LES BISEXUALES RECIBIMOS EXPLICACIONES CONDESCENDIENTES DESINFORMADAS SOBRE NUESTRAS VIVENCIAS, DENTRO Y FUERA DE LA COMUNIDAD LGBT+.

¿Qué es el bisplaining y cómo nos atraviesa la bifobia? Se terminó el mes del orgullo y no es novedad que nos quieran regresar al closet del que tanto nos costó salir. Las marcas, instituciones y organizaciones quitan de sus logos los arcoiris y vuelven a su formato original donde las medidas afirmativas en favor de la diversidad sexual y de género es un compromiso de pocos y no la realidad de la mayoría. 

No obstante, hay poblaciones que incluso en ese mes permanecimos en distintos closets, incluso encerrades por parte de nuestra misma comunidad; porque no cumplimos con lo que se esperaba de nosotres; porque retamos a la teoría o porque no concuerdan nuestras vivencias con “lo-que-tenían-entendido” sobre cómo nos identificamos, cómo nos expresamos y, en este caso en particular, sobre a quiénes queremos o quiénes nos gustan. 

Bisexualidad y bisplaining

Las personas bisexuales en México representamos a más de la mitad de la población LGBTIQAP+, y aún con ello, constantemente recibimos, lo que yo llamo, bisplaining, que, contrario al cisplaining y al straightsplaing, son explicaciones que vienen de manera condescendiente sobre lo que es y no es la bisexualidad; sin conocer de ella, reconocerse dentro de ella y sin conocer un poco de historia o educación sexual. En este caso, el término no refiere a la población privilegiada que pretende explicar vivencias que no le atraviesan o entiende, porque, desafortunadamente, vienen de múltiples fuentes. 

Esto es herencia patriarcal del “amor romántico”, que ni por muy progres se nos escapa a la diversidad sexual, donde una persona solo puede pertenecer a otra y las relaciones monosexuales (heterosexuales, gays y lésbicas -en ese orden-) son consideradas superiores a las plurisexuales (bisexuales, polisexuales, pansexuales, etcétera); y por ello, se desprenden los suficientes prejuicios para invalidar las vivencias de quienes nos nombramos dentro de este término. 

Algunas personas nos señalan de “indecisas” o de “promiscuas”, otras, mucho más radicales, apuntan que simplemente no podemos dejar de estar “esclavizadas al sistema” -por decirlo sutilmente- y por ello continuamos siendo “mitad heterosexuales”, como si fuéramos un Frankenstein de la sexualidad, robando partes de orientaciones sexuales. Esto solo se agrava si eres mujer, porque en ese caso hasta puedes ser señalada de adoradora del falo o traidora del feminismo. Sí, así de peligroso como puede escucharse.

Otra de las cosas que se dicen sobre nosotres es que solo nos gustan hombres y mujeres, y que si gustamos de personas trans binarias y no binarias, ya no somos bisexuales. Ésta, de todas las cosas que se nos señalan, me parece la más peligrosa y dolorosa, principalmente porque arraiga una fuerte transfobia y segundo, porque demuestra la gran ignorancia y la falta de educación sexual que tenemos como sociedad. 

Cuando señalo la transfobia de dicho prejuicio, me refiero, en primer lugar, a que asuman que las personas trans binarias no son “realmente” hombres ni mujeres, cuando, en efecto y sin lugar a discusión, lo son; y, segundo, a que excluyan a las identidades no binaries que siempre han estado presentes aunque históricamente no siempre fueron nombrades (como muchas otras poblaciones disidentes), pretendiendo que requieren una orientación sexual específica que “sí les tome en cuenta”, cuando las plurisexualidades ya contemplan todo el espectro, no solo de identidad de género, sino de atracción sexual (romántica y física).

Desinformación y prejuicios

Ahora, hablando de desinformación tenemos dos puntos de partida, el histórico y el de educación sexual. El primero, es un tanto más inocente, ya que desconoce que quienes precedieron la liberación bisexual, no se cerraban a la atracción por “dos sexos”, aunque la palabra en si misma pareciera lo suficientemente ilustrativa. Y es aquí donde entra la famosa frase de “una mentira repetida mil veces puede convertirse en una verdad”. 

