

¿PODEMOS COMPRAR NUESTRO CAMINO AL BIENESTAR?
Según un estudio de Gallup y la Walton Family Foundation, más de un tercio de la Generación Z califica su salud mental como “mala” (10%) o “solo regular” (26%), siendo la generación con mayores índices de ansiedad y depresión. Otro informe de Deloitte revela que el 40% de la Generación Z y el 35% de los millennials reportan niveles de estrés elevados, con factores como preocupaciones financieras y el bienestar familiar como principales fuentes de ansiedad.
Estos datos reflejan una creciente preocupación por la salud mental en las generaciones más jóvenes, destacando la necesidad urgente de abordar este desafío global.
A medida que las conversaciones sobre nuestra salud mental y la Generación Z adquiere mayor poder adquisitivo, el capitalismo encuentra una oportunidad de significativa ganancia económica. Y las marcas no tardan en aprovecharla.
¿Cómo están las marcas capitalizando estos cambios de actitud en los consumidores para impulsar sus ventas? Y, aún más importante, ¿quién se está beneficiando realmente de la participación de las marcas en la conversación sobre la salud mental?
¿Realmente se desestigmatiza la conversación y la sociedad sale beneficiada?
La creciente desestigmatización de las conversaciones sobre salud mental ha impulsado la creación de una industria que abarca desde la moda hasta los artículos de belleza, cuidado personal y estilo de vida. Productos como pulseras, collares y anillos de cuarzo que prometen mejorar el estado mental; prendas con frases como “I’m anxious, don’t talk to me”; velas, inciensos e inhaladores con aromas relajantes; libros para colorear dirigidos a adultos; y los populares pulpos reversibles, originalmente terapéuticos, se han convertido en elementos comunes en el mercado.
Esta tendencia ha contribuido al crecimiento de la Economía del Bienestar, que alcanzó un valor de 6,32 billones de dólares en 2023, según el Global Wellness Institute.
En el segmento de moda y estilo de vida, marcas como Madhappy, Holiday y Sporty & Rich Wellness Club han integrado mensajes de salud mental en sus colecciones, ofreciendo prendas cómodas y duraderas con mensajes optimistas que buscan levantar el ánimo.
Este enfoque refleja una oportunidad para las marcas de conectar con los valores de los consumidores, posicionándose como aliadas en el bienestar y la salud mental.

¿Y cómo se ve la participación de las marcas en la Economía de la Ansiedad?
Durante la pandemia, Adidas, ofreció sesiones de meditación y entrenamientos HIIT en línea para fomentar la actividad física y con el objetivo de crear una comunidad en línea y destacar el papel que la actividad física puede desempeñar en el combate de los padecimientos mentales.
En 2019, Nike colaboró con la terapeuta Liz Beecroft para diseñar un modelo de tenis que promoviera la conciencia sobre la salud mental. El diseño incorporaba el icónico logo de la marca distorsionado en ondas, simbolizando los altibajos del camino hacia el bienestar emocional. El modelo, que tenía un precio de $180 dólares, se agotó en menos de 48 horas, y parte de las ganancias fueron destinadas a la American Foundation for Suicide Prevention.
Además, en 2023, Apple Fitness+ lanzó una colección llamada “HIIT y meditaciones para alegrarte el día”, que combina rutinas de entrenamiento de alta intensidad con sesiones de meditación enfocadas en la positividad, ofreciendo a los usuarios una experiencia integral para mejorar su bienestar físico y mental.
Aun así, para las marcas resulta complicado insertarse en conversaciones sensibles sin cometer errores. En la presentación de su colección Primavera 2020, la marca italiana Gucci cerró su desfile con cerca de 20 looks en blanco, algunos de los cuales incluían camisas de fuerza.
Sin embargo, la inclusión de camisas de fuerza en la pasarela generó controversia. Una modelo que participó en el desfile expresó su incomodidad, señalando que las camisas de fuerza son un símbolo de un tiempo cruel de la medicina, en el que no se entendían las enfermedades mentales y se les quitaban los derechos y las libertades a las personas. Criticó que Gucci utilizara este imaginario como concepto para un breve momento de la moda, argumentando que presentar estos conflictos como accesorios para vender ropa resulta vulgar, poco imaginativo y ofensivo para los millones de personas en todo el mundo que se ven afectadas por estos problemas.
