EL DISEÑADOR RODRIGO NORIEGA SE UNE CON ABSOLUT PARA LA CREACIÓN DE UNA PIEZA ÚNICA DE COBRE, INSPIRADA EN LA GEOMETRÍA DEL ÚLTIMO LANZAMIENTO DE LA BEBIDA: #ELYX.

Lunes 27/10 2014
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FOTOS: Cortesía Absolut Elyx

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Rodrigo Noriega, diseñador industrial egresado de Centro de Diseño, Cine y Televisión, se auto-nomina como un “apasionado de la experimentación con formas y materiales”, en una búsqueda de innovación constante, que lo han llevado a realizar numerosas colaboraciones con distintas marcas comerciales, como es el caso de ésta última con la marca de bebidas alcohólicas Absolut.

Para su último lanzamiento, Absolut ELYX, «un vodka que se destila en un alambique de cobre de 1921, proceso único en el mundo», el diseñador, creó una pieza única de cobre, bajo la inspiración de esta nueva bebida.

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El cobre está en el origen y corazón de ELYX y llegar a México le abrió un mundo de posibilidades. Resaltando la labor que se realiza en Santa Clara del Cobre, en el estado de Michoacán, un pueblo que se dedica cien por ciento al metal; sitio donde se desarrollaron las piezas creadas por Noriega.

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Santa Clara del Cobre se caracteriza por la orfebrería a partir del martillado de cobre, que realizaban los purépechas desde la época prehispánica. Se utiliza únicamente cobre reciclado, de recortes de grandes láminas que en lugar de desecharse se reutiliza, para crear artesanías que a lo largo de la historia se han ido perfeccionado. Cada una de las piezas que se venden en los talleres y tiendas de la comunidad es confeccionada artesanalmente y su producción toma varios días.

Un vaso de cobre cambia completamente la experiencia ELYX, pues el líquido se reconecta con su origen, por lo que crear una pieza junto con los artesanos de Santa Clara del Cobre para degustar este vodka fue ideal.

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Inspirado en la geometría de la botella de ELYX, que se encuentra en la base de esta pieza, terminando en una forma circular en la parte superior, tal como en la tapa de la botella, Rodrigo trabajó de la mano de los artesanos de Cobre el Portón, uno de los talleres más importantes de Santa Clara del Cobre, abierto desde 1900. El acabado del vaso es mate, al igual que la tapa de la botella y tiene la textura característica del martillado de la artesanía local. Cada pieza es única y se hará una producción limitada de sólo 250 unidades.