Parejas creativas

Encontrar un(x) compañerx con quien puedas compartir no solo la vida personal, sino también la profesional es algo complicado, pero no imposible.

ITe presentamos ocho parejas de las industrias creativas que se impulsan, admiran y respetan mutuamente. Creadores con luz propia que han creado interesantes proyectos individualmente y en conjunto que nos contaron un poco sobre su historia y cómo encuentran el equilibrio profesional y personalmente.

Carla Fernández + Pedro Reyes

Se conocieron en la carrera donde se hicieron amigos, años después trabajaron juntos cuando Pedro la invitó a trabajar en una exposición en Casa Barragán curada por él y Hans Ulrich Obrist, para la que Carla realizó una pieza propia. Después viajaron a Japón y decidieron comenzar una vida juntos.

Sin duda son una de las parejas más fuertes dentro de las industria creativas, tanto por el peso que cada uno tiene en su área como en la complicidad que emanan cuando trabajan juntos. “Las colaboraciones son diarias –cada quien en su área-. Todo el tiempo nos estamos mostrando el trabajo de cada uno y nos damos retroalimentación, eso hace que no nos aburramos y que seamos una pareja que todo el tiempo esté pensando en el desarrollo del otro”, nos platica Carla.

Roberta Crowell + Ana Morada

Roberta Crowell dirige el proyecto Crou Estudio, una agencia de experiencias y relaciones públicas en Guadalajara mientras que Ana Morada tiene su marca de calzado AM. Se conocieron por una amiga en común que Roberta conocía desde la secundaria y Ana hasta la universidad. Fue hasta un Halloween que pudieron coincidir y cuando comenzó todo. Juntas han levantado las empresas de CROMA y COPO.

Ellas además, participan en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y participan de manera activa en el Premio Maguey. Aquí se encargan de producción y relaciones públicas.

“En aspectos profesionales somos mejores amigas con un apoyo incondicional y en algunos momentos siendo frías, cuando es necesario. Tenemos la misma meta en común de sacar adelante nuestras empresas y hacer cambios positivos que estén en nuestras manos comenzando con nuestra ciudad”.

Marisol Centeno + José de la O

Un dúo de diseñadores que se conoció al colaborar en “De ida y vuelta”, una exhibición en en CENART curada por Ana Elena Mallet en 2014. Uno de los tapetes de ella enmarcaba una mecedora diseñada por él. Después de eso Ana Elena los invitó a una variedad de actividades juntos, “nunca le hemos preguntado si fue coincidencia o parte de su rol de ‘conectar’ el mundo del diseño en México”, nos comparte José.

Al pertenecer a la misma industria, comprenden el esfuerzo que conlleva generar sus proyectos. Cada quien tiene su propia práctica, oficina y estilo, “y desde el amor y la admiración” se apoyan mutuamente.

Natalia Ferriz + José Alfredo Silva

A pesar de que en un principio no se cayeron bien cuando colaboraron en una evento de moda hace 10 años, Nat y Josa comenzaron una amistad que se tornó en una relación de pareja.

Hoy cada uno tiene responsabilidades en el proyecto personal del otro, tanto Josa en Children of our Town como Nat en Trista. Procuran no verse o intervenir más de lo necesario por trabajo. Programan juntas para establecer responsabilidades y a partir de ahí saben qué tienen que hacer. Respetan los tiempos del otro a nivel personal, profesional y de familia.

“Ni Josa, ni yo habíamos tenido tantos logros profesionalmente como estando juntos”

Francisca Rivero-Lake + Carla Verea

A pesar de que se conocen de toda la vida, Francisca Rivero-Lake y Carla Verea trabajan juntas desde 2005. Ambas, artistas, se enfocan en la experimentación de técnicas y formatos fotográficos ––sobre todo en arquitectura– que se alejan de los cánones tradicionales en su estudio Lake Verea.

“Para nosotras no existe distancia entre nuestra vida personal y profesional”, nos platican, pues encuentran el equilibrio y la dirección configurando y conjugándose entre abrazar, aceptar, acompañar, acordar, admirar, amar, apoyar, aprender, aventurar, trabajar, viajar, visualizar…

Chloé Amutio + Kristian Alexander

Amigos en común tuvieron el plan de presentarlos durante mucho tiempo. Fue en un concierto cuando por fin se conocieron y comenzaron a salir. Han sido siete años de relación, donde han aprendido el uno del otro.

Para ambos ha sido difícil encontrar un balance entre su vida personal y profesional, lo cual también afecta su vida en pareja. A diario trabajan en encontrar el punto de equilibrio en estos tres aspectos de su vida. En ocasiones se puede llegar a creer que la vida de un diseñador puede ser glamourosa o sencilla, pero sus responsabilidades llegan a abrumarlos. Para ellos es muy importante apoyarse y aconsejarse, tener pláticas creativas que inspiren sus proyectos, pero tampoco permitir que estos los absorban en su totalidad.

Álex Siordia + Ricardo Luévanos

A pesar de vivir en la misma zona y tener profesiones afines, nunca se habían conocido. Fue a finales del 2013 cuando el contacto inició por Instagram, en palabras de Ricardo “todo empezó por likes”.

En sociedad, crearon Fábrica de Diseño Mexicano, un taller de formación complementaria para las artes. Para ellos, todo se basa en la buena comunicación y apoyo mutuo. A pesar de ser muy distintos en personalidad y gustos, el trabajo en equipo en la relación laboral y de pareja se ha dado de manera natural. Son capaces de entender los tiempos personales del otro y trabajar el proyecto en conjunto.

“Nos admiramos mutuamente y nos da mucho gusto ver los logros que vamos alcanzando”, afirma Ricardo.

Lisa Beltrán + Gustavo Carmona

Está pareja se arquitectos dirigen Materia, un despacho con más de 10 años de trayectoria ubicado en Ciudad de México. Lisa de Puerto Rico y Gustavo de México se conocieron durante la maestría de Arquitectura en Arizona. “Rápidamente nos identificamos por tener muchos intereses en común y a pesar de tener procesos creativos muy diferentes, compartíamos el mismo entusiasmo y entrega por los proyectos” comparte Lisa.

Afirman no haber encontrado el equilibrio perfecto entre el trabajo y su vida personal pero han trabajado aprendiendo de las fortalezas de cada quién evitando la competencia. “No creo que estas cosas se puedan separar del todo. Ambas nos hacen quienes somos y constituyen nuestra identidad y búsqueda personal. Creo que por encima de todo privilegiamos nuestro amor y respeto por el otro” dice Gustavo.