¿POR QUÉ UNA MEDIDA PENSADA PARA PROTEGER LA SALUD PÚBLICA TERMINA CASTIGANDO A QUIENES MENOS TIENEN? LA DESIGUALDAD SE CONVIERTE EN UNA VARIABLE SILENCIOSA DENTRO DE UNA POLÍTICA QUE DEBERÍA SER, EN PRINCIPIO, IGUALITARIA.

Cuando el “Hoy No Circula” fue implementado en 1989, la crisis ambiental en la Ciudad de México era tan evidente que el programa fue recibido con urgencia, casi como una medida de emergencia. La idea parecía lógica: reducir la cantidad de autos en circulación para disminuir los niveles de contaminantes en el aire. Pero después de más de tres décadas de operación y varios ajustes al programa, cabe preguntarse: ¿realmente está funcionando?, ¿o estamos frente a una ilusión de control, a una política pública que ya no responde a las dinámicas actuales de movilidad, desigualdad y contaminación?

En teoría, limitar el uso del automóvil debería ayudar a limpiar el aire. Sin embargo, los datos muestran una realidad más compleja. Según el Consejo de Evaluación de la Ciudad de México (Evalúa CDMX), las concentraciones de ozono —uno de los principales contaminantes— no solo no han disminuido significativamente, sino que han tenido repuntes preocupantes en los últimos años. Esto coincide con los informes de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), que han registrado contingencias ambientales recurrentes pese a la activación del programa.

Foto vía Gobierno de la Ciudad de México

¿Es un mal sistema? ¿O sólo es obsoleto?

¿Qué estamos haciendo mal? ¿El problema está en la ejecución del programa, en su diseño, o simplemente en que ya no basta con apagar el motor un día a la semana? El uso de vehículos no se ha reducido, y de hecho, muchos ciudadanos han optado por comprar un segundo coche —a menudo más viejo y más contaminante— para evadir la restricción. ¿No es esto una paradoja? ¿No está esto alimentando justo el problema que buscaba combatir?

Además, el “Hoy No Circula” no impacta de igual manera a todos los sectores de la población. ¿Qué pasa con quienes no pueden permitirse un vehículo nuevo o híbrido que les permita circular todos los días? ¿Por qué una medida pensada para proteger la salud pública termina castigando a quienes menos tienen? La desigualdad se convierte en una variable silenciosa dentro de una política que debería ser, en principio, igualitaria.

Foto vía Gobierno de la Ciudad de México

Otras alternativas: El transporte público

Y mientras tanto, ¿qué sucede con el transporte público? ¿Por qué seguimos viendo unidades altamente contaminantes —microbuses, combis, taxis viejos— circulando sin restricción? De acuerdo con estudios de movilidad urbana, cerca del 20% de los vehículos, en su mayoría del transporte público y de carga, generan el 80% de la contaminación vehicular. ¿Por qué se sigue permitiendo esto? ¿Por qué no se ha redirigido el esfuerzo hacia el corazón del problema?

Si bien hay mejoras técnicas posibles —como la verificación más estricta de emisiones, el impulso al transporte eléctrico o el rediseño de rutas ciclistas—, lo más urgente parece ser la necesidad de replantear la visión completa del modelo urbano. ¿Puede una ciudad tan grande, tan desigual y tan dependiente del automóvil aspirar a un aire limpio sin una transformación profunda de su sistema de movilidad? ¿No deberíamos hablar más de derecho al transporte digno, y menos de castigos para quienes usan el coche porque no tienen otra opción viable?

Foto vía Gobierno de la Ciudad de México

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El “Hoy No Circula” persiste, pero la sensación de que su tiempo ya pasó crece cada vez más. Como si la ciudad estuviera tratando de curar un pulmón herido con un parche obsoleto. ¿Y si el daño ya está hecho? ¿Y si lo verdaderamente urgente es empezar de nuevo, con una política ambiental que entienda a la ciudad como un todo, y no como una lista de placas alternadas?

Tal vez, más que preguntarnos si el programa funciona, la pregunta más honesta sea: ¿por qué seguimos creyendo que funciona? ¿Qué otras opciones nos hemos negado a imaginar? Y sobre todo, ¿qué tan dispuestos estamos, como sociedad, a hacer cambios profundos —estructurales, incómodos— para respirar un aire que no nos enferme?

Porque lo cierto es que mientras no lo hagamos, los semáforos del “Hoy No Circula” seguirán cambiando… pero el aire seguirá siendo el mismo.

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Fecha de Publicación:
Jueves 24/04 2025