frío» las mujeres van con
tocados de rebozo para regular la temperatura corporal, algunas usan gabán de
lana, la enagua es larga con olanes en el ruedo, en distintos colores claros
como azul verde o rosa y la blusa que llevan suele ser de manga larga. Pero lo
que destaca de esta última pieza no es el corte sino el bordado: en el escote,
el cuello y los hombros vemos puntadas de hilo negro y rojo, que forman figuras
de la planta de maguey, del sol que lo hace crecer, de la montaña que le da
hogar a esta comunidad, del río que corre junto a ellos, de las estrellas que
se observan tan de cerca a esa altura, y de la flor de maguey, un símbolo de su
comunidad. Es decir, cada elemento que se observa en la blusa es un reflejo de
la cosmovisión de esta comunidad.
Cada pieza toma dos días de elaboración y hoy los artesanos que la elaboran están registrados ante el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías, pero este título es lo de menos. Para los mixe el valor está en llevar a la tierra, lo más sagrado que esta comunidad tiene, plasmada en su vestimenta.
Unos kilómetros hacia el noroeste se encuentra
Tenango de Doria, en Hidalgo, un municipio asentado sobre la Sierra Madre
Oriental, con múltiples cuerpos de agua a su alrededor. Tenango viene del
náhuatl que significa “en el lugar de los muros”, pero hoy esta palabra también
nombra a una técnica de bordado muy distintiva. Se trata de un colorido bordado
de figuras animales y vegetales, con poco espacio entre sí, generando una
saturación gráfica única, plasmada en blusas, camisas, cojines, caminos de
mesa, entre muchas otras piezas.
Su origen se sitúa en la historia
relativamente reciente del país, en la década de los sesenta, cuando llegó a la
región una crisis derivada de una sequía que mató a todos los cultivos. Con
pocas alternativas para subsistir, la comunidad otomí-tepehua tomó telas sobre
las cuales trazó dibujos de elementos de su comunidad, como liebres, venados,
peces, gallinas, o pájaros entre muchos otros, y después bordó sobre ellos con
hilos de distintos colores. Poco tiempo tomó para que estos bordados llegaran a
distintos puntos del país, se vendieran al por mayor y se consagraran como
técnica artesanal.
Hoy los Tenangos tienen todo tipo de inspiración: desde elementos del entorno comunitario, hasta representaciones de fiestas como Día de Muertos, danzas, la siembra del maíz o incluso fenómenos sociales como la migración. Sin duda esta técnica más allá de artesanía, es un arte. Hoy no existen dos Tenangos iguales ya que cada uno proviene de la inspiración de cada artesano, quien decide sobre el diseño, los colores, la orientación del bordado, creando piezas únicas.
Hoy, la comunidad de bordadoras es de hasta
400 artesanos de la región, y se dice que los colores de hilo elegidos
representan el estado de ánimo de quien borda, por lo que cada pieza refleja no
solo la creatividad de la persona, sino también la representación de sus
emociones. La fabricación de cada pieza puede tardar meses o incluso años en
mano de obra, un trabajo tan detallado que provoca que algunos miembros de la
comunidad sufran desgaste de la vista, resultando en pérdida total o parcial.
Vemos cómo la importancia de la blusa de Tlahuitoltepec y de los Tenangos parte de un significado histórico para sus comunidades. Más allá de copiar la técnica con la que se mueve una aguja sobre la tela, el apropiarse de estas piezas es invalidar su esencia misma. Sin embargo, no en todos los casos que son señalados como apropiación indebida tienen el mismo sustento.
Una de las controversias en torno a la
apropiación cultural, generada este año, fue el caso de la bolsa de mandado
creada por la española Zara. Si lo analizamos bajo esta óptica semiológica entendemos
que realmente no es un objeto de apropiación cultural, o que al menos tenemos
muy poca información para asegurarlo. Para ello basta hacernos algunas
preguntas como: ¿a qué comunidad representa o pertenece esta pieza?, ¿qué
significado tiene para este pueblo?, ¿qué representa el entramado, los colores
o cualquier elemento material que lo compone? Mientras no exista claridad sobre
los elementos de la cultura que representa y, por lo tanto, qué significa, no
podemos apuntar a un caso de apropiación cultural.
De México para los mexicanos
Como mexicanos no estamos exentos de esta
desvalorización de nuestra propia indumentaria, sobre todo porque el mito del
mestizaje nos hace creernos dueños de estos símbolos. Hoy, lo que conocemos
como “lo mexicano” es el resultado de poco más de 200 años de mestizaje, que
hemos tomado como pretexto para encubrir ciertas paradojas como: defender a
capa y espada cuando otro diseñador copia lo mexicano, pero regatear a los
artesanos en los mercados; exigir no ser caricaturizados como personajes que
usan zarape, pero disfrazarnos en las fiestas patrias con trajes típicos
(producidos de manera industrial) sin considerar su significado;y juzgar, segregar o discriminar a quien viste estas
prendas por lo que representan en su comunidad, pero usarlos desde una posición
de privilegio como algo exótico.
Así, la moda nos seduce con apariencias y
superficies a tal grado de olvidar y desproveer el significado de una prenda,
un estilo artesanal o un textil. Eso es parte de la fantasía de la moda:
consumir tendencias por su relevancia efímera durante una temporada, y
desecharlos cuando ya no se vuelven atractivos. Como sujetos que buscan
constantemente la novedad, podemos esperar que la rica tradición cultural
mexicana siga inspirando a nacionales y extranjeros. Mientras no exista
protección legal para ellas, la inspiración seguirá recayendo en plagio. Por
eso, el lugar por el cual podemos empezar y lo mínimo que podemos hacer, es
comprender lo que estas piezas significan.