Brenda Jauregui, Paulo García y la fotografía de danza contemporánea

Brenda Jauregui y Paulo García forman una dupla especializada en la fotografía de danza, buscando a través de sus obras transmitir emociones e historias siguiendo una estética delicada y honesta. En donde su forma de retratar el cuerpo parece ir de la mano con la música. 

¿Cuándo empezaron y por qué les interesó la fotografía de danza?

Nos conocimos en la prepa, estudiábamos danza juntos y compartíamos el gusto por la fotografía. Comenzamos tomándole fotos a nuestros amigos en la escuela, en funciones, ensayos, todo el tiempo… y descubrimos que había pocos fotógrafos que entendieran lo que a la danza le gusta comunicar, creo que eso fue lo que nos atrapó. Entendimos ambos mundos desde dentro y poco a poco nos sumergimos más en este ámbito, ahora ya tenemos desde 2016 ejerciendo profesionalmente este rubro especializado en danza.

¿Qué características específicas tiene que tener este formato de fotografía?

Creemos que se requiere un amplio conocimiento de las técnicas de danza. En el caso de la fotografía escénica: buen timing, conocer lo que la obra quiere comunicar, sensibilidad emocional y siempre buscar el punto máximo del movimiento. En el caso de las sesiones, que generalmente son un espacio más controlado, igual necesitas saber de danza para poder dirigir y exprimir lo mejor de cada bailarín, entenderlo, y llegar a transmitir algo en la foto. 

¿Cuáles consideran que son sus proyectos de fotografía más significativos que han realizado?

Definitivamente lo más significativo de esta aventura ha sido trabajar con personas que admiramos; entre esos proyectos están La Gala “Aurelie Dupont and friends” , “Elisa Carillo & Friends”, La “Monterrey International Ballet Gala”, el Ballet de Monterrey, NOHBORDS y la Compañía Nacional de Danza. 

¿Qué buscan comunicar en las imágenes?

Buscamos una historia o una emoción sin olvidarnos de la estética de la danza. Somos muy exigentes a la hora de retratar, buscamos encontrar un momento exquisito o el virtuosismo que pueda ofrecer una pieza. 

Muchas veces trabajan juntos, ¿cómo ha funcionado esa colaboración?

Hasta ahora ha funcionado porque nos respetamos mucho, siempre. Generalmente antes del shooting desarrollamos una idea de a donde se quiere llegar y trabajamos enfocados en eso. Brenda aporta desde una perspectiva estética y Paulo normalmente supervisa aspectos técnicos. Obviamente a veces tenemos opiniones diferentes, pero un debate es parte del proceso creativo para no quedarnos en una zona de confort y poder lograr imágenes interesantes. 

¿Cuáles son sus planes a futuro?

Estamos emocionados por este año, vienen proyectos interesantes. Estamos buscando conectar con compañías internacionales de danza, queremos viajar más. También estamos trabajando en un serie personal para lograr nuestra primera exposición, ademas de colaboraciones con grandes artistas escénicos.