EL DISEÑO INDUSTRIAL COMO AGENTE DE CAMBIO EN EL GOBIERNO DE ALLENDE A 50 AÑOS DEL GOLPE.

Sobre el caso del impacto del diseño en contextos políticos y sociales complejos en América Latina.

Me objeto, su señoría, es una expresión común en los tribunales de justicia del mundo. La objeción por definición es la razón o argumento que alguien opone a una idea o una propuesta para rechazarla (…). Sin ser abogado o jurista por fortuna, a diario yo también me objeto. Grito con fuerza a través de mis objetos que me opongo al statu quo, al orden social existente. Como afirma Von Borries: quien crea algo formándolo, quiere cambiar al mundo en el que vive; lo desea transformar a través de sus camaradas los objetos.

En suma juristas y diseñadores, objeciones y objetos respectivamente, guardan relación porque derivan etimológicamente de objectum, lo lanzado en contra de algo o alguien. Es decir, a través de la cultura material que crean las y los diseñadores decantan consciente o inconscientemente una posición social, política, económica o ecológica frente al mundo. Se objetan.

De lo que se trata es que al interpretar al objeto como una interposición en el camino en palabras de Flusser, es posible reivindicar la acción política de las cosas y del Diseño; su potencial de intervención. Dicha aproximación tan optimista y grandilocuente sobre la capacidad de agencia de esta disciplina y de sus discípulos, vuelve ineludible hacer referencia al mítico László Moholy-Nagy en Vision in Motion: Diseñar no es una profesión, sino una actitud. Como dice Alice Rawsthorn, crítica y escritora, al definir el diseño como una actitud Moholy-Nagy reconoció su potencial para convertirse en una fuerza social más poderosa operando como agente de cambio eficaz e ingenioso, libre de restricciones comerciales.

El diseño industrial en el gobierno de Salvador Allende

Así al diseño industrial se le reconoció su fuerza social capaz de coadyuvar en los grandes problemas nacionales de una sociedad hace 50 años. Se trata del gobierno chileno de Salvador Allende. De esta forma, dicha disciplina fue demandada por primera vez desde un ente público chileno. Se trataba de una herramienta necesaria desde su dimensión proyectual, tecnológica y social; aunado a su capacidad de producción masiva. 

En palabras de Beatriz O’Brien el programa de gobierno de Salvador Allende buscaba radicalizar las transformaciones estructurales mediante el traslado sustancial de las actividades del sector privado al Estado. Al manejar los medios de producción, el gobierno pretendía cambiar la producción y la demanda de bienes de consumo básico, satisfaciendo así las necesidades del consumo popular.

Como se relata también en el capítulo del podcast chileno Fuera de Serie de Manufactura Nacional Fernando Flores ingeniero y Subgerente General Técnico de Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) durante el gobierno de la Unidad Popular (UP), contrata al diseñador alemán Gui Bonsiepe y su equipo para dirigir el Grupo de Diseño Industrial del Instituto de Investigaciones Tecnológicas de Chile (INTEC). Este instituto tiene la función de modernizar la tecnología del sector productivo y de servicios a través de un equipo multidisciplinario de investigación aplicada a la industria manufacturera y de minería.

La cuchara porcionadora de leche

El programa de gobierno de la Unidad Popular (UP) encabezado por el presidente Allende comenzó con un paquete de acciones denominadas Primeras Cuarenta Medidas. La acción número 15 tenía por objeto disminuir la desnutrición y la mortalidad infantil a través de la ración de medio litro de leche diaria. De acuerdo al Servicio Nacional de Salud de la época, del 12% de las personas beneficiadas por el Plan Nacional de Leche, alrededor de 3.6 millones de personas no recibían una dosificación adecuada del alimento debido a la falta de una medida precisa que permitiera una exacta e higiénica dosificación. Las infancias chilenas recibían una dosis de leche demasiado diluida o muy concentrada. 

Ante este panorama el gobierno de la UP comisiona al INTEC el diseño de un objeto. Esto implicaba un instrumento capaz de porcionar de manera exacta la leche y en consecuencia, coadyuvar en el abatimiento de la desnutrición de la niñez. El artefacto final fueron dos cucharas rasantes de plástico inyectado con versión de 5 y 20 gramos de leche producidas en masa. 

Aquel democrático gobierno de izquierda dio de nuevo sentido a esta profesión —en ratos vagante sobre su devenir debo confesar— al brindarle la oportunidad de reconectar con lo que considero es el corazón de nuestro trabajo: el bienestar material de un amplio sector social en tanto su concepción de producción masiva o industrial.

A 50 años del golpe de estado y el papel de México

La revisión historiográfica de este objeto en tanto un ejercicio de memoria, se hace relevante ante la reciente conmemoración del golpe cívico-militar en contra de Salvador Allende hace 50 años. La sociedad chilena me parece, ha hecho un esfuerzo monumental por recordar un episodio oscuro no sólo de su historia, sino también de la nuestra, de la latinoamericana. Ello a pesar de las divisiones que este evento genera al interior de su territorio. Un ejercicio que aunque doloroso para muchas víctimas, estimo fundamental para un continente que olvida pronto y recuerda poco, en cuyas venas corre sangre de heridas aún abiertas. De ahí la importancia de recordar, con el único fin de evitar a toda costa su eventual repetición.

A propósito de la relevancia de la memoria colectiva, durante el Golpe de Estado, México junto con su notable embajador Gonzálo Martínez Corbalá, jugaron un papel crucial. Este último asiló en la embajada mexicana a un número importante de chilenas y chilenos, los cuales pronto fueron trasladados en aviones a nuestro país. En ese primer avión que envió Echeverría se encontraban Isabel Allende, Hortensia Bussi de Allende y Carmen Paz. En un reciente acto de conmemoración sobre este hecho encabezado por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en esa misma embajada, su homólogo Gabriel Boric estimó que el éxodo hacia nuestro país fue del orden de 850 personas.

Desde hace décadas gracias a la tradición histórica de asilo que tiene México, cientos de descendientes chilenos viven entre nosotros. Nos acompañan, a veces, sin ser conscientes de ello. Su presencia, a pesar de los impulsos xenófobos en el ambiente, engrandecen nuestra cultura y sociedad en diversos ámbitos y a lo largo del tiempo. Gabriela Mistral es solo un ejemplo notabilísimo de entre tantos —por cierto era tal su amor por está patria que decía: México es cosa mía—.

Como se suele decir, lo que se recuerda no se olvida. Hoy le relato la historia de este hecho y de este objeto con el único fin de comprender el poder transformador del diseño y el impacto que puede lograr con la voluntad de muchos actores. El propósito que persigo es sin duda compartir que esta disciplina —con la que me objeto un día sí y al otro también— tiene la capacidad de soñar junto a sus objetos lo que a veces parece imposible: un mundo más justo, más próspero, pero sobre todo más igualitario.

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Fuentes:

Fuera de Serie (2023). Capítulo Grupo Diseño Industrial INTEC. https://open.spotify.com/episode/5Ac3ezkMPeBvM4nDJlcgDz?si=3rTvifG2SaONI2nYKhvkog

Rawsthorn, Alice. (2021). El Diseño Como Actitud. Editorial Gustavo Gili.

Versión estenográfica. 50 años del exilio chileno en México (2023). https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-50-anos-del-exilio-chileno-en-mexico

Von Borries, F. (2019). Proyectar mundos: una teoría política del diseño. Santiago de Chile: Metales Pesados. 


  • TEXTO: Ramsés Viazcán

Fecha de Publicación:
Miércoles 04/10 2023