LA SIGUIENTE ES UNA TRANSCRIPCIÓN DE "LA VESTIMENTA SIMULADA: UNA REFLEXIÓN SOBRE LA CONCEPCIÓN DE LA INDUMENTARIA INDÍGENA EN NUESTRO PAÍS", PONENCIA IMPARTIDA POR EMILIANO VILLALBA

El pasado 27 de septiembre la Revista Melodrama organizó el primer Coloquio de Moda, Historia y Arte en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Se presentaron una serie de mesas, conversatorios y ponencias referentes a diversos temas relacionados con los tres puntos antes mencionados. 

Una de las mesas fue Mexicanidad en la Industria de la Moda, con la participación de Tanya Melendez y Emiliano Villalba, coeditor en De Última, suplemento de moda del periódico El Universal. Emiliano expuso bajo el tema La vestimenta simulada: una reflexión sobre la concepción de la indumentaria indígena en nuestro país. La siguiente es una transcripción de, a nuestro parecer, los puntos más relevantes de dicha ponencia. 

La vestimenta simulada: una reflexión sobre la concepción de la indumentaria indígena en nuestro país

Durante el mes de septiembre se ve una de las más curiosas conductas de los mexicanos con respecto a la moda y la identificación nacional. En cada esquina, puestos con banderas, pinturas corporales, pelucas y trenzas hechas de pelo sintético exponen nuestro orgullo de pertenencia al país que nos ha cobijado, independiente, por más de 200 años.

En esta época festiva, es común ver el traje de manta que cuelga junto al de la china poblana o una blusa bordada. Las lentejuelas verdes, rojas y blancas contrastan con la manta cruda; completan unos huaraches, jorongos o ponchos, moños tricolores y sombreros de charros usados en la Revolución. Por ahí también se puede encontrar el traje típico de Veracruz y el tradicional traje de charro. Este fenómeno, según la Antropóloga Marta Turok, tiene su vinculación histórica con el Corpus Christi. “En el día Corpus Christi, o del día de las mulas, se visten a los niños de ‘indito’ o ‘indita’. Los trajes que se venden para este día son muy parecidos a los que son de la zona sur de Milpa Alta y de Santiago Tlacotenco. Los cuales representan trajes indígenas de la región lacustre de la ciudad de México”.

Las festividades de la independencia, de la revolución mexicana o del día de muertos son ocasiones preponderantes para los habitantes de este país. Y tal parece que estos días, además de representar fechas con alta relevancia histórica y cultural, simbolizan la oportunidad idónea para que cualquier mexicano pueda vestir de indígena. Portar algún traje regional o simplemente llevar trenzas sintéticas, maquillaje y joyería tricolor. Esto, para Marta, representa algo más difuso y mestizoide de las famosas adelitas o del traje para bailar el jarabe tapatío.

“Todo esto tiene una base textil, que se ve representado en los holanes y la aplicación de encaje. Esto no tiene nada que ver con lo indígena”. Esto indica que, en estas celebraciones, es normal vestirse de un especie de estereotipo caricaturizado del mexicano. A esto, Turok piensa: “Más que una aproximación indígena, lo que se representa es un estereotipo de lo que es lo popular mexicano, se utilizan elementos desechables como un rebozo hecho de manera industrial que son de úsese y tírese”.

A pesar de que este fenómeno sucede en fechas importantes para el país, es necesario aclarar que estas prendas normalmente se comercializan en México hasta un mes antes de la festividad. En palabras de Turok, “en estas fechas, lo que se celebra es la mexicanidad, mas no la indianidad”.  Esto sugiere que un mexicano promedio perciba estos texitles y trajes tradicionales como un simple disfraz que refuerza la caricatura de un mexicano. Sin embargo, la indumentaria indígena y las diferentes identidades de vestimenta mexicanas van más allá que un antifaz de catrina o un traje de manta cruda con un “viva México” impreso en la espalda. 

Si bien la indumentaria y el acto de vestirse traza una identidad, ¿qué significa, entonces, mostrar a México a través de la indumentaria y la moda? ¿Por qué el “disfraz de indígena” posee tanta relevancia en estas temporadas festivas si en México, según el diario Excélsior y la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) estiman que en el país habitan más de 11.13 millones de personas procedentes de pueblos originarios? ¿Qué hace mexicana la ropa que usamos diario, independientemente que sea hecha por manos indígenas o no? Según Ana Elena Mallet, investigadora, piensa que la vestimenta crea “primero una identidad personal, subjetiva que tiene que ver con la persona, luego con la localidad y los usos y costumbres de ésta”.

Para Mallet, la indumentaria tradicional “asocia la identidad personal y luego colectiva. Está hecha para utilizarse en ocasiones especiales como rituales y nunca es un disfraz”. En contraste, la perspectiva sobre la indumentaria indigena de Turok es que “son construcciones colectivas históricas que se dan a través del tiempo. Algunas de ellas vienen de la época prehíspánica y otras se han visto influidas por formas campesinas europeas que se combinan con construcciones indígenas”. En la exposición permanente del Museo Nacional de Antropología e Historia, los elementos de las indumentarias indígenas “son un claro ejemplo de fundamentos de identidad. Son ropas que acompañan a las personas y se someten a los códigos de una identidad colectiva que es claro en los formatos, materiales, colores y sistemas decorativos”.

