THE CHAIR THAT ROCKS ES UNA INICIATIVA QUE BUSCA VINCULAR A DISEÑADORES Y ARTISTAS CON ARTESANOS TLACOTALPEÑOS, A TRAVÉS DE UN TALLER DONDE SE CREAN PRODUCTOS CONTEMPORÁNEOS UTILIZANDO OFICIOS EN VÍA DE EXTINCIÓN DE ESTA REGIÓN DE VERACRUZ.

Lunes 10/11 2014
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FOTOS: Cortesía José de la O

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En la búsqueda por recuperar oficios en vías de extinción, surge The Chair that Rocks, una iniciativa por Studio José de la O que busca vincular a diseñadores y artistas con artesanos de Tlacotalpan, Veracruz, poblado catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para que mediante un taller con duración de una semana desarrollar un producto de diseño que resulte del intercambio cultural entre artesanos y diseñadores, además de involucrar la carpintería y alfarería tinajeril.

En vísperas del siguiente taller que se realizará del 14 al 21 de diciembre, al cual se invita tanto a estudiantes de diseño como a profesionales dentro de las industrias creativas, platicamos con José de la O, diseñador de producto y director del taller.

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¿Cuál es la importancia de una experiencia como esta para un diseñador o artista?

La experiencia que tienes durante los talleres de The Chair that Rocks es sin duda la parte más importante. Puedes leer mucho sobre un lugar, ver videos o escuchar historias, pero es hasta que lo vives personalmente y en cierta manera lo haces tuyo, que entiendes lo especial que es el lugar.

El hecho de que existan lugares como Tlacotalpan en México, con mucha tradición y  oficios, de los cuales la mayoría están a punto de desaparecer, nos brinda la oportunidad de resolver a través del diseño cómo redefinir objetos tradicionales y proyectarlos a un mercado contemporáneo.

Es imposible recrear este tipo de experiencias en tu estudio. Tienes que salir y verlo por ti mismo.

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¿Qué ha sido lo mejor que te ha dejado a ti esta experiencia, tanto a nivel personal como profesional?

No sabría por dónde empezar. Me dio mucho gusto como la pieza de Jerry Osio, que desarrolló el año pasado fue seleccionada para Generación Decode y que está resolviendo cómo comercializarla, produciéndola en Tlacotalpan. Algo similar sucede con Alejandro Macias y la silla y porrón que hizo acá, han sido publicadas en varios lugares. También me encanta ver el entusiasmo de la gente que llega por primera vez al taller y su cara de satisfacción cuando ven su proyecto terminado una semana después.

Pero creo que lo más especial a nivel personal, es que me monté este rollo para obligarme a siempre regresar a Tlacotalpan y estar cerca de mis raíces, recordar de donde vengo. Mi familia es de Veracruz, crecí entre mecedoras y demás muebles de cedro, y siempre he estado de alguna manera conectado a Tlacotalpan.

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¿Cuáles crees que son las tendencias que vienen en temas de diseño, especialmente en México?

A nivel global, pienso que el diseñador está delegando cada vez más su papel de creador al consumidor y convirtiéndose más en facilitador. El movimiento maker y todo lo DIY, es cada vez más accesible dentro de los no diseñadores, el consumidor podrá diseñar y fabricar productos que ya no tendrán que ser industriales. Tecnologías Open Source y la fabricación digital permite al consumidor convertirse en creador, y es nuestro papel como diseñadores crear estas plataformas para que cualquier persona pueda fabricar sus sueños.

Enfocándome en México, veo al diseño como una disciplina muy joven, y como cualquier persona joven, sigue buscando su propia identidad. Muchos diseñadores estamos explotando el recurso de utilizar artesanía para crear objetos contemporáneos, algo que bien puede definir nuestro estilo, tanto estético como productivo, sobretodo por la ausencia de industria en nuestro país (aunque en México hay bastantes fábricas, no existen equipos de diseño o desarrollo de producto en la mayoría de estas fábricas).

Me gustaría ver más en México que la escena del diseño tome un rol más intelectual, que sirva de herramienta para cuestionar nuestra realidad actual y proyectar nuevas visiones al futuro. Culturalmente, nos encanta voltear atrás y sentirnos orgullosos de donde venimos y nuestras raíces, pero me gustaría que también vieramos al futuro y empezemos a imaginarnos diferentes realidades.

Ana Salazar

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Tlacotalpan se ha distinguido por la calidad de su carpintería, en la cual se utiliza cedro rojo, al mismo tiempo que al estar en contacto con el Río Papaloapan, se desarrolló en la alfarería tinajeril, industria que ha desaparecido, y que el Museo del Oficio Alfarero Tinajeril busca rescatar, complementando la experiencia de The Chair that Rocks con una etapa de alfarería. Todos los detalles de lo que será el tercer taller, los encuentras en su sitio.