Un camino hacia la igualdad para las niñas

Cuando piensas en la niña que fuiste, ¿cambiarías algo de tu infancia? Esta pregunta me la he hecho un sinfín de veces y me imagino que la mayoría de las mujeres también. Pensando en una utopía de lo que hubiéramos podido ser, o lo lejos que hubiéramos llegado si nos hubiesen cimentado tanto en la familia como en la escuela. En una sociedad en la que desde niñas, podamos ser capaces de lograr cualquier sueño o meta que tengamos. Una sociedad en igualdad para las niñas.

Una sociedad donde somos igual de inteligentes y valiosas que el sexo masculino y con la capacidad para desarrollarnos en cualquier ámbito.

Tal vez desde mi trinchera me hubiera gustado que mi alrededor me fomentara más seguridad a la hora de enfrentarme a cumplir mis sueños. Que no nos llenara de etiquetas o de expectativas a cumplir y que la realización no se trate de solo un camino. Que hay muchos senderos para ser feliz y realizarte como mujer, no solo existe el de casarte, tener hijos y vivir un cuento de hadas como nos han enseñado en miles de novelas y películas; también está el de conseguir el trabajo de tus sueños, abrir tu negocio, viajar y emprender. Desarrollarte profesionalmente o incluso combinar cualquiera de estas situaciones.

A pesar de que el mundo ha evolucionado, el hecho de nacer niña o niño determina las oportunidades de una persona para tener acceso a salud, educación y protección. Partir de esta evidencia es clave para abordar la defensa de los derechos de la infancia. Aún hay muchos obstáculos que la niña enfrenta hoy en día como el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina, el acceso a la educación sexual y reproductiva, desigualdad de género y la salud mental.

Por eso es muy importante crear conciencia sobre la conmemoración del Día de la niña, con el objetivo de visibilizar y poner en diálogo los desafíos que tiene cada niña; así como promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos. 

En nuestras manos está que las próximas generaciones sean más conscientes de lo que nosotros no fuimos; tal vez hagamos la diferencia en una niña desde nuestra trinchera, ya sea con nuestras hijas, sobrinas y alumnas. Las niñas necesitan ejemplos o modelos a seguir para que ellas puedan verlo de una manera tangible que, por ejemplo, se puede lograr ser artista, arquitecta, ingeniera, financiera o cualquier otra profesión que quiera. Que no solo es por un golpe de suerte.

Es muy importante que se empiece a promover una imagen positiva de la niña en publicidad y medios de comunicación. Además, no seguir implementando estereotipos de belleza que a la larga pueden ser nocivos y trabajar por una inclusión real donde se muestre que cada niña es diferente y eso la hace única.

Involucrar a las niñas en las artes, en la ciencia, en los deportes, en la política, entre otras disciplinas, es fundamental para el desarrollo de nuevas generaciones para abrir camino a la extinción de la brecha de género. Desde esta perspectiva podremos construir un mundo más equitativo y sensible.

Independientemente de cómo haya sido tu crianza o tu infancia, hoy podemos ser las mujeres que deseamos ser. Nunca es tarde para cambiar patrones, para deconstruirnos y ser más conscientes de nosotras. La infancia es un punto clave ya que todo lo que ocurre en ella determina la adultez. 

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Hoy te invito a abrazar a tu niña, tal vez ahora interna, y darle las gracias por llegar hasta donde has llegado y así contribuir al desarrollo de las niñas de hoy construyendo infancias sanas, felices y seguras.

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