EXIGENCIAS FÍSICAS, REINVENCIÓN CONSTANTE E HIPERSEXUALIZACIÓN SON ALGUNOS DE LOS RETOS DE LAS MUJERES EN LA MÚSICA.

La industria musical es otro de los ámbitos en el que las mujeres enfrentan más desafíos que sus colegas masculinos. A lo largo del tiempo, las artistas no sólo han tenido que destacar por su talento, sino también han enfrentado una presión desproporcionada en términos de apariencia, reinvención y participación en más de una área creativa. Pero ¿las exigencias son similares para los hombres?

El escenario de desigualdad de género en la industria musical se manifiesta de diversas maneras, desde la invisibilización hasta el acoso y el sexismo. La revista Forbes reporta que a nivel mundial las mujeres sólo representan el 30% de la participación en la industria musical, mientras que los hombres ocupan el 70%. Estas cifras son alarmantes y reflejan una realidad en la que las mujeres son ignoradas, mal remuneradas, hipersexualizadas y obtienen menos visibilidad en las plataformas musicales.

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Reinvéntate, pero no enloquezcas“: Exigencias para las mujeres en la música

El género pop es uno de los más visibilizados. Por ende, las expectativas para las mujeres se potencian y los estándares son muy marcados. No obstante, su participación es más baja que la de los hombres. Statista revela que en este género, entre 2012 y 2021, participaron un 68% de hombres y sólo un 32% de mujeres.

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De igual manera, el fenómeno de la reinvención es una constante en la industria del entretenimiento, donde artistas como Taylor Swift, Miley Cyrus y Lady Gaga han tenido que adaptarse para mantenerse vigentes. Sin embargo, estas reinversiones no están exentas de críticas sexistas.

Swift ha señalado múltiples veces que las mujeres enfrentan juicios más severos sobre su trabajo y su vida personal en comparación con sus colegas masculinos. Ella ha recibido diversas críticas por escribir de sus exnovios. Sin embargo, Ed Sheeran, Bruno Mars o demás artistas que abordan temáticas parecidas no son cuestionados por la cantidad de parejas que han tenido.

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Otro ejemplo es Lady Gaga, conocida por su versatilidad como cantante, compositora y actriz. Ella ha desmentido la noción de que sus looks reflejaban confianza en sí misma. Reveló que en realidad eran una forma de protección ante las críticas que recibía a su físico.

Igualmente, Miley Cyrus, al liberarse de su personaje de Hannah Montana, recibió opiniones que insinuaban que “enloqueció” al comenzar a expresarse auténticamente.

La edad es otro aspecto que se menciona constantemente. Un es ejemplo a Madonna, a quien se le ha juzgado por querer seguir dando conciertos y reinventarse, pues argumentan que al tener 65 años ya no le es posible tener la misma esencia de antes. Contrario a esto, tenemos a Paul McCartney, quien tiene 81 años y en días previos se presentó en el Foro Sol. Por supuesto, los comentarios sobre su edad no son una constante, al contrario, agradecen que mantenga la energía para hacer shows. Si ambos son leyendas de la música, ¿por qué hacer estas distinciones? 

Aunado a esto, en eventos como el Super Bowl, las artistas enfrentan expectativas desproporcionadas de cambiar de vestuario, bailar y cantar. Un caso reciente fue el del show de medio tiempo de Rihanna, en el cual uno de los puntos destacados de la conversación digital se centró en su embarazo como un “impedimento” para dar un buen show.

Finalmente, otro caso es el de Tracy Chapman, quien recientemente se convirtió en la primera compositora afrodescendiente en tener el galardón de Canción del Año en los Country Music Awards. Sin embargo, “Fast Car” la balada con la que ganó, salió hace 35 años y recientemente ganó popularidad por un cover que hizo Luke Combs, un hombre blanco. ¿Esto es una reivindicación o un problema cíclico?

México, terreno peligroso en evolución

En México, un caso paradigmático que nos demostró los extremos de las exigencias fue el de Gloria Trevi. Esta cantante inició su carrera a los 14 años con un cúmulo de atributos. A los 15 años, comenzó una relación con Sergio Andrade, quien le doblaba la edad. Por supuesto, esto involucró dinámicas de poder evidentes que derivó en acusaciones de secuestro y abuso de menores donde adolescentes con un sin fin de expectativas en la música también se vieron involucradas. ¿Qué afán tiene la industria mexicana en introducir mujeres a la industria musical a tan corta edad? Esto también lo vemos en casos como el de Lucero, Danna Paola y Belinda.

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Por otro lado, tenemos acciones como las de Natalia Lafourcade, quien compartió su experiencia como víctima de violencia de género. Natalia reveló que sólo fue consciente de esto después de los movimientos sociales liderados por mujeres en búsqueda de equidad y justicia. Es así que ha participado activamente en iniciativas como “Voz a tu voz”, un festival gratuito que busca visibilizar el talento de cantautoras emergentes.

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En un país con una rica tradición musical como México, es esencial reconocer y abordar las desigualdades de género en la industria musical. A medida que celebramos los avances, también debemos comprometernos a crear espacios más equitativo y justos, donde las mujeres puedan destacar por su talento sin enfrentar barreras basadas en su género. Esto no es sólo una necesidad, sino un derecho que debemos defender y promover activamente.

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  • TEXTO: María Fernanda Carmona

Fecha de Publicación:
Miércoles 22/11 2023