WiSci México, un hogar seguro y lleno de posibilidades

A un par de días de haber culminado WiSci México (Mujeres en la Ciencia, por sus siglas en inglés), aún no termino de procesar las experiencias vividas y compartidas. WiSci México, un campamento de verano de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas—STEAM por sus siglas en inglés—, reunió a 100 chicas de entre 13 y 17 años de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Estados Unidos, en Ciudad de México por una semana. Junto con ellas asistieron diez increíbles consejeras, mujeres de 20 a 28 años de dichos países quienes recibieron una capacitación por parte del staff de Girl Up México antes de iniciar el evento.

Yo nunca había asistido a un campamento de esta índole. El único evento al que podía compararlo era el 2do Encuentro de Líderes con Sentido Humano de la PrepaTec. A este encuentro asistí en 2017 con 4 compañeras para presentar nuestro proyecto final, mas no nos hospedamos en el hotel con el resto de jóvenes de preparatoria. Siempre me había quedado con esa espinita de y ¿qué hubiese pasado si sí me hospedaba en el hotel? ¿Habría hecho amistades de otros estados del país? ¿Hubiera sido una experiencia más completa o totalmente diferente a la que viví?

En un ambiente intercultural y lleno de chicas sobresalientes, se me respondieron estas preguntas, pues en WiSci México se creó un espacio seguro y de crecimiento que me llevo en el corazón. La capacidad de conexión y de creación de lazos de amistad de las campistas me sorprendió en gran manera. Era apenas el día dos del campamento cuando fui testigo de dos niñas corriendo de la mano mientras reían y se dirigían al salón B, donde nos tocaba desayunar y cenar todos los días. Tuve la duda de si eso se debía a su edad o, ¿acaso estábamos brindando un espacio tan genial que tenía ese efecto tan inmediato? Ni hablar de las que guardaban espacio en el autobús para otras, o las que ya se llamaban mejores amigas.

Esto, más que mi experiencia, es la de ellas que resuena en nosotras. Al final, WiSci México fue por, para y de nosotras, las chicas.

Tengo un mundo infinito de posibilidades

El último día del campamento, apenas siendo las 10 de la mañana, las niñas ya lloraban por tener que separarse. Qué decirles sobre esa misma noche, cuando las consejeras no podían terminar el pase de lista porque campistas de diferentes habitaciones lloraban juntas en una sola. Escuché a una campista preguntarle a otra si seguía en pie la pijamada en Hermosillo para pedir permiso a sus padres, y a otra prometer ir a Guatemala de visita pronto. Ese fue el momento donde entendí el verdadero impacto que WiSci México tuvo en esas 100 jóvenes.

Luisa Fernanda, campista de Guatemala y Embajadora WiSci, mejor conocida como Lu, me platicó que desde que inició el campamento «tenía una visión más amplia de qué es el mundo, de qué es lo que puede esperar de mí y qué es lo que puedo esperar de él». Es más, Lu sentía que ahora «se podía comer el mundo».

Y no solamente este impacto se quedó con las campistas. Paulina, consejera de Hermosillo, Sonora y estudiante de Ingeniería Industrial, me comentó que, aunque llegó con muchas dudas sobre qué era WiSci, se iba «sabiendo que era una experiencia oportuna para que las niñas puedan desarrollar sus habilidades de liderazgo». Sobre todo, Paulina me decía que entendió «la importancia que tiene saber ser líderes propios, de pares y en su comunidad».

Mi parte favorita de WiSci fue la interculturalidad que se vivió

Tanto Lu como Paulina amaron el hecho de convivir con chicas de 5 países diferentes y de tan diversos contextos. La parte favorita de Lu fueron las Noches Culturales, eventos donde las campistas nos presentaban a su país de la manera que quisieran. La creatividad voló por los cielos, pues hubo obras de teatro, rituales, danza y mucho más; a Lu le encantó el lenguaje, los bailes y la ropa típica que sus compañeras compartieron.

