QUÉ ES LA SORORIDAD Y CÓMO ÉSTA HA SIDO EL PILAR FUNDAMENTAL EN LA CREACIÓN DE IMPORTANTES MOVIMIENTOS

Cuando era niña, la sociedad en la que crecí me enseñó el significado de aquel refrán que dice: “Mujeres juntas, ni difuntas”. Crecí con la idea errónea de que en la escuela, en los deportes, en las fiestas y en muchos otros espacios, nunca podría colaborar con ninguna otra mujer. 

No podía confiar, me tenían que tener envidia y yo a ellas, todas eran mis enemigas. Si criticaba a otras me volvía más “cool” y vivir se convirtió en una competencia implícita entre mujeres. Debido a esto, por muchos años me sentí sola, sentí que no podía tener amigas porque nunca nadie estaría para mí cuando les necesitara… hasta que sí estuvieron. 

Estuvieron para mi en aquella relación tóxica de la que no sabía cómo salir, estuvieron para mí cuando aquel maestro me reprobó injustamente, me defendieron de aquel compañero que se burló de mi cuerpo, me sacaron de aquel bar en el que me estaban acosando y me acompañaron a mi casa en todas esas veces en las que me daba miedo regresar sola.

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Poco a poco, criticar a otras se sentía cada vez peor, pues algo en mí sabía que no estaba bien y las demás también comenzaban a sentirlo. Esa rivalidad comenzó a irse y la competencia era cada vez menor. La empatía comenzó a ocupar espacios, haciéndome ver que no estaba sola, que muchas se sentían exactamente como yo, que habían pasado por situaciones similares o peores. 

Aprendí entonces que sí podía trabajar con otras mujeres, que podemos ser buenas en la misma cosa y apoyarnos en lugar de competir, ser un equipo. Aprendí que el liderazgo se comparte, que no hace falta quitarle la luz a nadie para poder brillar. Aprendí que la amistad se ve de muchas maneras, desde algo tan sencillo como darle un toalla femenina a una amiga en la escuela, hasta cosas más delicadas como romper con la cadena de “nudes” enviadas por morbo y sin el consentimiento de las personas afectadas.

Y así entendí lo que es sororidad. 

Todas esas acciones de apoyo entre nosotras, de pronto tuvieron nombre. Y es que ahora Sororidad es una palabra bien posicionada, cuya definición se encuentra en el diccionario, en Wikipedia, en el buscador de Google y se menciona en múltiples artículos, periódicos, etc. 

Sororidad, entonces, no tiene una sola definición, significa hermandad, amistad, afecto, solidaridad, empatía. Sororidad no implica amar a todas las mujeres por el hecho de serlo, implica por lo menos, no odiarlas. 

Gracias a la sororidad, se crearon movimientos como #MeToo y #YoSiTeCreo en donde ya no hace falta ni conocer a la persona para ser empática. El terror de ser juzgadas, poco a poco se va esfumando, dejando espacio para sentimientos más grandes, más sinceros, que nos hacen tener un sentido de pertenencia a algo mucho más grande que nosotras mismas, pero que nos abraza a todas y nos protege. 

De esta forma, podemos entender que no todas nos tienen que caer bien aún pueden haber diferencias, sin embargo no es necesario que seamos amigas para ser aliadas. 

Me di cuenta de que aquél refrán que me habían enseñado, no era más que una estrategia patriarcal (“divide y vencerás”) que no sólo me estaba dañando a mí, sino también a mis círculos y a las redes que intentaba crear y mientras más me alejara de esa estrategia, más oportunidades tenía de vencer al patriarcado. 

Y así, el refrán cambió; pasó de ser un mensaje de odio que nos lastimaba, que nos dividía, a un mensaje de lucha, de fuerza, que nos recuerda que en este movimiento y en esta guerra en contra del patriarcado, cabemos todas. 

 “Mujeres juntas, ni difuntas” 

Mujeres unidas, jamás serán vencidas.


  • TEXTO: Xime Zapata

Fecha de Publicación:
Martes 29/03 2022