LA LAVANDERÍA PUEDE SER UNA DE LAS TAREAS DOMÉSTICAS MÁS ABORRECIDAS, PERO VALE LA PENA DETENERNOS A VER EL IMPACTO SOCIAL DE ESTA LABOR.

Por cientos de años, una tarea que hoy toma apretar un par de botones en casa, se hacía trasladándose a cuerpos de agua como ríos o lagos; cargando toda la ropa de la familia para ser lavada a mano. Sin embargo, esta invención que hoy conocemos como lavadora ha hecho más que perdernos un par de calcetines, muchos argumentan que ha traído más cambios a la sociedad que innovaciones como el internet.

Los primeros intentos por crear una máquina que facilitara esta labor son tan tempranos como el siglo XVIII. Fueron evolucionando hacia máquinas que posibilitaron el lavado a partir de movimiento, primero manual, y eventualmente eléctrico (1937).

Un asunto de género

Uno de los primeros inventores de las lavadoras domésticas, William Blackstone, la creó como regalo de cumpleaños para su esposa en 1874, y es muestra de que esta labor —necesaria para cualquiera que use ropa—, siempre ha estado relegada al género femenino. Si bien podría representar opresión, paradójicamente este electrodoméstico es uno de los inventos que más ha aportado al desarrollo profesional del género femenino.

Para algunas teóricas del feminismo como la irlandesa Mamo McDonald, la lavadora “es el invento que ha tenido el mayor impacto (en la vida de las mujeres)”; ya que dicha máquina les facilitó la tarea de lavado y redujo el tiempo que dedicaban a ello. De esa manera fue más fácil entrar al campo laboral, dedicarle más tiempo a una carrera universitaria, o incluso aprender un nuevo idioma.

En contraste, para Camille Paglia, feminista disidente y a veces controversial, la desventaja de esta invención es que rompió con la dinámica social del lavado comunitario para algunas mujeres; las recluyó en el hogar y así lo volvió una tarea completamente solitaria.

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En el campo financiero, de acuerdo con Ha-Joon Chang, economista de la Universidad de Cambridge, la lavadora ha generado un mayor impacto en productividad económica que el internet. Esto es porque la inclusión de la mujer en el entorno profesional duplicó la fuerza de trabajo a un costo muy bajo.

Él argumenta que el internet ha traído muchos beneficios en distintas áreas; sin embargo ha tenido un avance muy importante en el terreno del ocio y por lo tanto, en términos de productividad económica; nos ha hecho procrastinadores.

Si bien esta invención ha catalizado muchos cambios en el tema de género; podemos observar que cierta desigualdad persiste tanto en el campo laboral, como en la repartición de tareas domésticas.

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La última encuesta del INEGI en 2020 demuestra que en México, en contextos tanto urbanos como rurales o en cualquier contexto conyugal, las mujeres siguen llevando la batuta de las labores del hogar. El cambio estuvo en brindar mayor participación de las mujeres en el trabajo, pero no en mayor participación de los hombres en el hogar.

El efecto de la ropa limpia

Pero la relevancia del lavado también podría estar en el efecto que tiene la ropa limpia en el usuario. En 2016 una investigación de Whirlpool, la compañía estadounidense de lavadoras y electrodomésticos, arrojó que el ausentismo en muchas escuelas de educación básica en Estados Unidos se debía a algo muy específico; los estudiantes no tenían ropa limpia y 20% del alumnado en cada escuela no tenía acceso a una lavadora.

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De acuerdo con este estudio, la relevancia de erradicar el ausentismo, tiene que ver con que 70% de los estudiantes que faltan con frecuencia terminan abandonando la escuela en niveles superiores; adicionalmente, el 80% de los docentes estuvo de acuerdo en que este factor desencadena intimidación y bullying, por lo tanto tenía una influencia negativa en el desempeño de las infancias.

Así, a través de la iniciativa Care Counts, dotaron de lavadoras y secadoras comunitarias a algunas escuelas con resultados muy favorables; la asistencia incrementó en un 90%, así como el desempeño y la autoconfianza en la mayoría de sus estudiantes.

No todo es automático

La lavadora sigue siendo una tecnología a la que no todos tienen alcance. Según datos del médico y autor Hans Rosling, solo dos mil millones de los 7 mil millones de habitantes sobre la Tierra tienen alcance a una lavadora.

Según datos de 2018 del INEGI, 71% de las viviendas en México contaban con una lavadora funcional. Esto representa una mayoría significativa pero actualmente, a lo largo de todo el país, existen todavía lavaderos comunitarios donde a diario se reúnen grupos (aún en su mayoría mujeres) para lavar propio y ajeno.

Algunos lavaderos colectivos datan de épocas coloniales, como el de Xalitic, en Xalapa, Veracruz, fundado en el siglo XVI y que actualmente sigue activo. En la Ciudad de México hay lavaderos en las alcaldías Xochimilco, Iztapalapa y Cuajimalpa, que siguen representando puntos de encuentro para sus comunidades.

Hoy, el hecho de que el lavado a mano persiste en más de la mitad de los hogares en el mundo es un gran síntoma de desigualdad socioeconómica. El beneficio que traería a muchas comunidades migrar a un lavado comunitario automático es inconmensurable. Sin embargo, persiste la creencia generalizada de que apoyar a una comunidad implica donarles las prendas que nos sobran; cuando quizás un mayor beneficio podría ser ayudarles a mantener limpia la que ya tienen.


Fecha de Publicación:
Lunes 26/07 2021