Costumini Kids, funcionalidad y diversión

Diseñar para el público infantil pudiera parecer una tarea fácil. Después de todo no es el cliente final el que tiene el poder económico -o decisión- para adquirir las piezas. Puede que por eso muchas marcas que ofertan ropa para niños iniciaron como marcas para público general. Costumini Kids comenzó durante a crisis económica de España. Valentina Muñoz se encontraba viviendo en Madrid y decidió buscar una opción que ocupara su conocimiento sobre vestuarista y fuera diferente. 

Al tiempo regresó a México y coincidiendo con Ana Larcen, decidieron dar formalidad a Costumini Kids como empresa. La filosofía de la marca opera en torno al slow fashion. Al tener una marca pequeña, no se puede pretender competir con los precios o volúmenes de producción que operan las grandes marcas. La solución es ofrecer un producto y conceptos que vuelvan única a la marca. En este caso Ana y Valentina idearon crear piezas de ropa-disfraz.

El proceso creativo inicia con la creación de un cuento o historia corto. El cuento explica el concepto y da paso al desarrollo de la colección. A partir de ahí se realiza un moodboard, se eligen materiales, texturas y colores. Normalmente se invita a alguien a ilustrar los personajes del cuento, los cuales aparecerán bordados en las piezas finales. En la mayoría de las colecciones ha sido Minerva quien trabaja esta parte, pero para primavera verano del año pasado, una tatuadora llamada Cris colaboró. 

Los materiales son en su mayoría nacionales, pero los que no son traídos de Centroamérica. La ropa se realiza en el país y se producen unas mil piezas por modelo. Las colecciones responden a las temporadas tradicionales -primavera/verano y otoño/invierno-. Se procura seguir una línea unisex en piezas como bomber jackets, sudaderas, short, overoles y pantalones. 

Costumini Kids ofrece una opción que recuerda lo que es ser niños: funcionalidad y diversión. Diseños que motivan la imaginación de los pequeños y que invitan a olvidar los tabúes que se van adquiriendo con la edad. Ana y Valentina son conscientes que los niños son el publico final y que las piezas deben estar elaboradas pensando sólo en ellos. 

Las prendas se pueden adquirir en puntos de venta en la Ciudad de México, en su página web, redes sociales y colecciones anteriores en Amazon.