¿QUÉ TAN NECESARIAS SON LAS TEMPORALIDADES EN EL DISEÑO?

Estamos en un momento definitivo para nuestro planeta, el impacto ambiental de todas nuestras acciones afecta directamente al mundo y todo lo que contiene. Para el diseño existen festivales, semanas del diseño y lanzamientos de grandes y pequeñas marcas que suceden año tras año pero, ¿es realmente necesario?

Al navegar por el “mundo del diseño” es notorio que existe una urgencia por marcar tendencia; por distinguirse del resto, más rápido, más grande, más todo. Se le exige al diseñador, a las marcas y a las organizaciones mostrar novedades con cierta frecuencia, ¿por qué?, ¿para qué o para quién?

De forma casi espontánea nos atrevemos a decir que se trata de una sed de consumir. Hay una serie de compradores/usuarios que constantemente están en renovación. También podemos afirmar que la creatividad es infinita y que para toda demanda existe una oferta.

(Esto, al planeta no le gusta tanto)

¿De dónde viene la temporalidad en el diseño?

Usemos como punto de partida a la rapaz industria de la moda que divide el año en temporadas para presentar colecciones y alentar a los consumidores a mantenerse vigentes, por el motivo que sea: aceptación, expresión, creatividad o adaptación. Inicialmente, se trataba de adaptar tu guardarropa al clima, por lo tanto las temporadas principales son: primavera-verano y otoño-invierno, actualmente muchas casas de moda o grandes marcas del fast-fashion incluyen lanzamientos más específicos: crucero/resort y pre-fall, colecciones que sirven como transición entre las temporadas principales.

La persecusión del glamour también incluye colecciones pret-a-porter, de alta costura y ediciones especiales con colaboraciones entre marcas y diseñadores de renombre. Hasta ahí vamos más o menos bien (en realidad más mal que bien) pero, ¿qué pasa cuando queremos trasladar esta mecánica al diseño de objetos?

Alrededor del mundo existen numerosas ferias, exposiciones, festivales y semanas del diseño que anuncian con bombo y platillo lanzamientos de marcas, diseñadores y creativos emergentes: numerosos muebles, textiles, relanzamientos, ediciones especiales, de aniversario, homenajes, revivals, colores y materiales, aplicaciones novedosas y un largo etcétera. ¿Necesitamos esos nuevos productos? 

Pensemos, ¿cuánto cuesta realizar dichos festivales? en materia energética, de capital y de recursos humanos.

Las capitales del diseño

En México no tenemos de forma tan visible los hábitos de consumo de diseño que existen en países europeos. Por ejemplo, en Milán, Italia, año con año se lleva a cabo el Salone del Mobile, un evento de 6 días en el que la ciudad vuelca toda su energía en mantener su título como capital del diseño gracias a cientos de eventos que forman parte del FuoriSalone, más los eventos no oficiales que ocurren en la Milan Design Week. Miles de personas se dan cita para ver a diseñadores contenidos en conferencias, lanzamientos y cócteles. En cifras oficiales estamos hablando de la reunión de más de 2,300 compañías, más de 370,000 visitantes provenientes de 188 países y 5,000 miembros de la prensa especializada. Actualmente la organización anuncia su 60a edición y reproduce versiones similares de su evento milanés en Moscú y Shanghái. ¿Cuál es el impacto medioambiental de estos eventos? ¿De verdad es necesario hacerlos cada año en tres ciudades?

Otro ejemplo ocurre en Nueva York, donde se celebra Wanted Design y el International Contemporary Furniture Fair (mejor conocido como ICFF), un evento de 3 días que coincide con la Design Week de la ciudad. Por supuesto, estamos hablando de un evento más joven pero que tiene un impacto que apunta hacia una dirección similar: miles de visitantes, múltiples compañías internacionales, lanzamientos que en algunos casos se repiten con los del Salone y una huella de carbono no anunciada.

El capital encima de la creatividad

Volvamos a México, ¿qué tenemos? Celebramos Design Weeks en Ciudad de México, Querétaro y Puebla, What design Can Do también en CDMX, DECODE en Monterrey, en Guadalajara se celebra el Design Fest y Expo Mueble Internacional, finalmente,  en Oaxaca se lleva a cabo Mexico Design Fair. Además de los cientos de eventos que existen o existieron en torno al diseño. ¿Cuántos de estos eventos existen para cuestionar el rumbo creativo local? O en todo caso, de estos eventos ¿cuáles acercan al no diseñador al diseño? o ¿cuáles sirven como motor de derrama económica?, ¿cuáles son escaparate de “novedades y tendencias”? y para rematar ¿por qué casi todos tienen su nombre en inglés?

Organizar un evento de este tamaño, incluso siendo local, es un trabajo intenso, requiere mucha planeación y debe representar ingresos para sus organizadores, sin duda. No estamos tratando de demonizar el que existan, simplemente queremos reflexionar la razón de su existencia.

El diseño del 99%

Partamos de una realidad: más o menos el 50% de la riqueza mundial está en manos de menos del 1% de la población mundial, para ellos existe un mundo que apunta a lujos inalcanzables para los demás. ¿Qué ocurre con ese 99% restante? ¿pueden aspirar al buen diseño? Tan sólo en México, ¿cuántas personas pueden acceder a contratar a un diseñador de interiores para remodelar su casa?, es más ¿cuántos de nosotros podemos acceder a tener vivienda propia?

Para los mexicanos entusiastas del diseño, pensar en adquirir cada año un objeto “de diseño” que ha sido recientemente lanzado es evidentemente insostenible. Sin embargo, esos objetos existen. Simplemente vemos cómo las tiendas departamentales se visten conforme a la celebración del calendario y nos alientan a hacer lo mismo en casa. Aún tenemos la idea de que muebles, electrodomésticos y vehículos son objetos duraderos, ese es el diseño del 99%, el que desde su concepción fue proyectado para ser atemporal y casi casi heredable. Aunque la necesidad de alcanzar esa frescura que vemos en revistas, redes sociales y películas nos empuja a consumir objetos de temporada, de menor calidad, con precios más accesibles que traen consigo la posibilidad de renovarlos con mayor frecuencia, pero ¿a costa de qué?

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Nuestras acciones como consumidores son tan sólo una ficha de dominó en este complejo sistema de producción. Como consumidores debemos contrarrestar lo temporal (ya sea por obsolescencia programada o percibida) adquiriendo con información y responsabilidad, recurriendo a lo local y aunque es romántico y aspiracionista pensar en tener el diseño más nuevo en tus manos, piensa: ¿es necesario?


  • TEXTO: Itayedzin Aragón

Fecha de Publicación:
Miércoles 18/05 2022