UNA VISITA A LA ICÓNICA CHURRERÍA DE LA CIUDAD DE MÉXICO.

El Moro empezó hace más de 80 años, en el año 1933, cuando Francisco Iriarte vino a México desde Baztlán, España para hacer pan, uno de los oficios que más se practicaba ahí. Ya aquí, se dio cuenta que no existían churros en la Ciudad de México, así que decidió poner un carrito ambulante sobre el Eje Central –antes San Juan de Letrán– y así comenzó su historia.

¿Por qué se volvieron tan tradicionales los churros? 

Todo se debe a su versatilidad, es un producto muy fácil de consumir: puede ser desayuno, postre, merienda, cena… y se pueden consumir solos o acompañados, no sólo de una taza de café o chocolate caliente, sino con helado, malteadas, té, etcétera.