EL SISTEMA DE LOS CUIDADOS Y LAS CIUDADES PENSADAS PARA LAS MUJERES PONEN SOBRE LA MESA LA NECESIDAD DE ATENDERLOS DESDE EL CAMPO DEL DISEÑO.
Si se proyecta a futuro, ¿tiene la opción de jubilarse y pensionarse para vivir una vejez tranquila? ¿Le es perfectamente posible reconocer cuándo está trabajando y cuándo no? Cito a modo de preguntas pero se tratan de afirmaciones con un pequeño recuadro a lado para seleccionar entre 30 criterios. A modo de test, la escritora Alejandra Eme Vázquez en su libro Su cuerpo dejarán comienza a cuestionar cuál es tu situación en el mundo laboral con la clara intención de señalar la precariedad e invisibilización de los cuidados y el trabajo doméstico. Porque tarde o temprano a todas las mujeres nos toca cuidar a alguien y cuidarnos; son la base que sostiene el sistema en el que vivimos, sostiene la vida pública.
A partir de la pandemia, en España por ejemplo, la activista Amaia Pérez habló ante el Congreso de Diputados en mayo del 2020. Habló sobre «la economía de los cuidados» cuando la pandemia derivada del COVID-19 estaba evidenciando la crisis de salud pública. “Desde cambiar un pañal, tomar la fiebre en casa, lavar tu ropa o limpiar tu casa… todas aquellas cosas imprescindibles que se hacen para que la vida funcione en el día a día”, afirma Amaia cuando se trata de cuidados.
Ciudades diseñadas para las mujeres
La diseñadora Citlalli Rivera comparte en su texto La triple jornada invisibilizada. Madres profesionistas en tiempos de pandemia, en el Medium de Urbanas Mx; cómo es que en México las mujeres dedican el 65% de su tiempo a labores de cuidado no remuneradas. Las mujeres en nuestro país hacen más y perciben menos. Según un reporte de la BBC, la pandemia puede traer como consecuencia que en un año de crisis sanitaria, se pierdan 25 años de terreno ganado en cuanto a equidad de género. Las mujeres están quedándose nuevamente en casa para hacerse cargo de las labores domésticas.
Urbanas Mx se formó durante la cuarentena por Citlalli Rivera, Mirelle Granillo y Sheila Espinosa, una colectiva de urbanismo para encontrar estrategias y fomentar la autogestión y difusión de proyectos urbanos. Se conocieron en la maestría de Ciencias de Arquitectura y Urbanismo en la ESIA Tecamachalco. Para ellas, la escritura ha sido una valiosa herramienta para darse cuenta y visibilizar problemas que se agudizaron: la crisis de los cuidados; las ciudades diseñadas para los hombres y no sólo el espacio público, también el privado, lo que sucede en los hogares. La muy lamentable campaña de “concientización” Cuenta hasta 10 dejó ver la ineptitud del gobierno para combatir la violencia doméstica en aumento hacia las mujeres durante la cuarentena.
La ciudad debe extender lo privado a lo público.
Mirelle Granillo
Durante noviembre, Urbanas Mx llevó a cabo su primer taller en el noveno Encuentro Problemas y Dilemas a partir del COVID 19. Su workshop Espacios menstruantes parte del antecedente de una incapacidad por la menstruación. Durante la Segunda Guerra Mundial, se otorgaban a las mujeres un permiso para faltar dos veces al mes en el trabajo a causa de la menstruación en Japón. Parte de sus inquietudes eran proponer y diseñar espacios menstruantes. “Se necesitan espacios que brinden información, empoderamiento y seguridad”, afirma Mirelle quien cuestiona ¿cuáles son aquellos espacios que nos queda a deber la ciudad? ¿Qué nos queda a deber un sistema y ciudades diseñadas para los hombres?
El COVID nos hizo poner atención en el espacio privado. Tener lo necesario para llevar el trabajo y la escuela a la casa. En el espacio privado y doméstico también hay jerarquías, sin embargo, sigue siendo parte de la ciudad y por lo tanto, se debe hacer una integración urgente.
