FESTIVAL INDEPENDIENTE GESTIONADO EN NAUCALPAN DE JUÁREZ DA UNA MIRADA SOBRE EL TERRITORIO DE LA GESTIÓN EN EL EDOMEX

Cuando ves la desbordante pero árida lucha por espacios en la CDMX, uno creería que existe un paisaje tranquilo y viable en la promoción cultural de los estados, sobre todo cuando confías en tener sofisticada la técnica de presentación de proyectos que los fondos concursables nos han hecho creer que funcionan y pensamos que la lógica administrativa sería medianamente similar.

Desafortunadamente para la gestión en el país, los municipios están encasillados en una maroma ideológica, partidista, laboral y frustrante a nivel económico, así mismo con la maldición de procesos burocráticos internos hechos por ellos y para contra ellos.

Desafíos inherentes: las barreras en la gestión cultural

En agosto 2023, se llevó a cabo el festival “SM172023” una iniciativa del proyecto SATÉLITE M17, el cual realizó por primera ocasión en la zona, encuentros entre artistas de Cine, Arte Público y Música, todos de Naucalpan de Juárez, brindando alianzas nacionales e internacionales a los artistas programados.

Una de las principales problemáticas es la ilusión de una infraestructura no existente. Si bien el municipio de Naucalpan de Juárez cuenta con una gama de recintos para espectáculos de medio formato, no me gustaría centrar la visión de infraestructura al edificio y su equipamiento, sino que muchos de estos recintos no cuentan con un personal técnico, y mucho menos de un departamento de operación. Los escasos que si, no entienden el espacio cultural fuera de la lógica de renta.

En primer instante porque estos espacios “culturales” son usados para informes de gobierno, actividades del partido político en turno y celebraciones personales de funcionarios, sumado a eso, como en ocasiones han existido problemas de hurto en las taquillas, prefieren retirarla, imposibilitando al artista independiente cobrar y estipularlo como norma, en vez de cambiar al personal y mejorar sus mecanismos de comprobación.

En resumen, si como artista independiente quieres presentarte en uno de estos recintos que no están capacitados operativamente para funcionar y no cobrar por que no existe ningún aparato administrativo que funcione a favor tuyo, adelante lo puedes hacer; y si quieres cobrar, deberás de pagar renta al Municipio, equipar el recinto, instalar un aparato de cobro y además sostener una logística con los clásicos bloqueos del personal sindicalizado lo cual vuelve inviable cualquier bien cultural amén de que seas el Tenorio Cómico con un respaldo televisivo, en fin un caos.

Recursos limitados: Navegando por el presupuesto y la financiación

Una de las anécdotas más frustrantes es que el equipo de audio e iluminación del Foro Felipe Villanueva del Parque Naucalli de una capacidad de 1500 personas fueron hallados rotos en una riña entre partidos al cambio de gobierno, por lo que contar con equipo similar asimila el monto de $250,000.00 en renta, cantidad que como festival independiente no podemos cubrir dado a que es parte de la Infraestructura Cultural Local. En ese sentido se buscaron alianzas con diversas instancias constando en un préstamo de equipo por parte de alguna dirección técnica de su institución.

Se dialogo con la Secretaría de Cultura Federal, a través del programa PAICE, pero dado a que el festival tomaría lugar en agosto de este año, en términos de gestión los tiempos no fueron suficientes, porque significaba aplicar a fondos concursables a los que no coincidían en tiempos.

Por otro lado iniciamos un diálogo con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México a través de la Dirección de Grandes Festivales quienes cuentan con el equipo, sin embargo por más que estén entusiastas por el proyecto para que no fuera un inconveniente administrativo en auditoría, el proceso era a través de un convenio entre los estados para ejecutar el préstamo, cosa que en plena veda electoral se vuelve imposible y era algo que no se habría realizado previamente.

También se dialogó con el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Secretaría de Cultura y Turismo del EDOMEX, aunque todos fueron muy amables, receptivos e intentaron pensar en soluciones, las condiciones en las que se encontraba el festival era solo un pequeño infortunio de cosas que suelen pasar en los Municipios, a la par, en el PAICE no nos encontramos en las áreas de atención prioritaria, por lo que también cualquier proyecto que aplique al estimulo ya esta en desventaja y el PECDA nunca apareció.

Legislación y burocracia: Abordando obstáculos legales en la gestión cultural

Lo que aquí se presenta es un paisaje paupérrimo consecuente de la percepción de la cultura para los funcionarios, la carencia de vasos de gestión y la lucha constante con las Políticas de Recaudación Municipal que han vuelto a la Dirección de Cultura de los Municipios una ventanilla única para permisos y una agencia de producción de eventos para los otros departamentos o aliados de la función pública.

Es importante aquí no dejar de lado que aunque luego pareciera que nada sucede, Naucalpan de Juárez ha sido un epicentro cultural constante desde los 80s o antes, presentándose como una zona extremadamente fértil en cuanto a capital cultural y simbólico, y que su cercanía con la Ciudad de México también aparece como un área de oportunidad para la ejecución de un plan de descentralización cultural, no solo de este municipio si no todos los que colindan entre CDMX-EDOMEX.

Los artistas y agentes culturales por su lado al no haber tenido acceso o conocimiento a los modelos de gestión convencional, que bien no todos pero la mayoría están sustentados en la competencia y acreditaciones gubernamentales, se comportan de una manera mucho más horizontal a través de convenios sensibles y se deslindan de cualquier temática impuesta por los planes de desarrollo actuales, lo que nos da a los gestores y productores culturales la posibilidad de meditar nuevos modelos comunitarios e independientes, es decir tenemos enfrente a un ecosistema cultural que no está viciado pero que también tiene trayectoria como tendencia musical y de otras disciplinas.

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Creemos por el cambio de gobierno, sea cual sea, nos encontramos en el momento justo para meditar nuevas políticas culturales para los municipios. De entrada un programa cultural de largo aliento que se blinde de los cambios trienales y sexenales, como son un par a nivel federal, que funcione como herramienta relacional con los agentes culturales y que su incidencia de programación en los recintos sensibilice y capacite a su personal operativo.

En términos administrativos que la recaudación por concepto de renta de espacios o permisos en la vía pública, si se retorne a la Dirección de Cultura y que la misma dirección estimule el diálogo interinstitucional para pensar en otros aportes y encontrar las áreas de oportunidad de la cultural en el sector de desarrollo social, obras públicas (movilidad), salud y turismo, para ejecutar estrategias o programas desde otras instancias que contribuyan a pensar siempre en la cultura como pieza fundamental de la vertebralización social y la autoorganización de una comunidad que pueda demandar también sus derechos culturales y de libre gozo.


  • TEXTO: Homero Fernández

  • FOTOS: María José Arteaga

Fecha de Publicación:
Jueves 28/09 2023