EN EL TERCER TRIMESTRE DE 2024, LOS HOMBRES REPRESENTABAN EL 96.3% DE LA POBLACIÓN OCUPADA EN LA MÚSICA, MIENTRAS QUE LAS MUJERES SOLO EL 3.66%

La música mexicana está viviendo un auge sin precedentes. La amplificación que las plataformas digitales realizan a una audiencia global cada vez más interesada en estos sonidos, lxs artistas del país han logrado romper barreras. Sin embargo, este crecimiento no ha significado necesariamente mayor equidad de género dentro de la industria. Aunque más mujeres están logrando visibilidad, su presencia sigue siendo minoritaria en ciertos géneros y en posiciones clave dentro de la producción musical.

El problema no es la falta de talento, sino la forma en que el sistema ha sido diseñado. ¿Cómo se traduce esto en la actualidad?

El espejismo de la visibilidad: más mujeres en los escenarios, pero no en la industria

Aunque vemos cada vez más mujeres encabezando festivales y listas de reproducción, los números revelan una realidad contundente: La industria musical sigue siendo profundamente desigual. Según datos de Data México publicados por el Gobierno de México, en el tercer trimestre de 2024, los hombres representaban el 96.3% de la población ocupada en la música, mientras que las mujeres solo el 3.66%.

Esto significa que, a pesar de la percepción de mayor visibilidad, la brecha laboral sigue siendo abismal. La pregunta es inevitable: ¿qué está pasando con las mujeres en la música? ¿Por qué siguen siendo una minoría en un mercado que, supuestamente, se ha diversificado?

Corridos: El fenómeno de la Generación Z sin mujeres

Uno de los mayores éxitos de la música mexicana actual es, sin duda, el crecimiento del regional mexicano, en particular los corridos. Según datos de Spotify, el 77% de los streams de música mexicana corresponden a este género, y el 60% de los oyentes en México tienen menos de 30 años. Esto significa que la Generación Z está marcando el rumbo del mercado.

Sin embargo, este fenómeno ha sido casi exclusivamente liderado por hombres. Mientras nombres como Natanael Cano, Fuerza Regida y Peso Pluma dominan las listas, las mujeres en los corridos son prácticamente invisibles. Yahritza y su Esencia ha sido una de las pocas excepciones, pero incluso su propuesta se ha desmarcado de la narrativa tradicional del género, además de las polémicas en las que se han visto envueltxs.

Esto abre un debate importante: ¿la falta de mujeres en los corridos es una cuestión de interés o de acceso? ¿Se les están negando las oportunidades o simplemente no encajan en las expectativas que la industria tiene para este género?

Estructuras de poder: el verdadero techo de cristal

El problema no es solo quién sube al escenario, sino quién tiene el control detrás de él. Un estudio de la USC Annenberg Inclusion Initiative reveló que solo el 21% de los artistas en listas de éxitos de la música latina son mujeres, pero lo más alarmante es que solo el 2% de productorxs en la industria latina son mujeres.

Este dato es clave porque significa que las decisiones sobre qué se graba, qué se promociona y qué llega al público están en manos de un sistema que históricamente ha favorecido a los hombres. Sin mujeres en espacios de producción, dirección musical y gestión artística, el problema de la falta de representación se convierte en un círculo vicioso.

Esto también impacta en el reconocimiento: en los Latin Grammy, categorías como Productor del Año siguen siendo dominadas por hombres, y los premios a Álbum o Canción del Año en música regional mexicana rara vez incluyen mujeres.

El dilema de la autenticidad y la representación

En géneros como los corridos, el discurso está marcado por la narcocultura, el poder y la ostentación, narrativas tradicionalmente masculinas. Cuando una mujer entra a este mundo, se enfrenta a una doble barrera: debe demostrar que es “auténtica” en el género sin desafiar las expectativas de la industria sobre el rol de la mujer.

Esto explica por qué muchas artistas buscan reinterpretar los géneros en lugar de encajar en los moldes establecidos. Sin embargo, esta estrategia no siempre garantiza el mismo nivel de éxito comercial, lo que nos lleva a una pregunta incómoda: ¿realmente hay espacio para nuevas narrativas en la música mexicana o seguimos esperando que las mujeres se adapten a los mismos discursos de siempre?

El futuro: más que un esfuerzo individual, un cambio estructural

A pesar de estos desafíos, las mujeres en la música mexicana siguen abriendo camino. La autogestión y las plataformas digitales han sido claves para evadir los filtros de la industria tradicional, pero esto no es suficiente para cambiar una estructura históricamente desigual.

El verdadero cambio requiere más que talento individual. Festivales, medios y plataformas de streaming deben asumir un compromiso real para abrir espacios equitativos. Lxs consumidores también tienen un papel fundamental: la música que elegimos escuchar y compartir define quiénes tienen la oportunidad de crecer.

Eventos como el Festival Hera, organizado por la cantautora Ximena Sariñana y un comité de mujeres líderes en la industria musical, han demostrado que existe una audiencia interesada en apoyar el talento femenino. Con un cartel conformado exclusivamente por mujeres como María Becerra, Yahritza y Su Esencia, Ely Guerra, Daniela Spalla, Ladytron, Lido Pimienta y Tash Sultana, este festival marcó un hito en la música mexicana.

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El talento femenino en la música mexicana no es el problema. Lo que falta es que la industria y el público estén dispuestos a transformar la manera en que consumimos y promovemos la música hecha por mujeres. Porque si la Generación Z ha sido capaz de hacer que la música mexicana conquiste el mundo, también tiene el poder de decidir qué voces forman parte de su historia.

¿Qué reflexiones te llegan a la mente? ¡Cuéntanos, queremos escucharte!


Fecha de Publicación:
Lunes 17/02 2025