Casa Xochiquetzal. “MUJERES, XOCHIQUETZAL EN LUCHA POR SU DIGNIDAD, A.C."


RESIGNIFICAR LA EXPERIENCIA DE LAS TRABAJADORAS SEXUALES COMO UNA FORMA MÁS DE EMPLEO ANTE LA DESIGUALDAD

En México, uno de los países con más desigualdad salarial, lo que nos une en el campo laboral es poner la cuerpa. El uso que le demos, es otro tema. Hay quienes usan el cuerpo para sentarse tras la computadora, otrxs van a un salón de clases y enseñan; a fin de cuentas, todxs utilizamos la cuerpa como herramienta para recibir un salario.

Es preocupante pensar que hay quienes mueren a temprana edad y se les priva de llegar a la vejez, o en caso de llegar a ésta, lo hacen en condiciones precarizadas después de vivir sin acceso a sus derechos – laborales y humanos – por hacer lo mismo que tú y yo: poner la cuerpa en el trabajo para recibir un salario.

Este es el caso de las personas trabajadoras sexuales (PERTS), porque México aún tiene una batalla que librar: la estigmatización del trabajo sexual como forma de empleo.

Nosotras no estamos al servicio del cliente. Es una actividad remunerada donde se nos paga una cantidad determinada a través de un consenso por parte de lx prestadorx y el cliente.

Natalia Lane, activista trans y trabajadora sexual, en la entrevista “Trabajo Sexual” | Espacio Diverso

Pero antes de entrar a lo bueno, conozcamos más sobre la población: de acuerdo con una pequeña muestra realizada por COPRED en 2019, las PERTS que laboran en las calles son una de las poblaciones más precarizadas en el país.

Trabajo sexual en México

  • El 94.2% de las personas encuestadas mencionan realizar trabajo en calle, el 10.7% trabajan en plataformas digitales y un 5.8% ejercen como acompañantes o escorts.
  • La mayoría de ellxs trabaja más de 40 horas a la semana y tiene un ingreso promedio de $500 a $3000 MXN. Además, la mayor parte tiene entre dos o más dependientes económicos, generalmente personas mayores y niñxs.
  • Solamente el 30% de las PERTS tienen seguridad social.
  • De acuerdo con las encuestadas, casi el 70% ha sufrido violencia institucional.

A finales de mayo de 2019 en Ciudad de México, el trabajo sexual en vía pública dejó de castigarse gracias a la Ley de Cultura Cívica, lo que implica regular al trabajo sexual como trabajo de otros servicios en calle, es decir, trabajadorxs no asalariadxs. Sin embargo, ¿qué pasa cuando el trabajo sexual se cruza con la diversidad sexual?

En México no hay oportunidades para las trans, sólo el trabajo sexual. Aunque una quiera salir, la sociedad no lo permite. Llevo mi currículum y nadie me da trabajo.

Kenya Cuevas, activista y trabajadora sexual trans.

Sin eliminar la discriminación y violencia en razón de género y orientación sexual – que no sólo afecta a mujeres – no podremos pensar en políticas que regulen de manera justa y empática el trabajo sexual. Para las personas trans, el peligro del trabajo sexual estigmatizado puede costarles la vida, como los casos de Paola Buenrostro y Alessa Flores, que quedan impunes por “falta de pruebas”.

Esto sin dejar a un lado que la edad puede representar una ventaja laboral o una barrera para ejercerlo cómodamente. Además, la cuerpa cambia y algunas necesidades se vuelven más demandantes cuando hablamos del cuidado de la salud derivado de los años.

Lo que conocíamos como júbilo o jubilación, esta etapa de descanso y disfrute, se ve atropellada en aquellas personas que han dedicado años al trabajo sexual debido a la inaccesibilidad de servicios de atención médica, derechos laborales y sobre todo en cuanto a seguridad económica que permita una calidad de vida en la adultez mayor, enfrentándose de nuevo a la discriminación, la violencia, la falta de seguridad y desigualdad social.

Aquellas PERTS que por diversas situaciones quedan sin un lugar fijo de vivienda, sin redes de apoyo más que las personas con quienes comparten calle, puede complejizar aún más la seguridad y calidad de vida durante el pasar de los años. ¿Qué hemos hecho como sociedad para humanizarnos ante esta problemática?

Como ellxs mismxs cuentan, el proyecto Casa Xochiquetzal ubicado en el Centro Histórico de CDMX es único en su tipo; creado en 2006 para dar respuesta a las necesidades de trabajadoras sexuales de la tercera edad que excluidas de la sociedad y de sus propias familias tenían que pasar la noche en las calles. Bajo el lema “Mujeres, Xochiquetzal en lucha por su dignidad” proporciona comida y un hogar donde pueden vivir de manera digna enfocándose en actividades que asociamos a la vejez, como el disfrute en familia.

La lucha y resistencia de las personas trabajadoras sexuales ha dado pie a incansables manifestaciones para garantizar sus derechos, resignificar su experiencia como una forma más de empleo ante la desigualdad y a humanizar la labor de quienes día y noche buscan una mejor vida. Sin embargo, aún faltan esfuerzos y pasos agigantados para no dejar a un lado a quienes por cuestión de edad y brecha generacional, no han encontrado tranquilidad y acompañamiento.

¡Construyamos futuros pensando en la dignidad para todas las realidades de tercera edad!


Fecha de Publicación:
Miércoles 31/08 2022