A través de su cuenta de Instagram, la marca explicó posteriormente: “Uniformes, ropa utilitaria, vestimenta normativa, incluidas camisas de fuerza, se incluyeron en el desfile de modas #GucciSS20 como la versión más extrema de un uniforme dictado por la sociedad y quienes la controlan.”
Estas prendas fueron diseñadas exclusivamente para el desfile de moda y no estuvieron disponibles para la venta. Alessandro Michele creó estos atuendos en blanco para simbolizar el poder que la moda ejerce sobre nuestras vidas, al punto de eliminar la autoexpresión. Este poder impone normas sociales que clasifican y restringen la identidad.
El retail de la salud mental
Más allá de ofrecer productos, algunxs jugadores de la industria dan un paso más al crear instalaciones y ofrecer experiencias inmersivas. El mayorista de lujo Saks Fifth Avenue se unió a la app de mindfulness “Happy Not Perfect”, creada por la emprendedora Poppy Jamie, para construir un espacio interactivo que invitaba a los visitantes a embarcarse en un recorrido de siete pasos.
Entre los elementos de activación destacaron: una máquina de chicles verde azulado de más de dos metros de altura, personalizada con afirmaciones y mensajes de la marca; un área donde los participantes podían escribir y destruir sus preocupaciones en una trituradora de papel también personalizada en el mismo tono; y cabinas telefónicas antiguas, fabricadas a medida, que ofrecían técnicas de meditación y ejercicios de respiración guiados. Por supuesto, no podía faltar una cabina fotográfica de marca para completar la experiencia, según explicó la agencia encargada de ejecutar la colaboración.
Para el sitio de noticias sobre moda, Fashionista, Jaime de Happy Not Perfect, explica su objetivo: hacer que el cuidado de la mente sea lo más fácil y accesible posible. El emprendedor comentó: “Mi enfoque de la salud mental debe ser divertido. Debe ser como elegimos nuestra crema hidratante… ¿Cómo cuidamos nuestra mente? Eso es lo increíble de lo que ha hecho Saks: poner la salud mental junto a la crema hidratante en el piso de ventas”. Y con las elaboradas campañas e inspiradoras palabras y artículos que las compañías nos ofertan es fácil creer, aunque sea por un segundo, que cuidar nuestra salud mental puede ser tan fácil como aplicar una crema facial. Que comprar nuestro bienestar es posible.
Para el sitio de noticias de moda Fashionista, Jaime, fundador de Happy Not Perfect, explica su objetivo: hacer que el cuidado de la mente sea lo más fácil y accesible posible. El emprendedor comentó:
“Mi enfoque de la salud mental debe ser divertido. Debe ser como cuando elegimos nuestra crema hidratante… ¿Cómo cuidamos nuestra mente? Eso es lo increíble de lo que ha hecho Saks: poner la salud mental junto a la crema hidratante en el piso de ventas”.
Con las elaboradas campañas, palabras inspiradoras y artículos que las compañías nos ofrecen, es fácil creer, aunque sea por un momento, que cuidar nuestra salud mental puede ser tan simple como aplicar una crema facial. Que comprar nuestro bienestar es posible.
¿Eso es todo?
La Economía de la Ansiedad no muestra señales de detener su crecimiento, y no es un misterio por qué prospera en esta época, marcada por la inestabilidad laboral, política y ambiental, las presiones sociales y, además, la experiencia de una pandemia que casi cinco años después, parece que ya olvidamos.
Los productos dedicados a aliviar la ansiedad adoptan formas infinitas, tan variadas y numerosas que uno podría llegar a pensar que se trata de un malestar pequeño pero universal, como los labios partidos. Más interesante aún, se sugiere implícitamente que es un padecimiento que puede tratarse con la misma facilidad. Esto, sin embargo, podría argumentarse, amenaza con normalizar un trastorno mental al recodificarlo como una parte estándar de la vida moderna, en lugar de algo que requiera atención psicológica adecuada.
