DURANTE DESIGN WEEK SUCEDIÓ ALGO ASOMBROSO, DAVID WEEKS EN ALIANZA CON HÉCTOR ESRAWE EXHIBE Y VENDE SUS PIEZAS POR PRIMERA VEZ EN MÉXICO, REVISA SU INCREÍBLE COLECCIÓN.

Martes 18/10 2016
FOTOS: Gerardo Aznar y Paola Félix

No hay nada más emocionante que escuchar de la voz de los creadores lo que el diseño significa y la importancia entre culturas. Platicamos con Héctor Esrawe sobre su proyecto para difundir el diseño desde su propio showroom y de México como Capital del Diseño 2018. Asimismo, David Weeks comparte su gusto de estar en nuestro país por primera vez y ser parte de esta alianza inesperada y excitante.

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¿Por qué la decisión de incluir piezas de otras marcas en Esrawe Showroom?

Hay dos vertientes, una es que quiero transformar el proyecto del showroom, la marca se tiene que transformar, quiero crear una plataforma de difusión de diseño y punto. El diseño mexicano está involucrado y como diseñadores mexicanos decidimos empezar con marcas internacionales. Llevamos tiempo trabajando con Nanimarquina y con Artemide, sin embargo, encontramos en el trabajo de David Weeks y de las otras firmas, una filosofía que compartimos en cuanto a la forma de ver los proyectos, de entender cómo se producen; ninguna es una marca gigante, no nos interesa que lo sean y la apuestas son con quien comparte esa filosofía.

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Héctor, ¿crees que estamos listos para ser Capital del Diseño en 2018?

No. Es un proceso al que es factible llegar pero hay que trabajar, tal vez fue muy aventurado pensar en serlo, somos una cultura de diseño que está en desarrollo, no está consolidada. Creo que hay muchos puntos para trabajar, de entrada, cómo se teje la relación del diseño con la industria o cómo se capitaliza, lo digo muchas veces y uso esta palabra: es ‘epidérmico’ lo que pasa en diseño ¿no?, pequeñas ferias, pequeños bazares, hay un interés real, tangible, una orientación clara, sin embargo falta crítica, falta plataforma de difusión, falta que los medios —no lo digo en contra, pero no es lo correcto—no sean los que validen a un diseñador, sino que sea la crítica, los proyectos y el tiempo. Se me hace muy cercano el 2018 para llegar a ser Capital del Diseño, si entendemos a México no como el eje, sino como el espacio que genera un diálogo para el diseño de todo el mundo entonces lo veo más factible. Nos va a ir bien si lo vemos como plataforma, si lo vemos como la única voz sería un error.

Después de la charla con Héctor, platicamos de qué significa para David venir por primera vez a México y entrar a un panorama nuevo y lleno de posibilidades.

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¿Es tu primer showroom en México?

Sí, también es la primera vez que estoy aquí, fue muy inesperado y me siento muy bien.

¿Compartes la filosofía de Héctor?

Sí. Simpatizamos mucho, tenemos la misma historia, misma edad, mismos momentos en la vida, y al tomar decisiones, los mismos problemas, negociaciones y satisfacción propia.

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¿Cómo ves a México en términos del diseño?

En realidad, es interesante que hace 15 años en Nueva York todos estaba mirando a Milán e Italia, todos se preparaban para colocar sus productos ahí, así que las empresas más pequeñas como nosotros, hacíamos nuestras propias cosas y teníamos nuestros propios clientes y consumidores, estaba ocurriendo es que éramos libres de hacer lo que queríamos. Creo que este showroom es un buen ejemplo de ello, hay una voz nueva y ese aspecto del diseño no se ha ido, el objetivo es viable o más aún. Así que, si construyes tu propia infraestructura se puede hacer todo, desde la compra materiales propios hasta la venta al cliente; sí, creo que se siente más cómo México/América tiene eso.

¿Cómo te sientes con esta primera vez aquí, acerca del mercado, de todo?

Estoy emocionado de formar parte, ¡uh, viendo los estudios y proyectos, hay tantas ideas! Es muy divertido cuando visitas el estudio de otra persona y las cosas comienzan a suceder, así que estoy entusiasmado con lo proyectos que vienen y todas las posibilidades.

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Ocurren en nuestro país alianzas especiales e ingeniosas que significan más que la unión entre un diseñador mexicano y uno neoyorkino; son el reconocimiento, la voz o el grito para abrir nuestro pensamiento y nuestro país a un valor global: el del diseño.