Ocupación 0858. Utilizar la vitrina de Fantasías Miguel para vender libros de viejo, Mérida, México. [Otras] maneras de ocupar el espacio público.


EL SISTEMA DE LOS CUIDADOS Y LAS CIUDADES PENSADAS PARA LAS MUJERES PONEN SOBRE LA MESA LA NECESIDAD DE ATENDERLOS DESDE EL CAMPO DEL DISEÑO Y LOS FEMINISMOS

¿Somos capaces de reconocer cuando estamos trabajando y cuando no? ¿Tenemos acceso a jubilación y pensión para vivir una vejez tranquila? La escritora Alejandra Eme Vázquez pregunta esto en su libro Su cuerpo dejarán (2019). En él, la autora cuestiona la situación del mundo laboral con la intención de señalar la precariedad e invisibilización de los cuidados y el trabajo doméstico. Tarde o temprano, son las mujeres a quienes les toca cuidar de alguien y cuidarse a sí mismas. Ellas son lo que sostiene el sistema en el que vivimos, la vida pública, la ciudad. Es por ello que los cuidados y feminismos son una labor continua del diseño.

En 2020, la activista Amaia Pérez habló sobre «la economía de los cuidados» cuando la pandemia derivada de la COVID-19 evidenció la crisis de salud pública. Todo se trata de cuidados, y la activista lo afirmó al decir que el cuidado va “desde cambiar un pañal, tomar la fiebre en casa, lavar tu ropa o limpiar tu casa… todas aquellas cosas imprescindibles que se hacen para que la vida funcione en el día a día”. Entonces, al ser prácticamente un doble trabajo, ¿es éste remunerado? Con obviedad decimos que no.

Ciudades diseñadas para las mujeres

En México, las mujeres dedican el 65% de su tiempo en labores de cuidado no remuneradas, según el artículo “La triple jornada invisibilizada. Madres profesionistas en tiempos de pandemia”, de la diseñadora Citlalli Rivera. Las mujeres en nuestro país hacen más y perciben menos. Además, “la ciudad no es neutra, en ella se expresan y materializan diversas relaciones de poder y de género”.

La ciudad debe extender lo privado a lo público.

Mirelle Granillo

Urbanas Mx, un colectivo de urbanismo con perspectiva de género, se formó durante la cuarentena en 2020 por Citlalli Rivera, Mirelle Granillo y Sheila Espinosa. Su objetivo es encontrar estrategias y fomentar la autogestión y difusión de proyectos urbanos tomando en cuenta el género. Las fundadoras se conocieron en la maestría de Ciencias de Arquitectura y Urbanismo en la ESIA Tecamachalco. Para ellas, la escritura ha sido una valiosa herramienta para darse cuenta y visibilizar problemas que se agudizaron con la pandemia. Algunos de ellos son la crisis de los cuidados y las ciudades diseñadas para los hombres, no sólo el espacio público sino también el privado, lo que sucede en los hogares.

El COVID nos hizo poner atención en el espacio privado. Tener lo necesario para llevar el trabajo y la escuela a la casa. En el espacio privado y doméstico también hay jerarquías, sin embargo, sigue siendo parte de la ciudad y por lo tanto, se debe hacer una integración urgente.

Citlalli Rivera

Asimismo, desde una perspectiva académica tenemos a Ciudad Feminista, “una plataforma de acción académica y activista que busca incidir en la comprensión del espacio urbano y sus interacciones”. Ellas buscan posicionar la discusión de la ciudad y mujeres poniendo al centro la geografía feminista, la arquitectura y el urbanismo con enfoque de género. Así, hablan sobre ciudades seguras, movilidad y usos del tiempo, y feminismos y otras economías. 

Desde un enfoque anticapitalista, antiracista y decolonial nos interesa desarrollar una lectura interescalar del espacio, desde el análisis de las dinámicas domésticas hasta la expansión inmobiliaria de las ciudades y sus consecuencias para la vida de las mujeres.

Ciudad Feminista


Valentina Pineda, geógrafa feminista, afirma que la experiencia del espacio urbano de las mujeres es diferente a la de los hombres. El diseño de las ciudades está basado en un funcionalismo urbano arraigado al neoliberalismo. Así, diseñan y producen espacios que perpetúan y priorizan lo productivo, segmentando física y socialmente a la ciudad. El tiempo que una mujer invierte en trasladarse dentro de la ciudad difiere del del hombre, muchas veces hay variables extra, como sus acompañantes, principalmente infancias. De igual forma, se enfrentan a espacios inseguros, como puentes viales o el transporte público, donde son víctimas de violencia de género.

Diseño feminista

La pregunta feminista, detalla Zaida Muxí en su libro Mujeres, casas y ciudades, se centra en ir más allá de la diferencia sexual en un sistema de poder donde las mujeres son las subordinadas. Se debe potenciar la diferencia para comprender que las mujeres y su manera de ver las cosas aportan a la cultura, la sociedad y el entorno. Es necesario un cambio de visión y paradigma. Así, para la diseñadora Brenda Vértiz, el diseño feminista es aquel que se enfoca en poner a la vida en el centro.

Feminismo no se entiende sin política y algo que aprendí en la maestría fue la autogestión. Debe haber un acompañamiento para saber cómo nosotras las mujeres vivimos la ciudad. Sí voltear a las políticas públicas, pero también a la autogestión y el acompañamiento.