Considero que este aspecto fue lo que hizo de WiSci México una experiencia única e inolvidable. ¿Se imaginan construyendo amistades internacionales con apenas 13 o 16 años? Las casas del campamento estaban compuestas por 2 consejeras y 20 campistas de las cinco nacionalidades; estaban revueltas, por así decirlo. En ellas se crearon familias, pero no una familia tradicional. De WiSci México salieron promesas de volverse a ver, de viajar a los países de las otras, de continuar desarrollando sus proyectos a pesar de la distancia. Creo que en la equipa de Girl Up México aún no logramos terminar de digerir esta maravilla.

No podemos ver solo una visión

Otra de las partes favoritas de muchas, incluyéndome, fue la sesión «#IAmRemarkable» impartida por expertas de Google México. De esta sesión, presentada simultáneamente en 3 espacios diferentes, terminaron nuestras campistas abrazadas—a mí me hicieron llorar con sus palabras y vulnerabilidad. Sobre ella, Lu mencionó que «fue un espacio muy seguro y todas fuimos vulnerables. También reconocimos el poder que tenemos dentro». Un momento conmovedor que logró suceder gracias al espacio que se creó, donde las chicas exploraron aspectos de sí mismas que, por el contexto en el que vivimos, parece imposible. En esta sesión hubo inspiración, solidaridad, reconocimiento, paz, sororidad y compañía. Las chicas usaron su voz sin temer a ser silenciadas, pues todas entendían la necesidad de expresarse y el valor que conlleva. Al final, #TodasSomosExtraordinarias.

Reconocernos a nosotras mismas es un poder inmenso, uno que se le ha arrebatado a muchas mujeres y disidencias, por el temor a su magnitud y alcance. Por eso Paulina considera que es muy importante brindarle oportunidades y espacios seguros y de crecimiento a las niñas y juventudes, oportunidades como WiSci México, porque [las niñas] también tienen mucho talento que hay que aprovechar y ellas no siempre se sienten con esa confianza o esa seguridad, ya sea por la cultura [u otras razones]. Entonces, hacerles saber que ellas también pueden y que tienen ese camino—que si quieren lo pueden tomar—, es muy importante.

Por todo lo anterior, este campamento me sorprendió. Hubo chicas que llegaron sin saber si una carrera STEAM era posible para ellas, otras que tenían varias opciones, pero sentían que a sus cortos 16 años se les acababa el tiempo para ser todo lo que querían ser. Gracias a sesiones como las de Design Thinking de Infinite Computers Solutions o los talleres de Amazon Web Services (AWS), las campistas aprendieron a desarrollar proyectos de manera más eficaz y también que STEAM es posible y real para ellas, sin importar su edad.

Lu, a sus 17 años y después de su semana de aprendizaje en WiSci México, piensa estudiar química pura, porque ahora sabe que «una carrera STEAM tiene muchas aplicaciones, [entre ellas] para mi comunidad. Creo que la ciencia y la tecnología son fundamentales para que como humanidad progresemos». Del campamento salieron chicas decididas, chicas sin temor a su propio poder y lugar en un área tan estigmatizada para las mujeres como STEAM.

Cuando les preguntamos qué significaba para ellas WiSci México, nos dijeron que “fue una experiencia muy emocionante”, Ana Victoria, campista de México. “La oportunidad de conocer nuevas culturas”, Andrea Sara, campista de México. “Crecimiento personal”, Daniela María, campista de El Salvador. “Un lugar seguro”, Danitza, campista de México. “Un hogar seguro y lleno de posibilidades”, Luisa Fernanda, campista de Guatemala. “Magia”, Paulina, consejera de México.

Este fue el alcance de WiSci México

Si quieres saber más sobre lo que ocurrió en este campamento STEAM de verano, te invito a explorar la cobertura realizada en redes sociales por parte de la equipa de comunicación de Girl Up México, y de Naza y Nana, Embajadoras WiSci México.

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Nate forma parte de la comunidad de Girl Up México, un movimiento liderado por juventudes que quieren capacitar, inspirar y conectar con otras activistas por la igualdad de género. Conoce más sobre Girl Up México y su campaña de recaudación de fondos.