Citlalli Rivera
Lo que ahora les toca hacer, detalló Citlalli, es un pequeño manual donde sustenten todo lo realizado durante el taller; un piloto de espacios menstruantes con la posibilidad de aplicarlo en la UAM o en Morelos donde cuentan con una red de colaboración cercana. Aunque el proceso de gestión pública y burocrática no parece nada sencillo ya que antes requieren de un proceso de implementación de ley y después un reglamento para su manual de aplicación.
Feminismo no se entiende sin política y algo que aprendí en la maestría fue la autogestión. Debe haber un acompañamiento para saber cómo nosotras las mujeres vivimos la ciudad. Sí voltear a las políticas públicas, pero también a la autogestión y el acompañamiento.
Sheila Espinosa
Entre sus planes a futuro se encuentra la realización de un libro con reflexiones sobre los resultados del noveno Encuentro, además de planear un congreso en marzo del 2021 sobre ciudad y mujeres bajo los tópicos de comunicación, psicología y pedagogía. El tema de participación ciudadana en espacios laborales y barriales es muy importante para ellas, por lo que seguirán compartiendo información en torno a equidad de género, empoderamiento y micromachismos.
Diseño feminista
La pregunta feminista, detalla Zaida Muxí en su libro Mujeres, casas y ciudades se centra en ir más allá de la diferencia sexual en un sistema de poder donde las mujeres son las subordinadas; potenciar la diferencia para comprender que las mujeres y su manera de ver las cosas aportan a la cultura, sociedad y entorno. Que es necesario un cambio de visión y paradigma. Y el diseño feminista para la diseñadora Brenda Vértiz es aquel que se enfoca en poner a la vida en el centro.
Al regreso de su maestría en un programa de diseño multidisciplinario en Aalto University, Brenda se hace cargo de un proyecto de juego en las calles en el Laboratorio para la Ciudad en colaboración con la Universidad de California de los Ángeles. El juego en las calles es una actividad que empezó en la década de 1920 en la ciudad de Nueva York que consistía en cerrar las calles para que los niños pudieran jugar; es decir, hacer los espacios lúdicos, detalla Brenda. Es así como surge el programa Peatoniños y Peatoniñas puesto en marcha en algunas zonas de la Ciudad de México del 2016 al 2018. Después de la desaparición de LabCDMX, Brenda se fue a trabajar a la Unidad de Planeación Participativa en Iztapalapa para diseñar estrategias de planeación a nivel territorial con las vecinas y los vecinos en las 13 colonias con incidencia delictiva más alta en la ahora alcaldía.
El ejemplo de Brenda como única diseñadora en equipos multidisciplinarios en procesos de gestión pública también nos habla de la necesidad de abordar problemas de la ciudad desde esta trinchera. Desde pedir un permiso para cerrar una calle hasta la gestión administrativa; desarrollo de herramientas de investigación y mapeos; así como la colaboración comunitaria para llevar a cabo el primer piloto y después aplicarlo a otras zonas. Fue durante esta etapa que Brenda se percató de la importancia de un trabajo invisible y devaluado que sostiene la colaboración: “No tiene que ver solamente con la práctica logística, debate o discusión, también con la parte más sensible, emocional, afectiva y de cuidado que se suscitan dentro de estos proyectos”, enfatiza Brenda.
Por lo tanto, se trata de una labor de cuidados y afectos necesarios para que la colaboración de las comunidades se genere y sostenga. Es una cuestión que inquieta a Brenda al considerar que el diseño suele ser extractivista. Por ejemplo, organizar un taller para los vecinos después de batallar dos horas en transporte público considerando que su tiempo libre es limitado. Este tipo de situaciones hacen que Brenda cuestione: ¿cuáles son esos procesos regenerativos que están procurando lxs diseñadorxs? ¿existen realmente? ó ¿sólo se está sustrayendo esfuerzos o materiales sin generar un ciclo más productivo en todos los sentidos? ¿Quiénes realmente se benefician de estos procesos?
La crisis de los cuidados es un tema que no puede tratarse superficialmente. Tiene que ver con un sistema que reproduce desigualdades, explotación y represión. Se requiere desentrañar el tema y ver cómo el diseño puede aproximarse a los cuidados y los feminismos.