Sheila Espinosa

Proyecto Peatoniñas y peatoniños dirigido por Brenda Vértiz

Después de su maestría, Brenda se hizo cargo de un proyecto de juego en las calles en el Laboratorio para la Ciudad (LabCDMX). Este fue parte de un programa de diseño multidisciplinario en Aalto University en colaboración con la Universidad de California de los Ángeles. La actividad del juego en las calles empezó en la década de 1920 en la ciudad de Nueva York y consistía en cerrar las calles para que los niños pudieran jugar. Es así como surgió el programa Peatoniños y Peatoniñas puesto en marcha en algunas zonas de la Ciudad de México del 2016 al 2018

Vértiz ha sido la única diseñadora en varios equipos multidisciplinarios en procesos de gestión pública. Esto nos habla de la necesidad de abordar problemas urbanos desde el diseño. Fue durante esta etapa que Brenda Vértiz se percató de la importancia de un trabajo invisible y devaluado que sostiene la colaboración. 

No tiene que ver solamente con la práctica logística, debate o discusión, también con la parte más sensible, emocional, afectiva y de cuidado que se suscitan dentro de estos proyectos.

Brenda Vértiz.

Una cuestión inquietante para Vértiz es que el diseño suele ser extractivista. Entonces, ¿cuáles son esos procesos regenerativos que están procurando lxs diseñadorxs? ¿Existen realmente o sólo se está sustrayendo esfuerzos o materiales sin generar un ciclo más productivo en todos los sentidos? ¿Quiénes realmente se benefician de estos procesos? Se trata de una labor de cuidados y afectos necesarios para que la colaboración de las comunidades se genere y sostenga

La crisis de los cuidados es un tema que no puede tratarse superficialmente. Tiene que ver con un sistema que reproduce desigualdades, explotación y represión. Se requiere desentrañar el tema y ver cómo el diseño puede aproximarse a los cuidados y los feminismos.

Brenda Vértiz

Colaborar y pensar(se) como mujeres en colectividad ha sido una ruta para muchas en México durante los últimos años. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en el 2023 hubo un 76% de mujeres como estudiantes matriculadas en la licenciatura de Diseño industrial, de moda e interiores. Sin embargo, sobre la brecha salarial, en IMCO menciona que las mujeres en promedio suelen percibir un sueldo mensual de $16,255, mientras que los hombres $18,420. Aunado a esto, no es difícil notar que los seminarios académicos, congresos profesionales, publicaciones o conferencias estén abarrotados por hombres. Pero, ¿qué otras maneras hay para sostenernos en colectivo y mejorar dichas condiciones sin dejar a nadie atrás?

Divulgar y compartir

Las editoriales independientes o la autopublicación han tenido mucha resonancia en los últimos años. La escritura ha demostrado ser una potente herramienta para compartir saberes. Propiciar un espacio virtual o impreso para la riqueza de opiniones en torno a temas que nos inquietan es una necesidad. Proyectos como Impronta Casa Editora en Guadalajara, o los ahora ya inactivos, pero que conservan su archivo, Pensar lo Doméstico en CDMX y Leer la Ciudad en Querétaro, son solo algunos ejemplos.

Desde una perspectiva de comunicación visual, un caso destacado es el dirigido por la diseñadora mexicana María José Balvanera en Los Ángeles. Se trata de Co—Conspirator Press, un proyecto que nació a partir del programa Design Fellowship en el Womens Center for Creative Work

Co—Conspirator Press es una “plataforma editorial para artistas, escritores, diseñadores, trabajadores por la justicia social, editores y creativos históricamente infrarrepresentados”. El primer libro que hicieron fue Decolonizing Non-Violent Communication escrito por Meenadchi del cual imprimieron 200 ejemplares en el 2018. Desde entonces han vuelto a imprimir este libro 4 veces y cuenta con una segunda edición, produciendo un total de más de 8,000 ejemplares. Otros trabajos son Tenderness: A Black Queer Meditation on Softness and Rage de Annika Hansteen-Izora y Experimentos en Alegría: un libro de ejercicios (español e inglés) de Gabrielle Civil.

Se necesita más representación, no solamente de mujeres, también de todas las comunidades marginalizadas. Gente de género no binario, mujeres y hombres trans, personas marginalizadas fisicamente y económicamente. El racismo en México está a la par del machismo. Hasta que nos demos cuenta que no podemos tener las conversaciones sin que todes estén presentes; no podremos hablar de un feminismo completo, ni en el diseño ni en la sociedad.

MJ Balvanera

Co—Conspirator Press nos habla de las tantas posibilidades para divulgar y sostener en el debate público temas como el pensamiento decolonial, la inclusión y el racismo. También propiciar espacios más justos y de acompañamiento editorial. Al comienzo, el equipo se enfrentó a los procesos editoriales sin contar con experiencia al respecto. Tal vez esta situación permita implementar cada vez más, nuevas y mejores prácticas en el gremio editorial para lxs autorxs, diseñadorxs, traductorxs y comunicadorxs detrás de una publicación.
Contrarrestar los efectos nocivos que un sistema capitalista y patriarcal promueve cómo la desigualdad parece una labor titánica. Sin embargo, reconocernxs, compartir y aprender a trabajar en colectividad puede ser la clave para alistar las velas en contracorrient.

Texto original publicado en mayo 2021 por Cristina Cruz.

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Texto actualizado por Nate CS, activista, editora y reportero con formación en literatura, maestrante en estudios japoneses.

IG: @ncsn_n, Twitter y LinkedIn.


  • Actualización: Nate Cigarroa

  • Fotos: Cortesía

Fecha de Publicación:
Miércoles 27/03 2024