LOS RINCONES DE LA CIUDAD PRESENTAN, EN SUS ACOMODOS, OBJETOS INDUSTRIALES Y ARTESANALES QUE FORMAN PARTE DE NUESTA CULTURA.

Cuando Coolhuntermx me invitó a colaborar en un artículo sobre el comercio de diseño en la Ciudad de México, seguramente imaginaron que podría hablar sobre las nuevas tiendas de “diseño” que han abierto en “La Juárez” y “La Roma”. Para mí era importante que volteáramos a ver algo distinto, algo que creo, habla del diseño en una forma fascinante. 

Nunca he entendido el diseño como un fenómeno aislado, con sus propios especialistas, historia, guardianes y elite. Una mirada por la cual se pretende comprender en México. Yo, al contrario, creo que el diseño y la concepción de los productos, son parte de un sistema mucho más complejo, que se enfoca poco en sí mismo. Habla de un contexto social y cultural más amplio, que comprende, al menos: la producción, difusión, posesión, retransmisión y todas las personas involucradas en cualquiera de estos pasos.

Paola y yo fuimos a una de las zonas más urbanas y comerciales de la CDMX a tomar fotos de los mostradores de las tiendas y puestos comunes que forman parte del paisaje de la ciudad. En estas imágenes se muestra la acumulación de productos expuestos de la forma más creativa. Admiro mucho el ingenio que representan los diferentes mostradores. Por si solos, ya son una fuente de inspiración visual y esto es parte del gran valor de estas imágenes. 

Al pararme frente a ellos, me gusta tomar unos minutos e imaginar cada objeto, juguete, aparato electrónico, camisa o pantalón por separado, transitando entre el complejo sistema económico antes mencionado.

¿De dónde vienen? ¿Quién los diseñó? ¿En dónde? ¿Para qué?

Esto es parte fundamental de su esencia, pero ¿a dónde van? ¿Cómo serán aprovechados? ¿Cumplirán su función original o serán reinterpretados por el usuario? ¿Cuánto tiempo pasará antes de ser desechados? En este preciso instante habitan por un corto tiempo este mostrador sobre eje 1 o 2 norte, o Correo Mayor, o la calle Roldán, creando así, en conjunto, una de las riquezas visuales del diseño local más interesantes e inspiradoras. 

Al hacerme estas preguntas no puedo evitar transportar mi mente a unos 350 km de estas ruidosas calles, al puerto de Manzanillo. Ahí se concentra la mayor cantidad de contenedores de importación del país que en su gran mayoría han viajado desde Asia continental. Es impresionante saber que México aumentó sus importaciones desde China, alrededor del 20% en los últimos años, siendo este el mayor incremento porcentual en una relación comercial en el mundo, lo que lo coloca en la ruta para convertirse, muy pronto, en uno de los 5 aliados comerciales más importantes para China. 

¿Cuántos de los productos que aquí vemos, llegaron a Colima desde Asia? Seguro muchos, sin embargo también podemos destacar que muchas de las mercancías atascadas en estos mostradores rudimentarios tienen características de una producción nacional. Animalitos de plástico moldeados por soplado, contenedores plásticos, juguetes y un sinfín de productos llevan el sello de HECHO EN MÉXICO. Mientras que cientos de zapatos y ropa en general, que fueron confeccionados seguramente a pocas cuadras de aquí, no llevan ninguna etiqueta informativa.  Según algunos datos oficiales, México exporta 96% de su producción de ropa a los Estados Unidos. Basta con pasar una mañana en el centro de la CDMX para darse una idea de las dimensiones del comercio informal de diseño que no está contemplado en esta cifra.

El objeto cotidiano

Cientos de pequeños talleres de confección surten su materia prima, la transforman y la ponen a la venta de la forma más tradicional. A una escala tan humana que esa producción sólo logra ser registrada por fotografías como estas. Al detenernos un momento frente a un mostrador, tenemos frente a nosotros una mezcla perfecta. Hay productos desarrollados en una escala tan local que se convierte invisible para las mediciones económicas y productos que son desarrollados, transportados y comercializados a una escala multimillonaria y en constante crecimiento.

Siempre será una experiencia de vértigo poner un producto, por común que nos parezca, en perspectiva con su producción. Ver todo lo que implicó que nosotros podamos encontrarlo, comprarlo y hacerlo parte de nuestra vida.

Creo que no podremos comprender a profundidad lo que significa diseño y su impacto sin poner en perspectiva estas dinámicas. Diseñar sin pensar en el traslado del objeto es absurdo, diseñar sin pensar en el usuario es obsoleto, diseñar solo por estética es un desperdicio. 

Estas imágenes son un breve recordatorio de la responsabilidad que adquirimos como diseñadores y deben servir como detonantes de preguntas que considero urgente incorporar en la “escena del diseño en México”. ¿Cómo estamos participando en este mercado y sus implicaciones sociales y culturales? ¿De que forma decidiremos moldear la fotografía de toda esta mercancía? ¿Cómo hacer visible el diseño vernacular de pequeña escala? ¿Qué pasará con el diseño local cuando México sea el quinto aliado comercial de China? ¿Veremos más talleres cerrar por el desarrollo inmobiliario? ¿El diseño y comercio a escala humana crecerá o desaparecerá? 

Al detenerte un momento frente al mostrador de la tienda de novedades más cercana de tu casa, ¿Qué preguntas te puedes hacer? ¿Qué respuestas logras encontrar? Quizá después me ayudes a responder alguna de mis propias preguntas. 

Fabien Cappello

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Este ensayo fotográfico forma parte de nuestro primer número impreso. Consigue tu ejemplar pronto en nuestra tienda en línea y en tiendas de diseño y publicaciones.


  • TEXTO: Fabien Cappello

  • FOTOS: Paola Félix y Fabien Capello

Fecha de Publicación:
Miércoles 04/12 2019