Centro de Innovación y Diseño, explorando el calzado mexicano

El calzado que se produce en México cuenta con la aceptación en el mercado nacional suficiente para posicionarse de manera fuerte. El problema es que la mayoría de los productores en nuestro país no cuenta con la velocidad de respuesta necesaria para atender la demanda global.

“En México se consumen 360 millones de pares y se producen 287 millones, de los cuales importamos 97 millones según la estadística del año anterior. Por lo que exportamos únicamente 26 millones de pares… en el mundo se consumen 23 mil millones de pares.”

Cerca del 70% de producción nacional se fabrica en Guanajuato, lo cuál equivale a 270 millones aproximadamente. Los números de producción, compra y venta son realmente interesantes cuando se comprende su potencial para multiplicarse si se tuvieran mayor capacidad de fabricación.

Un punto importante sobre el calzado en México es el fenómeno de innovación. Muchas marcas apuestan por modelos clásicos y temen cambiar sus diseños. Es importante incentivar a las marcas a experimentar y colaborar con jóvenes creativos.

Otra cosa a tener en mente es el propósito del calzado. Algunos cumplen funciones específicas y podrían enfocarse en un sector poblacional. La Cámara Nacional del Calzado se encuentra realizando un estudio para vincular los productos con mercados potenciales, tanto nacionales como extranjeros.

¿Cómo potenciar el alcance de la industria de calzado?

La búsqueda de colaboraciones dentro del país estimula los procesos de diseño y desarrollo. La intención es internacionalizar la producción del país de la mano de diseñadores preparados que buscan nuevos terrenos para desenvolverse.

El Centro de Innovación y Diseño CDMX nace de la colaboración entre la cámara nacional de la industria del calzado (CANAICAL), la cámara de la Industria del calzado del estado de Guanajuato (CICEG) y la unidad de Posgrados de la Universidad Jannette Klein. Este lugar permite desarrollar nuevos elementos que sumen y estimulen el crecimiento en la industria.

Algunas de las herramientas a disposición de los diseñadores son: una máquina de impresión 3D, digitalizadores 3D, plotters de corte automatizado, máquina laser para corte de prototipo y producciones pequeñas, además de un equipo fotográfico 360º. La velocidad de respuesta y conectividad con materiales que las herramientas permiten apremiar el trabajo de los diferentes estudios. Cómo resultado se acortan los tiempos de patronaje digital y virtualización de colecciones. Posteriormente se muestran a los clientes para continuar a hacer las molduras.

Los precios, por otro lado, de materiales como la piel nacional fácilmente pueden competir en la industria internacional. Si estas materias primas tuvieran un enfoque contemporáneo de moda podrían entrar fácilmente en el marco de consumo internacional. Es donde el espacio interactúa con empresas y diseñadores permitiéndoles aprovechar la tecnología para fortalecer su competitividad.

El crecimiento de esta industria puede verse impulsado por talento encaminado, refinado y filtrado por las metodologías escolares. Se deben generar marcas trascendentes a lo largo de los años que refuercen la imagen de los productos mexicanos más consistentes y que respondan con un buen diseño.