CÓMO LAS RECIENTES OLAS DE CALOR EVIDENCIAN LAS EFICIENCIAS DE LA ARQUITECTURA EN LOS ESPACIOS URBANOS Y QUÉ SOLUCIONES SE PLANTEAN

La sequía puede presentar desafíos significativos para la arquitectura en varias formas. Las recientes olas de calor que azotan a varias ciudades no solo en México sino en toda América han puesto en jaque a los edificios y los espacios abiertos en las grandes urbes.

Durante períodos de sequía, el suministro de agua puede ser escaso. Esto ha evidenciado la incapacidad de los arquitectos para diseñar edificios que requieren agua más allá de su funcionamiento normal, como sistemas de plomería, sistemas de extinción de incendios y sistemas de enfriamiento. Grandes arquitectos como Norman Foster han abogado desde hace mucho tiempo por diseñar edificios que incorporen medidas de reuso y colecta de agua pero poco se ha hecho para que esto sea incorporado de forma estandarizada en el diseño arquitectónico.

Si las consecuencias directas fueran solo relacionadas con el suministro de agua el tema sería manejable. En áreas afectadas por la sequía, es común que se implementen restricciones en el consumo de energía eléctrica; lo cual tiene consecuencias directas en el diseño de los edificios.

Actualmente en México, de todos los edificios públicos solo el 6% han sido diseñados con elementos que lleven a reducir la demanda energética y con ello, contrarrestar los efectos de la sequía.

Willis Faber and Dumas, Heathquarters, Norman Foster, 1971-75. Créditos: Wikimedia cc user Mako Zilincik.

Consideremos entonces que los edificios “padecen” la sequía casi igual que quienes los habitan. El filosofo inglés, John Broome argumenta, bajo el concepto de pesar vidas(1) que las consecuencias de nuestros actos y bienestar pueden “evaluarse a través de tres dimensiones especificas -tiempo, estado de la naturaleza y la persona”, y continua, “la condición de la persona puede definirse por estas tres dimensiones, o el edificio en este caso, en donde la condición es específica del tiempo y define su nivel de bienestar en mayor o menor medida”.

(2)En el caso de los edificios, si estos no están preparados, padecerán fenómenos climáticos y esta condicionante, como la denomina Broome, hará que el edificio sea valorado por lo que aporta o no, a su bienestar y existencia misma.

La preocupación por esta “eficiencia máxima” del producto arquitectónico, sea una casa o edificio, la planteó Buckminister Fuller en su primer ensayo teórico previo al diseño de la casa Dymaxton en 1935. Sin embargo, han sido los embates del cambio climático, y específicamente las fuertes olas de calor de los últimos dos años, lo que ha evidenciado el letargo con el que los arquitectos “evitan” incorporar esto en sus agendas de diseño.

Buckminister Fuller, Dymaxton house, toilet, 1935. El prototipo fue diseñado para reutilizar 100% del agua y vapor. Su construcción facilitaba la replicabilidad en otras viviendas.

En el espacio urbano público de nuestras ciudades el desafío es aún más crítico. Durante la sequía, los jardines y áreas verdes suelen verse afectados debido a la falta de agua.

Aunque el la teoría y en la práctica, arquitectos como Batlleiroig, MIAS Arquitectes, MITHUN Architects, Diller-Scofidio, Field Operations y Taller Capital entre varios otros; han incidido en la prominencia del paisajismo como herramienta mitigadora de estos problemas, la escala de las intervenciones no deja de ser puntual y con poca oportunidad de replicarse en otros lugares.

La incidencia en el largo plazo queda ausente y las propuestas, si bien acertadas, son difíciles de adaptar a otros programas y contextos. Ya R.B. Fuller(3) y Norman Foster han mencionado la importancia de la adaptabilidad para estos diseños y soluciones, para que su impacto vaya más allá de un simple ejercicio formalista.

Rotterdam es la ciudad que tiene mayor porcentaje de cubiertas verdes per cápita (10%) en los países bajos. Créditos Pablo Lazo.

El cemento gris no puede seguir dominando el paisaje urbano. En estos tiempos excepcionales que estamos viviendo, post-covid y con los efectos climáticos cada vez más extremos, es mejor pensar en nuestro mundo como un sistema complejo e interrelacionado en donde los edificios y las ciudades definen en gran parte nuestro bienestar, como lo define Broome.

Una de nuestras limitaciones como seres humanos es que estamos llenos de errores cognitivos: entendemos mejor los sistemas lineales con relaciones causales directas que los sistemas complejos.

Sobre la base de pruebas limitadas, nuestro pensamiento intuitivo -sistema 1- funciona como una máquina para saltar a conclusiones tratando de lograr la coherencia. Por lo tanto, la combinación de un sistema 1 que facilita la coherencia y un sistema 2 perezoso (un modo de cognición más deliberado) nos hace aceptar impresiones y creencias intuitivas pero a menudo incorrectas.

Soluciones en la arquitectura ante los extremos cambios climáticos

La sequía que padecemos nos está llevando a pensar de forma diferente. Nos está pidiendo buscar herramientas -soluciones arquitectónicas-  que dejen de ser soluciones lineales: programa-proyecto-edificio; y que “salten” a definiciones complejas de propuestas arquitectónicas, eficientes y éticamente propositivas ante estos desafíos, como el mismo Broome lo propone.

Algunas líneas de exploración ya en marcha tienen que ver con una arquitectura basada en el diseño regenerativo, que busca crear edificios y entornos que restauren y regeneren los recursos naturales, incluida el agua.

También, ante la sequía, la arquitectura contemporánea busca explorar conceptos como la adaptabilidad y la resiliencia. Los edificios son diseñados para ser flexibles y capaces de adaptarse a las condiciones cambiantes, incluida la disponibilidad de agua.

Algunos ejemplos puntuales de estas aproximaciones son sistemas modulares que se pueden ajustar según las necesidades, la implementación de tecnologías emergentes para el manejo del agua y la planificación de sistemas de suministro y almacenamiento de agua a largo plazo.

Banquetas inundables y captación de agua pluvial, Tec de Monterrey, Campus Coapa. Crédito Pablo Lazo.

La alternativa que se plantea a la arquitectura es seguir respondiendo a estos desafíos de forma convencional y lineal; o entender que los diseños de edificios y espacios públicos de ahora en adelante tienen que ser adaptables, propositivos y con rendimientos máximos, como lo proponía Fuller. 

***

Este artículo forma parte de una colaboración con Arquine y fue originalmente publicado el 04/07/23.

Referencias

1. Weighing Lives by John Broome, Review by: Jacob Ross, The Philosophical Review, Vol. 116, No. 4 (Oct., 2007), pp. 663-666 (4 pages).

2. Ibidem.

3. The Dymaxion World of Buckminster Fuller with Robert W. Marks Anchor Press, Doubleday & Company, Inc., Garden City, New York, 1960; y Critical Path with Kiyoshi Kuromiya, adjuvant. St. Martin’s Press, New York City, New York,1980.


  • TEXTO: Pablo Lazo

Fecha de Publicación:
Miércoles 12/07 2023