Diálogos textileros Pt. 2: Sobre las Comunidades originarias

En la primera entrega de esta nota hablamos sobre las dificultades que las comunidades originarias enfrentan para poder vender sus creaciones. De esta manera pudimos conocer las perspectivas de estas personas y reflexionar en torno a las soluciones. Otro tema importante en este rubro es la representatividad y la verticalidad. ¿Estás listx para conocer más de esto? ¡Vamos a ello!

Sobre la representatividad de las comunidades originarias

Las discusiones sobre la representación de los pueblos originarios han cobrado relevancia. Es esencial repensar y dialogar sobre la construcción discursiva que, a través de imágenes, se hace de estos pueblos. La forma en que se retratan a las personas y se elige mostrar a las comunidades es parte de una narrativa más amplia y conflictiva. Estas representaciones a menudo refuerzan la imagen de los pueblos originarios como “místicos”, “mágicos” o “folklóricos”, despojándoles de su contexto comunitario.

Esta visión heredada perpetúa la supuesta indefensión de los pueblos, asociada al “ser indígena”, y oculta las desigualdades estructurales e históricas que enfrentan. Esta indefensión sirve para replicar un imaginario social que ve a las comunidades originarias como “algo” que debe ser protegido, manteniendo el papel de salvadores en lugar de abordar las estructuras de poder y violencia que continúan reproduciéndose.

La perpetuación de estas nociones folklorizantes y racistas, incluso con “buenas intenciones”, es indignante. Estas prácticas invisibilizan a quienes dominan las técnicas de bordado y tejido. Sin embargo, es comprensible que las comunidades prioricen necesidades básicas, como el cuidado de los hijos, los cargos comunitarios y las asambleas, antes que la visibilidad mediática. Las nuevas generaciones han aprendido a usar la tecnología para mostrar su trabajo, abriendo cuentas para compartir sus procesos de elaboración y técnicas.

Verticalidad en procesos de trabajo

Otra forma de verticalidad proviene de “portavoces” o “representantes” que no pertenecen a una comunidad, pero que toman la voz y atribuyen tareas, invisibilizando a los autores de las piezas tradicionales. Un caso de extractivismo cultural que ocurrió en el Valle del Mezquital ilustra esta problemática. Una persona externa registró como propia la iconografía de Flor y Canto, generando controversia y reclamos por parte de las artesanas locales.

Este caso refleja el respaldo institucional y gubernamental a personas externas, mientras que las artesanas locales luchan por el reconocimiento y apoyo justo. La falta de apoyo a las artesanas locales y el respaldo a proyectos externos muestran la ruptura del pacto de clase, perpetuando la desigualdad y la injusticia.

Posibles formas de colaboración con las comunidades originarias

Es crucial reconocer que existen posibles formas de trabajo, vinculación y comercialización que pueden cambiar las prácticas de venta, tanto de manera directa como con intermediarios. Es fundamental entender la diversidad de técnicas textiles y contextos comunitarios, planteando diferentes formas de colaboración.

Un ejemplo de esta posibilidad es Manos del Mar, un proyecto textil de San Mateo del Mar, Oaxaca, que establece protocolos de colaboración con marcas y personas interesadas. Este proyecto toma decisiones colectivas basadas en las necesidades identificadas, promoviendo estrategias horizontales y beneficiando a la comunidad de manera colectiva. Este enfoque demuestra que es posible proteger la dignidad y el trabajo de las mujeres creadoras, siempre y cuando exista voluntad de cambiar las prácticas.

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Vestir textiles realizados con técnicas heredadas es una forma de resistencia frente a un sistema opresivo para las comunidades originarias. Mantener vivas las comunidades y la vida colectiva implica transmitir información sobre prácticas y técnicas milenarias de tejido y bordado, resguardando la historia narrada en simbolismos, iconografías, formas, colores y texturas. Es vital seguir escribiendo con hilos y colores, ya que sin ello, empresas, organizaciones y personas no tendrían qué representar.

Cuéntanos, ¿tu qué piensas?