En sus inicios, el término “bisexual” en biología, refería a lo que ahora conocemos como intersexual y, en la psicología, a la integración de masculinidad y feminidad dentro de cada persona, poco a poco evolucionó a ser una “tercera” orientación sexual, que describía las vivencias de personas que no mantenían relaciones románticas o sexuales con un solo género. Poco a poco se estudió más la vivencia de personas bisexuales de forma que el término describiera la realidad y no al revés y, se crearon palabras para denominar las vivencias plurisexuales específicas como “pansexual” y “polisexual”

Posteriormente en 1990, se publica en la revista  “Anything That Moves” el “Manifiesto bisexual”, donde, además de demostrar que nada de lo que he hablado hasta este momento es novedad, activistas bisexuales, expresan: 

«…La bisexualidad es una identidad completa y fluida. No asuma que la bisexualidad es de naturaleza binaria o duogámica: que tenemos “dos” lados o que debemos estar involucrades simultáneamente con ambos géneros para ser seres humanos plenos. De hecho, no asumas que solo hay dos géneros…»

Recordando así, que el prefijo bi, no enuncia dos géneros sino los “extremos” de un espectro dado. 

«…Nosotres, les bisexuales, tendemos a definir la bisexualidad de maneras que son exclusivas de nuestra propia individualidad. Hay tantas definiciones de bisexualidad como bisexuales…»

El espectro de la plurisexualidad

Finalmente, el punto de partida crítico y que posibilita el pleno ejercicio de nuestra autonomía, tiene que ver con la educación. El conocimiento de que la orientación sexual, categoría a la que pertenece la bisexualidad, no es unidimensional, sino que refiere a la atracción física y/o romántica que se puede sentir hacia una persona dependiendo su género o independientemente de su género, lo cual da lugar a múltiples combinaciones y al espectro de la plurisexualidad. 

No tienes que sentirte atraída física y románticamente por hombres y mujeres por igual, puedes sentirte atraída físicamente por mujeres y física y románticamente por hombres y personas no binarias y eso no te hace menos bisexual. Puedes sentir atracción sexual independientemente del género de las personas y eso podría identificarte como pansexual; o, por otro lado puedes sentir atracción física y/o romántica por solo algunas identidades de género pero no por todas y ser polisexual. Pero claro, eso no lo enseñan en el colegio, ni en la televisión, como no nos enseñan a no hablar sobre la sexualidad de los demás.

Sobre el “bisexualómetro”

Entre la desinformación, la falta de interés y el “bisexualómetro”, a veces, terminamos quedándonos en el closet de la bisexualidad y saliendo del que mejor quede para el momento, para no tener que dar largas explicaciones, compartir nuestro historial sexoafectivo o defender lo que de hecho. Sabemos que somos y que no deberíamos de demostrar, frente a personas que quieren “bisplainearnos” lo que “en realidad somos”. 

Al final, lo más importante es la vivencia de cada une. A mí, como persona neurodivergente toda esta información me ayudó a entenderme, vivirme y ser más libre, a otres, bastará con escuchar su alma y su cuerpa para nombrarse bisexuales. El momento donde toda esta información cobra relevancia, es cuando alguien quiera bisplainear a otras personas sobre su orientación, ya que ahí sí se le rogará que esté informade, sea o no parte de las poblaciones LGBTIQAP+, para recordar que sobre la sexualidad de las demás personas no se opina, pero sí se puede tener esta información para ser una guía para quien así lo requiera. 

«Estamos cansades ​​de ser analizades, definides y representades por personas distintas a nosotres mismes, o peor aún, no considerades en absoluto. Nos sentimos frustrades por el aislamiento impuesto y la invisibilidad… Estamos enojades por aquelles que se niegan a aceptar nuestra existencia; nuestros problemas; nuestras contribuciones; nuestras alianzas; es hora de que se escuche la voz bisexual…»

“Manifiesto Bisexual”, 1990

  • FOTO Y TEXTO: Elisa Romano

Fecha de Publicación:
Martes 25 07/2023