DESPUÉS DEL MES DEL DISEÑO, ANALIZAMOS LA EFECTIVIDAD DE LAS PLATAFORMAS QUE IMPULSAN LA MODA NACIONAL

El mes de octubre reúne muchas conmemoraciones, pero desde hace algunos años, al menos en la Ciudad de México, es el mes del diseño. Distintas plataformas que abarcan diseño gráfico, diseño industrial, arquitectura y moda toman la ciudad por casi 31 días con exposiciones, foros, bienales, premios, desfiles y ventas. Este año, debido a la pandemia que atravesamos, cada evento ha tenido sus restricciones para llevarse a cabo y algunos nos hemos limitado a seguir los eventos de manera digital, una distancia que invita a la reflexión sobre lo que hacen las distintas plataformas.

Al menos en la moda, el crecimiento que ha tenido en la última década la escena del diseño mexicano, ha originado el surgimiento de varias plataformas que lo impulsan con desfiles, estrategias de comunicación y relaciones públicas, premios, apoyos financieros, cazatalento o facilitando puntos de venta; todas ellas actividades necesarias para la industria. Y el auge de dichas plataformas ha sido directamente proporcional al crecimiento del diseño en México.

Si consideramos que el diseño, como una profesión con el grado de licenciatura es relativamente nuevo en el país, podemos ver que nunca antes habíamos producido tantos diseñadores de moda. Más de diez universidades ofrecen esta carrera en México, así que cada término de semestre representa una nueva camada de diseñadores, y a ellos se suman aquellos que han decidido estudiar en el extranjero y regresan a México. Ante esta creciente población de creativos, algunas plataformas han sido un gran apoyo en varios rubros:

Desfiles y concursos

Entendido como parte de una estrategia publicitaria, el desfile es uno de los ejes más antiguos de la moda, y quien ha sido el principal anfitrión de desfiles para diseñadores consagrados y emergentes es, desde luego, Fashion Week, aún con todas las mutaciones que ha tenido desde los años 90. Hoy se enfrenta al reto del streaming digital y al hecho de que para muchos nuevos diseñadores es más fácil hacer su propia producción que luchar por un lugar en su calendario.

Los certámenes van de la mano con los desfiles ya que comúnmente estos shows son el premio que se otorga a los ganadores de estas dinámicas. Para DMX32, por ejemplo, los desfiles son un escaparate para mostrar los nuevos talentos de diseño y modelaje que encuentran a través de una campaña en redes sociales. Hasta ahora se han presentado en estados del norte del país como Tamaulipas y Sonora, por lo que quedan muchos estados que recorrer.

En el ecosistema actual de la moda existen varios concursos que reconocen al talento, como Moda Premio, de la periodista Anna Fussoni, que convoca a estudiantes de universidades y ha reconocido a temprana edad a diseñadores como Alfredo Martínez o Renata Franco. The Fashion Group International, por otro lado, un organismo internacional con sede en México, ofrece premios y reconocimientos a fotógrafos, joyeros, o proyectos sociales en su ceremonia anual Night of Stars, una diversificación muy positiva hacia otros rubros de la moda. Y en semanas más recientes surgió Moda Emprende, una nueva iniciativa de la revista Proyecto Moda, que celebró su primera edición este año con un premio al emprendimiento en la industria otorgando un apoyo monetario, un premio que reconoce que la industria necesita un impulso económico.

Puntos de venta y descuentos

Lo único que activa a la industria es la compra, y por eso algunas iniciativas han buscado apoyar el diseño facilitándoles puntos de venta. Colectivo Diseño Mexicano, por ejemplo, ha reducido la brecha entre compradores y diseñadores con eventos de ventas de muestras o piezas en descuento; Colectivo Autónomo de Moda, una iniciativa relativamente nueva pero que oportunamente utilizó el campo digital durante la pandemia organizó a mediados de este año una de 21 marcas mexicanas en un momento crítico para la industria.

Otros esfuerzos más tempranos y ya establecidos, como Mexicouture de sara Galindo han sido relevantes para la comercialización del producto de diseñadores mexicanos en el mercado internacional. A este esfuerzo comercial sin duda se suman todos los bazares, trunk shows y ferias que año con año ocupan un fin de semana para que todo tipo de marcas se acerquen a sus clientes potenciales. Si bien poco antes de 2020 comenzaron a ser repetitivos, quizás encuentren un nuevo aire en cuanto volvamos a salir a las calles.

Comunicación

Un brazo importante de la industria que antes se centralizaba en revistas y periódicos es la comunicación de las marcas. Aunque hoy esta dinámica la cambiaron las redes sociales, algunas plataformas están haciendo una labor distinta. Desde Compra Moda Nacional, con varios años de experiencia, lanzó este año un anuario que abarca los principales nombres de la creatividad mexicana, un esfuerzo que esperemos se traduzca en ventas. Por otro lado, Archivo Moda Mexicana, guarda la memoria de cada diseñador que se integra a su acervo para futura consulta periodística o académica, material que hasta ahora vivía en el archivo de cada diseñador. En esta misma línea, Colectivo Diseño Mexicano presentó a principios de este año un libro que hace un recuento de la historia de la moda por los últimos 20 años, y que también esclarece un panorama en el que el diseñador es parte importante de la moda, pero no su eje central.

Aunque las plataformas han tenido todos los aciertos anteriores para impulsar la moda, la bonanza de diseñadores ha provocado que todos estos esfuerzos se enfoquen en impulsar el diseño, y no tanto a los otros ejes alrededor de una prenda como artículo de consumo. Es necesario reconocer a la industria más allá del diseño, y que todos los otros ejes de la moda se reconozcan e impulsen a través de los mismos premios, plataformas comerciales o enfoques en comunicación.

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Será vital fomentar la diversificación de la industria y reconocer que la moda mexicana no son solo los nombres del calendario de Fashion Week, sino todo aquel producto que se fabrica y comercializa en el territorio nacional: desde prendas o zapatos de venta por catálogo, hasta vestidos de quinceañera. En esa misma línea, es necesario reconocer a la fuerza artesanal del país como una parte esencial de esa industria diversificada y más allá de buscarle puntos de venta en destinos turísticos, promover la preservación de esas técnicas y fomentar el pago justo de sus productos.

Por otro lado, aún es necesario descentralizar la moda de la Ciudad de México (e incluso de Guadalajara y Monterrey) para que otras ciudades, que son parte importante de la industria, puedan destacar sin sentirse ajenas por estar geográficamente distanciadas. Ciudades que sobresalen por su tradición en calzado, como León, Guanajuato, o la fuerza textil con años de tradición en Puebla, deberían encontrar la misma difusión que la escena del diseño mexicano.

Finalmente, reconocer que los cambios necesarios toman tiempo y no están –solo– en manos de las plataformas que apoyan a la moda. Hay cambios sistemáticos que empezarían incluso con solo entender que hoy por hoy no todo en la moda se valida con un desfile, o que la manera de apoyar a un diseñador emergente no es necesariamente una publicación en redes sociales.


  • TEXTO: Natalia Silva

Fecha de Publicación:
Miércoles 04/11 2020



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