NO TODA LA ARQUITECTURA ASPIRA A PERDURAR EN EL TIEMPO

¿Por qué necesitaríamos proyectos que no duren?

Mucha de la arquitectura ha aspirado a ser eterna. Pirámides que existen desde hace milenios (Gran pirámide de Giza, 2600 a.C.), catedrales de hace siglos (Catedral de Lincoln, 1092) y bibliotecas de hace décadas (Biblioteca Central UNAM, 1956). Edificios que buscaron perdurar por su carácter monumental y por su forma de retratar el tiempo en el que se erigieron.

Las necesidades de espacios habitables para los humanos son muy variadas, y si bien requerimos de viviendas y edificios públicos duraderos, hay actividades que necesitan de espacios temporales por su practicidad, bajo costo y caractér efímero.

Pabellón en el zoológico del Parque Lincoln, Chicago.
Foto vía: Arquitectura Viva.

La arquitectura que se permite ser fugaz nos da la oportunidad de materializar las realidades que podemos imaginar en distintos ámbitos de nuestro mundo y la forma en la que lo habitamos.

Lo efímero en lo duradero

Hay algo curioso respecto a la arquitectura en los museos. Aunque estos proyectos son edificados y diseñados para durar por mucho tiempo, en su interior el espacio cambia todo el tiempo, particularmente en los que albergan exposiciones temporales. 

En los museos de arte contemporáneo, por ejemplo, las piezas exhibidas varían desde fotografías hasta instalaciones de gran magnitud, cambiando completamente las necesidades del espacio según sea el caso. La museografía responde a estas necesidades y es parte de la arquitectura efímera.

Una de las experiencias que más me han sorprendido en la transformación de un espacio de museo fue para la exposición Kindergarten, del artista Gregor Schneider en el MUAC.

Exposición Kindergarten de Gregor Schneider en el MUAC. Imagen: MUAC

En una sala que regularmente se encuentra muy iluminada y con vasta amplitud, se construyeron habitaciones que cuestionan los límites entre el interior y exterior de una casa para evaluar si dichos espacios realmente son habitables y propician interacciones. A estos espacios se ingresaba por medio de un estrecho túnel que te transportaba al recibidor de la casa recreada, y por un momento olvidé que estaba en un museo que ya conocía. No reconocí el espacio en el que me encontraba y estaba asombrada por ello.

El museo nómada

Los primeros grupos de pobladores en la Tierra eran nómadas, y su vivienda respondía a esta dinámica. Con materiales tomados directamente de su entorno, construyeron sus refugios temporales con técnicas prácticas. Se quedaban una temporada, para después migrar y repetir el proceso. Estas fueron las primeras manifestaciones de la arquitectura efímera.

Campamento Piegan del poblado Navajo.
     Foto: Edward S. Curtis.

Esta dinámica fue aplicada al museo nómada. El museo fue diseñado para albergar la muestra fotográfica de Gregory Colbert llamada “Ashes and snow”. Diseñado por Shigeru Ban, la construcción estuvo por primera vez en Nueva York en 2002 y estaba hecho de contenedores grandes de carga, en los que se transporta el museo mismo; aunque la combinación de materiales podía cambiar según el lugar al que se moviera, adaptándose a su entorno y respondiendo a las necesidades concretas de la ciudad en cuestión.

Museo nómada en Nueva York, 2002
Foto: Michael Moran

Cuando el museo llegó a la Ciudad de México en 2008 al Zócalo, se utilizaron los contenedores en los que viajó, en conjunto con una estructura de guadua (parecido al bambú)  diseñada por el arquitecto Simón Vélez. En 5,130 metros cuadrados se albergaron dos galerías y tres teatros que el público podía recorrer para observar las fotografías impresas en gran formato.

Museo Nómada en el Zócalo de la CDMX
Foto vía: Flickr BBC Worldservice

Lo efímero atendiendo las emergencias

Si bien la arquitectura responde bien en los espacios museales, en ella también se han encontrado soluciones temporales a las necesidades vitales como la vivienda.

Las casas de tronco de papel en Kobe, Japón, diseñadas por Shigeru Ban para auxiliar a las familias que tras el terremoto en 2011 se habían quedado sin hogar. Los muros estaban hechos de tubos de papel, con una base de cajas de cerveza llenas de arena y techos de lona.

Esta idea de las estructuras de tubos de papel se ha usado en Ruanda, Turquía, India, Haití, China, Nueva Zelanda y recientemente Shigeru Ban ha trabajado en refugios para las personas que perdieron su casa en los incendios en Maui y en los terremotos de la Península de Noto.

Casas de tronco de papel en Kobe. Foto vía:  Shigeru Ban Architects.
Casas de tronco de papel en Kobe. Diagrama vía:  Shigeru Ban Architects

Posibilidades en el tiempo

Existe cierta paradoja en lo efímero de un espacio. A veces se construye para estar un único momento, a veces se monta y desmonta para seguir existiendo pero cambiando de locación. Las posibilidades son muy variadas.

Lo cierto es que lo efímero interrumpe la rutina, propone cosas nuevas en lo cotidiano y nos permite experimentar a través de la arquitectura para imaginar nuevas posibilidades y escenarios para seguir construyendo nuestra realidad.

***

Texto por Kenya González, arquitecta, fotógrafa y creativa de la Ciudad de México. Busca fusionar sus disciplinas mediante el arte, la divulgación y volver el internet un espacio museal.

IG: @kenya_gm_


Fecha de Publicación:
Miércoles 8/05 2024