Si 4 de cada 10 adultos en México sufren de depresión o trastornos de ansiedad, eso implica que hay 6 que no tendrían necesidad de formar parte de este nicho de mercado. Sin embargo, bajo la presión constante de la publicidad, muchos de ellos terminan haciendo clic en el botón de “añadir a mi carrito”.
¿Se está convirtiendo la ansiedad misma en un producto y truco de publicidad?
De ser así, esto podría resultar altamente peligroso. El psicoanalista Michael Currie señala: “Lo que hace que el diagnóstico de un trastorno de ansiedad sea diferente de otros diagnósticos médicos es cómo la ansiedad puede alimentarse a sí misma. Preocuparse por el cáncer no empeora el cáncer. Sin embargo, preocuparse por tener un ataque de ansiedad conduce a más ansiedad.”
¿Es posible que estos productos y campañas que nos rodean, en lugar de aliviar la ansiedad, estén contribuyendo a propagarla? ¿Que fomenten que personas sin padecimientos clínicos se auto diagnostiquen con una enfermedad que no comprenden? ¿Estamos confundiendo el alivio de los síntomas con el abordaje de las causas subyacentes?
En el mundo contemporáneo, y especialmente en las esferas digitales, parece que consumir es la única manera aceptada de aliviar nuestras ansiedades. Esto me recuerda un experimento realizado hace poco más de una década, donde un grupo de personas diagnosticadas con ansiedad social fue puesto a hablar en público bajo una situación estresante. Tras el evento, fueron tratados con un placebo que supuestamente atendería su ansiedad, y ocho semanas después repitieron el experimento. Sorprendentemente, el 40% de los participantes reportó mejoría, a pesar de que todos habían recibido únicamente un placebo.
Tal vez el acto de usar un producto que promete hacernos sentir mejor puede, en algunos casos, generar una mejora subjetiva. Sin embargo, para la ansiedad la solución podría no estar en una vela aromática, un par de tenis o una crema facial, sino en la mente. No en un producto, sino en nosotros mismos.
¿Entonces qué hago?
A pesar de que la Economía de la Ansiedad se ha convertido en una industria de varios billones de dólares, hay algunas formas de combatirla de forma gratuita:
- Haz ejercicio de manera regular: Los ejercicios aeróbicos, como trotar, nadar, andar en bicicleta o simplemente caminar, estimulan al cerebro a liberar serotonina, lo que puede mejorar tu estado de ánimo. Además, ayuda a combatir el estrés y liberar tensiones. Intenta realizar al menos dos horas y media de actividad física a la semana.
- Cuida de tu cuerpo: Adoptar una rutina de sueño fija puede ser un factor beneficioso para controlar la ansiedad, así como optar por una alimentación baja en carbohidratos, grasas y azúcares. Evitar el tabaco y el alcohol también puede resultar beneficioso.
- Comunícate: Es muy importante mantenerte cercano a tu red de apoyo, ya sean amigos o familiares. Recuerda que también puedes comunicarte con la Línea de Atención Psicológica especializada en salud mental de la Universidad Nacional Autónoma de México a través del número 5025 0855, donde expertos ofrecen ayuda de primer contacto en temas como problemas de pareja, ansiedad, depresión, crisis de pánico, entre otros.
Y lo más importante, en caso de identificar síntomas de ansiedad crónica y/o síntomas que afecten tus actividades diarias, ponte en manos de un profesional. A pesar de las incontables campañas de marketing alrededor de la ansiedad, antes de visitar una tienda online o un centro comercial para aliviar nuestro estado de ánimo, debemos recurrir a la ayuda adecuada.
Nota originalmente ente publicada en enero 2021 por Guillermo Fonseca.
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Texto: Guillermo Fonseca | The Fashion Theorist
Fotos: Cortesía
Fecha de Publicación:
Viernes 10/01 2025
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