LAS OPINIONES NO SE HICIERON ESPERAR SOBRE LAS PINTURAS REALIZADAS POR MAR DE REGIL.

A mediados de julio un perfil de Instagram apareció, se trataba de Mdr Daily Gallery, una cuenta donde la influencer Mar de Regil promociona y vende sus pinturas. Hay varios puntos que desglosar y cómo a partir de este suceso, la variedad de opiniones en el ecosistema del arte no se hizo esperar. 

¿Pinturas de una artista o de una influencer?

Que no nos escandalice el hecho de que una influencer venda pinturas de 3 mil hasta 10 mil pesos, pues es evidente que quien ha comprado una pieza es por tratarse de ella: una figura pública. Y no precisamente adquiridas por su calidad en cuanto a técnica o discurso, pues son réplicas malogradas de imágenes extraídas de Pinterest. ¿Qué si es ético o no? Es un tema que pasa a segundo plano cuando el copiar es más recurrente de lo que pensamos. Y en cuanto a precio, obras de endeble propuesta o calidad se han vendido más caras seguramente, validadas por alguna feria de arte o galería.

¿Da más inconformidad que venda sus pinturas por la calidad de su trabajo o por cómo ha capitalizado muy rápidamente lo que ella afirma como un hobby? Sobre todo si lo comparamos con la labor de artistas e ilustradores que han encontrado dificultad en posicionar su nombre y por ende, vender su obra. Que no tienen a una mamá famosa compartiendo tu trabajo; los artistas sin “conexiones” que se han posicionado a base de talento, hacen que su trabajo hable por ellos primero y no su personalidad. 

Principalmente para aquellos que producir significa una principal fuente de ingreso y es a lo que se dedican, no se trata únicamente de una actividad que les ayuda a “relajarse”. ¿Genera desconcierto la situación? Sí, para que mentirles. Sobre todo para quienes hemos querido dedicarnos al arte pero que en su momento no tuvimos los medios para continuar o no nos consideramos lo suficientemente talentosos para destacar y vivir de ello. ¿Quién para que te caiga una lanita extra de tu pasatiempo? Recuerdo hace varios años haber vendido un dibujo que tardé nueve horas en realizar en 100 pesitos (jaja).

Para ser artista hay que estudiar arte

Otro de los discursos que han aparecido en la opinión de los creadores de contenido enfocados al arte es que para ser artista, hay que estudiar, leer y tener una base conceptual sólida o trasfondo que sustente un conjunto de obra (esto último aprendido principalmente en la academia). 

Es entonces que llegamos a un discurso clasista pues, hay implicaciones de clase y privilegio a la hora de estudiar arte. En la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, por ejemplo, se requiere una dedicación de tiempo completo como requisito de admisión, además de tener la liquidez para solventar los gastos que implica la compra de materiales y herramientas. Esto se traduce a que, si quieres estudiar para dedicarte al arte, difícilmente podrías si no cuentas con los medios o alguien que te apoye económicamente. También nos hace creer que si no estudias arte, difícilmente podrás construir una trayectoria como artista. Entendemos que el historial académico puede ser uno de los factores a tomar en cuenta para valuar una obra, pero no debería ser determinante, incluso para “ser reconocido” por la trayectoria o comienzo de un creativo. 

De esta manera, la obra de un artista legitimado por su profesionalización ignora otras realidades como la labor autodidacta. La obra de Don Baldemar, por ejemplo, que desde los 11 años se dedica a pintar vaqueros, animales y artistas mexicanos famosos nos habla de una emotiva historia detrás de supervivencia, literalmente, a través del arte gracias a mucha práctica y experiencia. 

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Me parece que el caso de Mar de Regil ha traído cosas buenas, pues ha propiciado que artistas se cuestionen si lo que cobran por su obra es lo indicado o lo justo. También lo importante que es dar a conocer su trabajo en redes sociales para llegar a más personas. Al final, el artista también debe volverse su propio promotor, sobre todo si no tiene editoriales o galerías que lo represente. Finalmente, no dejar de mapear a esos talentos que tal vez prefieren mancharse la manos de manera constante en lugar de postear en Instagram, que les dificulta promocionar su trabajo cual sea el motivo. A esos creativxs hay que encontrarles y compartir su trabajo.


  • FOTOS: Cortesía

  • TEXTO: Cristina Cruz

Fecha de Publicación:
Jueves 03/08 2023