Brenda Vértiz
Son estos temas en los que profundiza Brenda pero ahora en su tesis de doctorado en Aalto University; y recientemente acreedora a una de las pocas becas otorgadas por la Fundación KONE. Regresará a México para continuar su investigación y aplicación en la Alcaldía Iztapalapa. Aunque
un poco a la expectativa por la crisis sanitaria.
Mantenernos, seguir y sostener esos cambios. Puede sonar a mucha responsabilidad, pero creo que en situaciones extremas tenemos que tomar acciones extremas sin quedarnos a la mitad.
Brenda Vértiz
Colaborar y pensar(nos) como mujeres en colectividad ha sido una ruta para muchas en México durante los últimos años. Si nos centramos en los campos del diseño, el 84% de estudiantes matriculadxs son mujeres en la carrera de diseño industrial y moda según datos del IMCO del 2018. No hay datos que la misma institución nos pueda compartir sobre la brecha salarial en el diseño; tampoco es difícil notar que los seminarios académicos, congresos profesionales, publicaciones o conferencias estén abarrotados por hombres. Sin embargo, ¿qué otras maneras hay para sostenernos en colectivo y mejorar dichas condiciones sin dejar a nadie atrás?
Divulgar y compartir
Las editoriales independientes o la autopublicación han tenido mucha resonancia en este año. La escritura ha demostrado ser una potente herramienta para compartir saberes. Propiciar un espacio virtual o impreso para las riqueza de opiniones en torno a temas que nos inquietan. Proyectos como Pensar lo Doméstico en CDMX, Leer la Ciudad en Querétaro e Impronta Casa Editora en Guadalajara, son solo algunos ejemplos.
Desde una perspectiva de comunicación visual, un caso destacado es el dirigido por la diseñadora mexicana María José Balvanera en Los Angeles. Se trata de Co—Conspirator Press, un proyecto que nació a partir del programa Design Fellowship en el Womens Center for Creative Work. El Women Center no sólo buscaba a jóvenes diseñadoras para encargarse del material gráfico de la institución, también que desarrollaran un proyecto personal.
El centro también ha trabajado con diversidad de voces que ofrecen un vasto material con el potencial de convertirlo en libros. Además, contaba con una impresora de risografía a la que se le daba poco uso. Es así, que MJ se vuelve directora creativa de Co—Conspirator Press y pasar de ser la única diseñadora, a formar parte de un equipo de 5 personas integrado por Demi Corso de marketing y distribución, Lindsey Lee Eichenberger, encargada de proyectos y Neko Natalia encargada de imprimir todos los libros en la máquina de riso.
El primer libro que hicieron fue Decolonizing Non-Violent Communication escrito por Meenadchi del cual imprimieron 200 ejemplares en el 2018. Desde entonces han vuelto a imprimir este libro 4 veces, produciendo un total de 6,000 ejemplares. Tienen otras 5 publicaciones con 3 más en proceso.
Se necesita más representación, no solamente de mujeres, también de todas las comunidades marginalizadas. Gente de género no binario, mujeres y hombres trans, personas marginalizadas fisicamente y económicamente. El racismo en México está a la par del machismo. Hasta que nos demos cuenta que no podemos tener las conversaciones sin que todes estén presentes; no podremos hablar de un feminismo completo, ni en el diseño ni en la sociedad.
MJ Balvanera
Co—Conspirator Press nos habla de las tantas posibilidades para divulgar y sostener en el debate público temas como el pensamiento decolonial; la inclusión y el racismo. También propiciar espacios más justos y de acompañamiento editorial. El equipo se enfrentó al comienzo a los procesos editoriales sin contar con experiencia al respecto; tal vez esta situación permita implementar cada vez más, nuevas y mejores prácticas en el gremio editorial para lxs autorxs, diseñadorxs, traductorxs y comunicadorxs detrás de una publicación.
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Contrarrestar los efectos nocivos que un sistema capitalista y patriarcal promueve como la desigualdad, parece una labor titánica; sin embargo, reconocernxs, compartir y aprender a trabajar en colectividad puede ser la clave para alistar las velas en contracorriente.
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FOTOS: Cortesía
TEXTO: Cristina Cruz
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