“HUELLAS” DE VALERIA SARMIENTO, CINEASTA CHILENA, SE EXPLORA LA MEMORIA COLECTIVA AL REFLEXIONAR SOBRE EL RASTRO QUE DEJÓ LA VIOLENCIA POLÍTICA DE LA DICTADURA MILITAR CHILENA

El pasado se niega a desaparecer; quedan las huellas. La memoria, su medio de permanencia, lo hereda a las siguientes generaciones. Así, las generaciones posteriores a la dictadura militar chilena aún sobrellevan los impactos del terror de la violencia que esta ejerció. Lo sobrellevan de diferentes maneras. Algunas personas escriben, unas investigan, otras denuncian mediante lo visual. Este es el caso de Valeria Sarmiento, directora, guionista y montajista chilena quien se exilió a Francia después del golpe de estado de 1973. Uno de sus trabajos más recientes es el documental “Huellas” (2023) presentada en la reciente Gira de Ambulante que continúa y finaliza hasta el 26 de mayo, a la cual tuvimos la oportunidad de hacerle un par de preguntas.

En “Huellas” (2023), Valeria Sarmiento “regresa a los años más oscuros de la dictadura militar chilena para reflexionar sobre las huellas de la violencia política ejercida durante esa época. Convoca el testimonio de víctimas y testigos privilegiados, pero también la opinión de pensadores que han investigado la memoria y la violencia”. Este documental fue traído a México a través de la Gira de Documentales 2024 de Ambulante

La violencia en personas y cuerpos

¿Cuál es su importancia y qué ventajas tiene al crear a través de lo audiovisual? ¿Es para usted un medio de resistencia y denuncia? ¿Quizá tiene algo de terapia o sanación? Comencé a acercarme al cine desde muy joven, creo que mi primera película en una sala de cine la vi a los cinco años. En mi época no había televisión. Mi vida ha estado ligada al cine y no conozco otra.

Mi primer acercamiento a un material que hablase de exilio, golpes de estado, tortura o violencia política fue la literatura argentina. Una sola muerte numerosa de Nora Strejilevich y Detrás de los ojos de Gabriela Fainstein dejaron una huella en mí. Lecturas pesadas que te quitan la fé en la humanidad. 

Sin embargo, no me había acercado al tema mediante lo audiovisual. Haber visto “Huellas” y escuchado el conversatorio que tuvo lugar después, fue igual de fuerte que leer. A fin de cuentas, uno no termina de comprender cómo es que pasan estas cosas en la vida. ¿Por qué se permiten? ¿Quién las permite? ¿Por qué nadie puede hacer nada para evitarlas? ¿Qué hacemos con el recuerdo colectivo de la violencia sobre nuestros cuerpos?

Una de las cosas que recuerdo muy bien del documental acerca del cuerpo fue la mención de las vendas. Algo tan trivial en la vida cotidiana, que se usa para cubrirse y protegerse, fueron usadas para violentarles. La ropa tomó también un papel esencial y fuerte en la experiencia inhumana de la tortura.

La diseñadora e historiadora Pía Montalva fue una de las personas que apareció en el documental. Ella platicó sobre su línea de trabajo desde el arte relacionado a lo vivido colectivamente durante la dictadura. En su tesis doctoral, trabajó la violencia ejercida sobre las personas y los cuerpos por parte de agentes del Estado y cómo esto puede verse en la vestimenta. Uno de sus libros es Tejidos blandos. Indumentaria y violencia política en Chile 1973-1990, donde estudia este vínculo:

En esas condiciones extremas nadie elige la ropa. Te la imponen, te la sacan, te desvisten contra tu voluntad. Por lo tanto, fracturan tu historia de vida.

El cine como lenguaje de resistencia

Desde el título del documental hasta de lo que se habla, ciertamente las “huellas”, de todo tipo, están más que presentes. Implican una presencia que estuvo y que ahora no, pero que deja evidencia, que marca y que reconstruye, que se siente y se recuerda con el cuerpo y la mente. ¿Podrías platicarme un poco sobre cómo ves estas huellas en el lenguaje? 