Por otra parte, para la colaboradora en la dirección creativa de Chamuchic, Claudia Muñoz, el valor del disfraz “se lo da la persona que busca pretender algo al usarlo y no trae la prenda por sí misma. Una pieza de Comme Des Garçons o de Margiela puede ser un disfraz para alguien que no conoce y comparte la historia de estas marcas. Un huipil puede significar un disfraz para una mujer acostumbrada a llevar jeans, chamarra de piel y tacones”.

Vislumbrar los textiles indígenas como disfraz, para Mónica Isabel Pérez editora y periodista, no es válido, ya que representa una vestimenta simulada: “Un disfraz es una cosa y una indumentaria nacional es otra. No hay ninguna indumentaria mexicana que sea un disfraz. Son atuendos que reflejan una identidad que existe, que es real y auténtica. Un disfraz es un artificio, una vestimenta simulada.” 

Pero ¿cómo es el proceso para concebir la identidad nacional a partir de la ropa o la moda? Para contestar esto, Carla Fernández diseñadora que se ha destacado por sus diseños que fusionan la indumentaria indígena con el diseño contemporáneo responde: “Yo creo que se adquiere haciendo tus propias propuestas y no copiando las modas europeas o norteamericanas que nos llegan por ser imponentes con la intención de globalizar: la identidad nacional se adquiere creando uno mismo su propuesta”. Asimismo, Karla Pérez Cánovas, antropóloga, menciona que una identidad nacional como tal proviene de un solo discurso hegemónico. Por lo tanto, la conceptualización de la identidad refiere a “un proceso en constante construcción”.

La creación de identidad por medio de la ropa es una acción que está encaminada más a un ejercicio individual. Es importante vislumbrar la ropa como un medio de identificación en comunidad y así diferenciarnos de otros. Marta Turok manifiesta, en contraste con Ana Elena Mallet, que la indumentaria indígena antes que representar al individuo, representa a la región y a la etnia. Es decir, una mujer chinanteca se identifica como tal por los elementos de su indumentaria. Otro ejemplo que se puede rescatar es lo que propone la etnóloga Marie-Odile Marion, en su libro titulado “Los hombres de la selva”.

Un estudio de tecnología cultural en medio selvático”, los lacandones se diferencian entre sí gracias a su vestimenta ya que varía según su posición geográfica. (La longitud de su túnica es una forma de distinguir a los lacandones del sur y del norte). Esto no sólo expone una diferencia geográfica sino identitaria. Ambos linajes lacandones pertenecen al mismo grupo étnico. Sin embargo, cada uno posee una pertenencia distinta que se refleja en la ropa y el dialecto. Esto último representa para Mallet que “las prendas que utilizan las comunidades indígenas funcionan para distinguirse entre sí, lo que conlleva a que no haya una indumentaria “nacional” sino que son las sumas de las indumentarias locales lo que dan un panorama general del país”

Montserrat Caballero, directora de Taller Fashion Development Project recalca que “existen decenas de grupos que han desarrollado su indumentaria con formas, conceptos y técnicas especificas.” Por lo tanto, crear una identidad a partir de la indumentaria es un ejercicio que también depende del contexto sociocultural: “se van creando según los intereses políticos, económicos y estéticos de una nación; en México el nacionalismo de Vasconcelos ha influido notablemente en la estética. Esto ha conducido el intento de concepto de moda que se desarrolla actualmente y los conceptos de indumentaria se han visto relacionados con los conceptos de moda en algún sector de producción de diseño”. Si concebimos la ropa mexicana con base en el contexto sociocultural y económico, podremos explicarnos mucho de cómo vestimos actualmente. 

Más allá de pensar si la ropa nos da identidad como individuos pertenecientes a una sociedad constituida en un territorio geográfico, existen distintos tipos de pertenencia que abarcan mucho más que pantalones y faldas. La indumentaria, sea indígena o no, es un medio de expresión que permite comunicar de dónde venimos, qué intereses tenemos etc. Marta Turok y Karla Pérez ven a la ropa como un lienzo que permite a las comunidades transmitir mensajes tanto políticos como históricos. Asimismo, posibilita mantener a salvo su cosmogonía. Mónica Isabel considera que “no son las prendas las que crean identidad, sino quienes las usan. Las prendas son sólo uno de muchos medios y formas de reconocimiento”.

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Emiliano Villalba es periodista y escritor de moda. Egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM. Su eje de investigación es el periodismo y la comunicación de moda. Ha participado en conferencias, conversatorios y talleres sobre periodismo de moda y su ejercicio en México. Ha colaborado con medios internacionales como Made Now (España), Chapelle Magazine (España), Vestoj (Reino Unido). Así como nacionales como: Meow, Y-Not, Haunted, L’Officiel, Harper’s Bazaar, Coolhuntermx, i-D y la revista Afluente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Actualmente es el Co-editor del suplemento de Moda y Belleza de El Universal.



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Fecha de Publicación:
Lunes 30/09 2019