UN ESPACIO PARA EL APRENDIZAJE Y EL PROCESO CREATIVO EN LA ARQUITECTURA.
ACTO es un espacio lúdico que ofrece una alternativa o complemento a los entornos educativos institucionales dedicados a la arquitectura y los procesos creativos. Fundado por Margarita Flores, quien tiene más de 20 años de experiencia como docente.
Con ACTO propone encontrar y desarrollar tu proceso creativo a partir de ejercicios diseñados para entender y fortalecer tu esencia como arquitecta y/o creativo. Potenciar el aprendizaje a partir de una pedagogía centrada en el individuo. Este desarrollo se lleva a cabo con el acompañamiento de distintos profesionales alineados con la filosofía de la plataforma ubicada en Laguna.
¿Cómo surge ACTO?
ACTO surgió como una alternativa a la falta de exploración del proceso creativo personal que se ofrece en los métodos tradicionales de la academia. Por lo tanto, nace como un espacio de aprendizaje para estudiantes donde se hable de temas que en la escuela no hay tiempo de hablar; se trata de discutir y compartir, para después convertirlo en dibujos que expresan esas ideas.
A partir de estos dibujos, se empieza a explorar cómo la creatividad del otro se puede desarrollar, cuáles son sus pilares y encontrar la manera de potenciarlo. El proyecto con el que nace ACTO es Nuevas Prácticas, el cual estableció objetivos a largo plazo con una estrategia donde se identifican los deseos, emociones y las conexiones para alcanzar dichos objetivos.
El proceso creativo que se logra encontrar mediante ACTO está basado en entender que tú eres el centro de tu educación, mientras que el entorno representa conocimiento del que puedes seleccionar y profundizar; para finalmente, relacionarlo y tejer todo de manera única.
Dicha propuesta se sostiene por tres pilares importantes:
- Confianza en sí mismo. Adquirir seguridad y claridad en sus proyectos.
- Expresión genuina. Una práctica que trascienda el trabajo por una calificación aprobatoria.
- Gusto por el conocimiento. Identificar procesos creativos y el conocimiento como un valor de la vida.
En cuanto a la relación entre el aprendizaje y el contexto que nos atraviesa, se trata de estimularlo; darle algo a ese entorno y hacerlo más bello es uno de los objetivos. Por lo tanto, se toma en cuenta el balance entre la disciplina y la flexibilidad para crear.
De lo que tu amas hacer, puedes estar seguro de que va a existir una aportación social.
Margarita Flores, fundadora de ACTO
Actualmente, ACTO cuenta con tres talleres y la implementación de uno nuevo, entre ellos podemos encontrar el impartido por Francisco Quiñones. Consiste en encontrar tu propia representación, es decir, mostrar la personalidad y los intereses de cada persona en su trabajo. Lo que se convierte en herramientas que tienen uso dentro de la arquitectura, desde la exposición del ser y de la propia identidad.
La atención personalizada requiere limitar el número del alumando por taller, ya que se pretende no replicar la forma tradicional de enseñanza dentro de una escuela. Actualmente, ACTO cuenta con 24 estudiantes y tres maestros. La edad de las alumnas y alumnos puede llegar a ser muy variada, desde los 20 años a los 40 años. Y los periodos de aprendizaje pueden variar entre un semestre hasta un año o más experimentales como un taller intensivo de la mano de Francisco Regalado, de LAAA que consiste en crear y hacer una transición de conocimiento a la producción inmediata durante dos fines de semana.
¿Cuál es el reto de sostener un proyecto como ACTO?
Al ser un proyecto que responde a la educación, ACTO se encuentra en un intercambio balanceado en cuanto a la forma en que se sostiene a sí mismo. Sin embargo, la inversión más grande son las y los docentes que colaboran, debido a su preparación. Esto contempla que han tenido experiencias internacionales donde encontraron la oportunidad de comparar la educación que se recibe en México y la que se ofrece a un nivel internacional.
El trabajo docente de ACTO requiere una preparación de más de seis meses, donde generan un programa que sea acorde a los objetivos por cumplir. Y posteriormente, otros seis meses para ejecutarlo, finalizar con una revisión y un seguimiento posterior. Dicho proceso requiere un trabajo colaborativo y de investigación más detallada.
Por otro lado, la exploración de otras disciplinas también se encuentra entre las metas a futuro de la escuela de arquitectura, donde existan talleres para personas que no necesariamente hayan estudiado esta disciplina. Esto con el objetivo de desarrollar cualquier tipo de proyecto, hacer tests y encontrar las distintas habilidades que entran en las cuatro etapas del proceso creativo.
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FOTOS: Paola Félix
TEXTO: Gabriela Velasco
Fecha de Publicación:
Lunes 14/11 2022
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