En mi lenguaje el cine, veo la memoria en imágenes.

Valeria Sarmiento

Después de su presentación, Ambulante organizó el conversatorio ¿Cuánto tiempo dura la memoria?”, con Valeria Moscoso, hija de exiliados chilenos y psicóloga; y Tania Ramírez, de la Red por los Derechos de la Infancia en México e integrante de HIJOS. Para éste, se tuvo de premisa que:

El terror de la violencia va dejando marcas invisibles que trascienden a una generación. ¿Cómo lo sobrellevan quienes no la vivieron, pero heredaron los impactos de esas violencias?

La huella genética y epigenética marca generaciones. La epigenética estudia los cambios en la función de los genes que son hereditarias y que, por tanto, no son alteraciones del ADN. Cuando se mencionó esto en el documental, Andrés Lübbert, cineasta belga-chileno, habló sobre su experiencia con la memoria y su padre. 

En su segunda visita a Chile, a Andrés le contaron de chico el pasado de su padre, historia que lo marcó de por vida y dejó lleno de curiosidad y preguntas al no obtener respuestas de él. Poco a poco, en un recorrido de 13 años fue reconstruyendo la vida de Jorge Lubbert, su padre. En el documental mencionó que tenía ciertas reacciones a situaciones u objetos sin explicación, y que, al conocer la historia de su padre, supo que lo había heredado. 

Rostros familiares

Para mí, la ausencia ya implica una presencia, una arrebatada en este caso, y que, por lo tanto, pesa. ¿Cómo redefine la experiencia inhumana del exilio (y tortura) lo “vacío”? 

La memoria de lo que sucedió, de lo que sucedió a otros.

Valeria Sarmiento

Andrés heredó los impactos de las violencias vividas. Tal como mencionó Tania Ramírez en el conversatorio: “Yo no había nacido, pero no olvido”. Hasta el momento, el impacto de los traumas que dejó el exilio y la tortura provocados por la dictadura militar chilena ha durado 4 generaciones. Pero Valencia Moscoso también nos recordó que: 

“El dolor es un proceso que hay que cargar. ¿Por qué lo cargamos? También cargamos resistencias. Eso también es heredado.”

¿Qué pasa con la primera lengua cuando esta se asocia al país y lo vivido que se deja atrás y se llega a un país con una lengua diferente? ¿Experimentó usted algún tipo de rechazo al español al llegar a Francia? 

Es indudable que el cambio de idioma, es un lastre en nuestra expresión de la memoria. Contar lo que vivimos en otro idioma cambia la emoción y, sobre todo, con el francés, lo hace racional, cosa que difícilmente lo es.

Valeria Sarmiento

Lo que yo viví, tú lo recordarás

Casi al final de “Huellas”, Verónica Estay Stange, autora de La Resaca de la Memoria (2023), menciona la “posmemoria”, una herencia. Dice que esta memoria es, para la primera generación, algo demasiado lleno y, en la segunda, se conforma en torno a un vacío y una doble culpa, una culpa sobre todo ligada al sobrevivir. 

Enfrentarse a un pasado doloroso y a la vez controversial que nunca vivió fue difícil para ella. Verónica es hija de sobrevivientes exiliados y al mismo tiempo sobrina de uno de los criminales del período dictatorial: Miguel Estay, «El Fanta». ¿Cómo vivir con una culpa de un pasado que no es tuyo, pero que el mundo recuerda?

En el conversatorio se preguntaban “¿cuánto dura la memoria?”, pero yo quisiera saber cuánto dura el olvido. ¿Qué hacemos con él cuando el cuerpo no permite olvidar? Y cuando nuestra memoria esconde lo vivido como mecanismo de supervivencia, ¿Qué implica esta resistencia?

El olvido no existe, por más que trates, el recuerdo reaparece de una u otra forma.

Valeria Sarmiento

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Texto por Nate CS, activista, editora y reportero con formación en literatura, maestrante en estudios japoneses.

IG: @ncsn_n, Twitter y LinkedIn


  • Texto: Nate CS

Fecha de Publicación:
Lunes 29/04 2024