“CUANDO LA POBLACIÓN MEXICANA SE TRIPLICÓ EN TAN SOLO 50 AÑOS, DEJÓ DE SER IMPORTANTE CÓMO HABITABAN LAS MAYORÍAS Y SE CREYÓ IMPOSIBLE PLANEAR CIUDADES” CANALES (2017)
Esta entrada forma parte de la alianza de Coolhuntermx y el Programa de residencias de la Plataforma Activa de Diseño (PAD) de la jefatura de Diseño del Gobierno de Jalisco y tiene la finalidad de conocer más al respecto del trabajo de lxs diseñadores seleccionadxs para esta iniciativa.
A finales del siglo XX, en el periodo conocido como El milagro mexicano, se vivía una expansión demográfica urbana e industrial. México era uno de los principales exportadores para los países en guerra; y a través de los sectores agrícola y minero, la manufactura y los servicios adquirieron relevancia. Este dinamismo económico provocó el crecimiento, sin precedente, de las ciudades.
En la década de 1970, Guadalajara y su periferia eran la imagen de la diversidad y los contrastes, debido a la creciente promoción del mercado inmobiliario destinado a vivienda y servicios con la intervención de los sectores público y privado. El capital privado se orientó a la producción de vivienda media y residencial, mientras que el sector público participó en la edificación de casas de interés social y departamentos en edificios multifamiliares (López, 1996: 396-397).
La vivienda actual, caracterizada por la especulación inmobiliaria, nos ha llevado a entender que toda arquitectura se mercantiliza y que desde ese esquema, todo espacio debería ser rentable; “expulsando si hace falta a los habitantes tradicionales del barrio y a sujetos indeseables o disidentes que no encajen con su idea de ciudades. Para ello, se utilizan mecanismos de control y vigilancia sobre la población, que domestican el espacio y lo hacen apto para el consumo.” (Camacho, 2020)
Las unidades habitacionales, actualmente, son el reflejo de un modelo obsoleto y de prácticas antidemocráticas y es a través de la colectividad que se pueden establecer acuerdos en torno a la relación de lo público y lo privado; donde se pueden construir espacios en las ciudades basados en la equidad.
Sobre la residencia en PAD:
A lo largo de la residencia en PAD, se han reflexionado las formas de habitar y a raíz de esos pensamientos se han definido una serie de estrategias que proponen poner la vida cotidiana al centro de la toma de decisiones, ¿cómo hacer que más personas puedan vivir mejor?
Desjerarquizar espacios
La existencia de espacios mucho más grandes que otros y con mayor calidad espacial, reflejan desigualdades que se perpetúan a través de la arquitectura.
La cocina es uno de los espacios con más intensidad de uso, sin embargo, sus actividades están confinadas e invisibilizadas. En ocasiones, no se considera ni iluminación ni ventilación natural; que es lo mínimo que el espacio demanda debido a su intensidad de uso y el tipo de actividades que se desarrollan aquí.
“¿Por qué entonces la cocina, que es una actividad, un trabajo para el que se requieren instrumentos, maquinarias y conocimientos específicos, no podría salir de la casa y especializarse?”
(Muxí, 2018)
Anna Puigjaner, establece en The kitchenless city, una hipótesis donde si desapareciera la cocina del espacio físico de la vivienda, implicaría una reconfiguración y exteriorización de lo doméstico. “Sobre como esa pieza irreductible de la casa –en términos de uso– permitió la domesticación de la esfera urbana”. (Puijganer, 2014)
Y en el caso de la vivienda con cocina, se establecen dispositivos para el aprovechamiento del espacio, eficiencia y optimización de procesos, tal como lo hizo Margarete Schütte-Lihotzky con la cocina Frankfurt.
Con estas reflexiones no pretendo establecer métricas o imponer una forma de habitar. Lo importante es poner estos temas sobre la mesa y cuestionarnos sobre nuestra práctica actual de hacer arquitectura. No podemos seguir viviendo en la normalidad, porque precisamente ese es el problema.
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TEXTO: Lupita Elenes para la PAD de Jalisco
Fecha de Publicación:
Jueves 12/12/2021
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