UNA FIESTA DE IDEAS EN LA CIUDAD DE MÉXICO.

Aunque What Design Can Do no se presenta como tal, para quienes estuvimos ahí el evento no puede ser descrito de otra manera: una fiesta de ideas donde figuras de todo el mundo presentaron su visión sobre el diseño y trajeron sus experiencias al escenario.  

La inauguración, en el Palacio de Bellas Artes, dejó claro que WDCD México City venía con muchísima fuerza. Actores políticos como Marcelo Ebrard, Alejandra Frausto –Secretaria de Cultura– y Claudia Sheinbaum, hablaron del valor de expandir los puentes culturales y de lo mucho que la voz de México puede aportar a la red global de diseño. Y así lo demostraron la chef Elena Reygadas, quien platicó sobre el vínculo que ha establecido con la plataforma Yolkan para retomar la herencia prehispánica y revalorar la biodiversidad de lo local. Y, luego, Carla Fernandez, con una presentación donde su lectura del Manifiesto de La moda en resistencia, el fondo de percusiones y el ir y venir de mujeres como “esculturas en movimiento”, nos sumergieron en una ceremonia dedicada a la justicia social y la descolonización.

Cameron Sinclair –arquitecto del Reino Unido– contó sobre el eje que ha guiado su labor profesional y que lo ha llevado por todo el mundo para realizar proyectos sociales como What3Words en Mongolia, la construcción de 4500 escuelas en Jordania o el proyecto ecotópico Otra Nación, propuesto para la frontera México-Estados Unidos.

Esa primera noche cerró con una sorprendente presentación de las Pussy Riot, en la que el punk feminista, los integrantes enmascarados y un oso de peluche destrozado por un par de sujetos vestidos de policías, logró su cometido: la escandalización de más de uno y la demostración de que las expresiones artísticas son útiles herramientas del activismo político.

Los siguientes dos días WDCD tuvo lugar en el Frontón México. Como bien había anunciado Richard Van Der Laken –cofundador y director del evento–, el programa incluyó más de 30 conferencias y talleres enfocados a la parte más positiva del diseño, esa que tiene el poder de atender problemas actuales y, en el mejor de los casos, redirigir el futuro hacia panoramas más optimistas.

Explicando el valor de diseñar “el mejor producto” Tesla e Ikea se hicieron presentes a través de Javier Verdura y Marcus Engman. Sobre el proceso, también habló Anna Van Nunnen, quien inició el uso de festivales de música como laboratorios para probar productos y técnicas innovadoras.

Tracy Metz, con una actitud entusiasta hacia el cambio, advirtió que sólo tenemos 11 años para detener el calentamiento global y encontró respuesta en iniciativas mexicanas como la del proyecto Ecoplaso –transformación de desechos orgánicos en materiales para la manufactura cotidiana– y la de Ecolana –plataforma que facilita el reciclaje a distintas escalas–, pero también en múltiples ejemplos internacionales de materiales biodegradables y procesos de limpieza que parecen abrir caminos hacia la conservación y las energías limpias.

El diseño es un agente de cambio, se repitió varias veces. Sensibilizar a través de historias, dar suelo y techo con iniciativas de arquitectura social o incrementar las opciones de vida a las personas migrantes mediante el uso de la tecnología, fueron algunas de las ideas. Desde la moda, Sunny Dolat de Kenya y Selly Raby Kane de Senegal, explicaron cómo se puede redefinir –y recuperar– la propia identidad aún yendo en contra de la visión exótica hegemónica.

Abordando igualmente el tema de los estereotipos, Ahmed Shihab Eldin –periodista de origen palestino y estadounidense– mostró cómo hay historias que separan e historias que unen y cómo el periodismo suele incidir en la propagación de prejuicios. Jan Rothuizen dio el ejemplo de sus dibujos narrativos para hacer registro y crítica de su entorno. Más enfocado al tema de género y diversidad, en un fantástico diálogo entre Alice Rawsthorne, Jimena Acosta y SRK se trató la manera en que los objetos pueden construir la exclusividad de ciertos espacios o actividades y normalizar la desigualdad detrás de la funcionalidad, pero también se subrayó la posibilidad de generar un cambio social mediante ellos –el tampón, la prueba de embarazo, la experiencia ginecológica misma–.

La invención y la creatividad son parte fundamental de un diseño efectivo. Ambos se vieron en las presentaciones de Sam Bompas, cuasi alquimista y diseñador de experiencias que levantó una nube de Gin en pleno escenario; en los espíritus digitales profundos invocados en la smartphone orchestra de Steye Hallema y los “real vegetarian animals” de Marije Vogelzang, quien, junto con Rodrigo Oliveira de Mocotó, profundizó sobre la restauración y empatía a la que se puede llegar a través de la comida. Tras el vistazo al increíble trabajo de Marcus Lyall –responsable del diseño de luces y visuales de bandas como U2, Metallica y The Chemical Brothers–, llegó el final de la fiesta. Van Der Laken se unió a Saskia Van Stein y Alex Marín, quienes condujeron el evento los tres días, y celebró un cierre claramente exitoso: What Design Can Do México City ya tiene fechas para su segunda edición en la ciudad: 14 y 15 de mayo, 2020.



  • TEXTO: Fernanda Escárcega

  • FOTOS: Vanessa Flores

Fecha de Publicación:
Jueves 09/05 2019