EL “ISMO” QUE SIGUE EN CONSTRUCCIÓN DESDE EL SIGLO PASADO
¿Cómo se define un estilo arquitectónico que no tiene manifiesto?
La arquitectura y sus estilos nunca han sido aleatorios. En todos los periodos históricos, la arquitectura ha sido producto de las ideas y el contexto de la época. Estas ideas se plasmaban en un manifiesto para dejar claras las intenciones que tenían los artistas y arquitectos al realizar su obra. Sin embargo, el brutalismo no tuvo un manifiesto y su surgimiento fue casi no intencional.
Sabemos que el brutalismo está inmerso en la época de la arquitectura moderna, la que exploró la construcción con nuevos materiales como el acero, concreto y cristal, que daban una apariencia más limpia y sobria a los proyectos. Si bien la estética no era la prioridad, lo que llevó a utilizar estos materiales al inicio del siglo XX era la funcionalidad.
Resuelto: el brutalismo es parte del funcionalismo…¿o no?
Este es el tema con lo complejo de historiar arte y arquitectura: nada es así de tajante, ni en definición, ni en tiempo. Las ideas se construyen y deconstruyen a través del tiempo, todas son influencia de las pasadas y referentes de las futuras. En mi mente, la arquitectura moderna se ve algo así:
La idea principal del funcionalismo era priorizar la función ante la forma. Bajo esta idea, desde 1920 se construyeron proyectos como Villa Savoye (1929) de Le Corbusier, que curiosamente, es también considerado como uno de los primeros arquitectos exponentes del brutalismo por proyectos como la Unidad Habitacional Marsella (1952).
Por un lado, Villa Savoye (casa privada) sigue los cinco puntos de la arquitectura moderna escritos en 1926. Esta Villa se sigue percibiendo como arquitectura ligera, pilares delgados, con materiales mínimos, acabados simples y limpios, muchos vanos y relativamente pocos muros.
Por otro lado, la Unidad Habitacional Marsella (proyecto destinado a las familias trabajadoras) se percibe pesada, el concreto está expuesto y los elementos estructurales se hicieron masivos.
A pesar de ser del mismo arquitecto, ambos proyectos son muy diferentes. ¿Por qué? El contexto sociopolítico es la respuesta.
La arquitectura brutalista de la posguerra
Tras la destrucción que dejó la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción de las ciudades se volvió prioridad. En la arquitectura se tuvieron que optimizar materiales y minimizar los acabados y adornos para economizar en la construcción. Proyectos como la Unidad Habitacional Marsella buscaban una arquitectura justa que sirviera su propósito social.
Es así que surge el brutalismo: no en la búsqueda de una estética visual en particular, sino en la urgencia de dar respuesta a la crisis económica y de vivienda que afectaba a la población y a los gobiernos. Era una arquitectura que no era sobre la estética, sino sobre la ética.
En las décadas de 1960 y 1970, en la entonces Unión Soviética, el brutalismo encajó con las ideas políticas comunistas al buscar construir espacios socialmente justos y encontrar la monumentalidad en grandes proyectos públicos.
Paralelamente, en los demás países europeos se construían cada vez más proyectos brutalistas, algunos bajo su aspecto social, otros bajo el aspecto monumental e imponente. De igual forma, en latinoamérica se popularizó el brutalismo con la búsqueda de la modernidad en estas décadas, resultando en proyectos icónicos a día de hoy.
La arquitectura brutalista de hoy
Bajo un contexto socio-político distinto (o no tanto) respecto a su surgimiento, ¿qué representa la arquitectura brutalista actual? ¿A qué problemáticas está dando respuesta?
En un mundo con crisis climática y económica que parecen cada vez más permanentes, en el brutalismo se han encontrado respuestas a la habitabilidad bajo sus ideas y materiales. La durabilidad del concreto, su adaptabilidad a las nuevas tecnologías ambientales, sus propiedades térmicas y el potencial estético al quedar expuesto, han hecho que el brutalismo resurja en la arquitectura contemporánea.
Hablando particularmente de México, actualmente se encuentra la exposición “Brutalismo Arquitectónico en México” en el Museo de Arte Moderno, en la que podrás explorar a través de fotografías, planos y maquetas cómo esta ideología de construcción se ha materializado en nuestro país desde los 60s. Puedes visitarla hasta el 7 de abril.
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Texto por Kenya González, arquitecta, fotógrafa y creativa de la Ciudad de México. Busca fusionar sus disciplinas mediante el arte, la divulgación y volver el internet un espacio museal.
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